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Hertz Nazaire, un artista de Bridgeport, Connecticut (EEUU), tiene anemia falciforme y espera que CRISPR llegue a proporcionar una cura. DAVID BRANDON GEETING

Biotecnología

Los pacientes olvidados apuestan por CRISPR aunque no puedan pagar el tratamiento

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Aunque la causa de la anemia falciforme se conoce desde hace tiempo, poco se ha hecho para curar esta enfermedad que afecta principalmente a afroamericanos y latinos en EEUU. Pero varias empresas están apostando por la edición genética para intentar encontrar una cura

  • por Emily Mullin | traducido por Maximiliano Corredor
  • 30 Agosto, 2017

Hertz Nazaire es un artista de voz suave al que le gusta pintar con colores brillantes, con temas como hojas de palma con los colores del arco iris y mujeres que bailan haciendo girar sus faldas. Pero ha creado una serie de pinturas más oscuras. En ella, discos de color rojo oscuro contrastan con otros deformes, de color púrpura azulado contra un fondo negro. Un lienzo muestra una cara africana que se ahoga entre formas rojas y azules, cuyos ojos fluyen con lágrimas, y la boca abierta de dolor. La obra refleja su lucha de por vida contra la anemia de células falciformes.

Nazaire, de 43 años de edad, mitad haitiano y mitad estadounidense, calcula que ha sido hospitalizado más de 300 veces desde que era un niño. Él y otros pacientes de anemia falciforme le dirán que la peor parte de la enfermedad es el dolor debilitante. "Tenerla es algo horrible, porque es extremadamente doloroso. Es una importante lucha continua", dice.

Aproximadamente 100.000 personas padecen la enfermedad de células falciformes sólo en EEUU, la mayoría de ellos afroamericanos y latinos, pero también gente descendiente de Oriente Medio, Asia, India y el Mediterráneo. Comparado con el americano medio, viven vidas mucho más cortas, alrededor de 40 años a 60 años. La causa se conoce desde hace un siglo, pero la enfermedad ha sido durante mucho tiempo desatendida por el estamento médico y la industria farmacéutica. Eso puede estar a punto de cambiar. Su origen genético (una única mutación bien estudiada) la convierte en una candidata atractiva para el tratamiento con la herramienta de edición de genes CRISPR (ver Cirugía del genoma).

La idea es que CRISPR podría corregir la mutación genética responsable de las células falciformes para que los cuerpos de los pacientes puedan producir glóbulos rojos normales, aliviando el dolor y otros síntomas graves asociados a la enfermedad. Los investigadores ya han probado la herramienta de edición de genes en células falciformes humanas en el laboratorio y ahora están trabajando en conseguir que la técnica pase a ensayos clínicos. Los resultados preliminares sugieren que la anemia falciforme podría estar entre las primeras enfermedades que se cure con CRISPR.

A pesar de las persistentes preocupaciones sobre la seguridad del uso de CRISPR en personas, algunos pacientes con células falciformes y sus médicos ya la están abrazando. Nazaire afirma: "Sería una de las primeras personas en ser voluntario y decir: 'Quiero formar parte de un estudio'". Conoció CRISPR hace dos años, cuando se encontró con un vídeo de YouTube con Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier, dos de las inventoras de la tecnología. Nazaire ha estado entusiasmado con la idea de usarla para tratar la anemia falciforme desde entonces.

La anemia de células falciformes es uno de los trastornos genéticos más comunes que afecta a millones de personas en todo el mundo. Es causada por una mutación en un gen conocido como HBB, que fabrica la hemoglobina, una proteína que transporta el oxígeno por todo el cuerpo. Las células sanguíneas con hemoglobina sana son rojas y con forma de disco. La estructura de las células con hemoglobina anormal se parecen a la de las hoces utilizadas para cortar el trigo, la característica que le da nombre a la enfermedad.

Estas células deformadas son pegajosas y se agolpan. Cuando se acumulan demasiadas, crean tapones en los vasos sanguíneos y privan de oxígeno a las partes cercanas del cuerpo, causando severos episodios de dolor. La enfermedad también suele causar infecciones, problemas de vista y daños en los órganos.

CRISPR Therapeutics es una de las varias start-ups que hacen edición de genes para buscar nuevos tratamientos para la anemia falciforme. El enfoque de la empresa consiste en aislar células madre de las muestras de sangre de los pacientes. Los científicos utilizarían CRISPR para activar un interruptor genético que elevaría los niveles de una forma primigenia de hemoglobina en los glóbulos rojos, convirtiéndolos en sanos. Esta hemoglobina primigenia contrarrestaría eficazmente los efectos de la mutación falciforme. Las células modificadas se infundirían de nuevo en los pacientes.

El presidente de CRISPR Therapeutics, Samarth Kulkarni, dice que esto es más seguro que inyectar el mecanismo de edición de genes directamente en el cuerpo del paciente. Es  arriesgado porque CRISPR puede causar ediciones no deseadas, lo que significa que podría cortar ADN que no toca. Editar células fuera del cuerpo permitirá a los científicos asegurarse de que la técnica funciona antes de reintroducirlas, afirma.

Al probar el método en experimentos de laboratorio con células madre extraídas de pacientes con anemia falciforme, los investigadores de CRISPR Therapeutics encontraron que el 85% de las células fueron editadas con éxito, lo que significa que fueron capaces de producir glóbulos rojos sanos. Kulkarni dice que cuando las células madre se reintroducen de nuevo en el paciente, deberían mejorar todos los síntomas de la anemia falciforme. Estas células madre son capaces de viajar a la médula ósea, donde hacen más células sanguíneas saludables para el resto del cuerpo. Las células sanas proliferarán, y finalmente, dice Kulkarni, superarán en número a las falciformes.

El responsable detalla: "Nuestra esperanza es que sea de una sola vez y curativo de por vida". Sin embargo, no quiso decir cuándo planea comenzar los ensayos clínicos de la técnica.

Mientras tanto, los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford (EEUU) están trabajando en un método diferente. Su objetivo es modificar directamente el gen HBB mutado mediante CRISPR. Los investigadores también lo harían fuera del cuerpo. El profesor asociado de Pediatría en Stanford, Matthew Porteus dice que su equipo espera comenzar un ensayo clínico para finales de 2018 o principios de 2019.

Una de las pinturas inspiradas en células falciformes de NazaireFoto: Una de las pinturas de Nazaire inspiradas en la anemia falciforme.

Porteus afirma que para curar eficazmente la enfermedad no necesitan reemplazar todas las células falciformes originales de un paciente por otras modificadas. Calcula que si la proporción de células falciformes es inferior al 30%, los pacientes no presentan ningún síntoma. Hasta ahora, su equipo ha logrado tasas de corrección de entre el 40% y el 70%. Porteus espera que las células sanguíneas corregidas eventualmente superen a las falciformes en el cuerpo de un paciente. Las células falciformes viven sólo de 10 a 20 días, pero los glóbulos rojos normales duran de 90 a 120 días.

Los primeros ensayos clínicos usando CRISPR no han comenzado todavía, pero los investigadores ya están tomando medidas para educar a los pacientes sobre la tecnología. Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH por sus siglas en inglés) están lanzando un estudio para analizar las opiniones sobre la tecnología entre hasta 150 pacientes de anemia falciforme, padres de pacientes, y profesionales de la salud.

El investigador en genómica y disparidades de salud en el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano que dirige el estudio, Vence Bonham, considera importante que los científicos que diseñen ensayos clínicos tengan en consideración las creencias y preocupaciones de los pacientes. Sondear las opiniones de las personas que tienen más probabilidades de verse afectadas por un nuevo avance científico parece una obviedad, pero es algo que rara vez se ha hecho en la investigación médica. "Esta tecnología se está moviendo muy rápidamente, pero las comunidades de la enfermedad y sus defensores realmente no han formado parte de la conversación", critica Bonham.

A los participantes en el estudio del NIH primero se les preguntará acerca de su conocimiento para CRISPR. Luego verán un vídeo educativo sobre la tecnología y contestarán un segundo conjunto de preguntas para ver cómo el vídeo ha influido en sus conocimientos o creencias. Después de eso, participarán en sesiones de grupo con otros pacientes, familiares y profesionales de la salud para hablar sobre el uso de CRISPR para la anemia de células falciformes. Bonham espera que el estudio "sirva al desarrollo de ensayos clínicos para hacerlos más apropiados y respetuosos con las preocupaciones de la comunidad".

La directora del Instituto de Anemia Falciforme de Nueva Inglaterra en el Centro de Salud de la Universidad de Connecticut (EEUU), Biree Andemariam, ha dedicado los últimos meses a hablar con sus pacientes adultos sobre el potencial de CRISPR para tratar la anemia de células falciformes. "Los pacientes están muy intrigados; piensan que suena maravilloso", afirma la responsable.

Pero Andemariam también cree que puede haber problemas de confianza entre los pacientes con anemia falciforme y sus proveedores de atención médica. Los pacientes negros pueden tener recelos de apuntarse a los ensayos clínicos, en particular dados los casos históricos de experimentación médica en afroamericanos sin su consentimiento. El infame estudio de Tuskegee, por ejemplo, dejó deliberadamente sin tratar a hombres afroamericanos con sífilis en un experimento que se desarrolló entre 1932 y 1972. "El experimento Tuskegee está fresco en la memoria de muchas personas, aunque de eso haga décadas", advierte Andemariam.

Si una cura con CRISPR para la anemia falciforme logra llegar al mercado, una pregunta importante es quién tendrá acceso a ella. Isaac Odame, un médico nacido en Ghana del Hospital para Niños Enfermos de Toronto (Canadá), especializado en la anemia de células falciformes, dice que los pacientes en África ya tienen problemas para pagar la hidroxiurea, un medicamento común utilizado para tratar la enfermedad. Cuesta entre uno y dos euros al día, algo demasiado caro para muchos, dice. Le preocupa que el coste de CRISPR pondrá la cura fuera del alcance de la mayoría de los pacientes del mundo.

"Para el 90% de las personas con anemia de células falciformes que vive en este mundo, todavía será algo demasiado caro", se lamenta. Hasta que CRISPR esté disponible, los pacientes con anemia falciforme tendrán que apañarse con otros tratamientos. Para manejar su enfermedad, Nazaire recientemente se sometió a una aféresis, un procedimiento de transfusión que eliminó y reemplazó algunos de sus glóbulos rojos en un intento de disminuir la proporción de los falciformes. Sufre menos dolor que antes, pero los beneficios podrían desaparecer con el tiempo.

Para Nazaire y otros pacientes, CRISPR representa la promesa de una vida mejor y más larga. Esa esperanza podría no estar muy lejos, con laboratorios tanto académicos como comerciales trabajando para desarrollar terapias basadas en CRISPR.  El paciente concluye: "Cuando uno se enfrenta a algo desesperante y que pone en peligro la vida, quiere ver que se hace algo al respecto. Creo que esto es algo que necesita ser utilizado. Podría ser beneficioso para el mundo".

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