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Tecnología y Sociedad

Orientando la publicidad en Internet

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Prusland ofrece en la Red un punto de encuentro entre creadores de contenidos audiovisuales, anunciantes y distribuidores.

  • por Esther Paniagua | traducido por
  • 22 Diciembre, 2009

Conseguir financiación sigue siendo un problema para muchas empresas dedicadas a la producción audiovisual, sobre todo si no tienen una gran productora detrás. Mientras estos creadores se esfuerzan por obtener ingresos, grandes compañías buscan espacios donde publicitarse de manera eficiente en Internet ante la incertidumbre que aún plantea este medio. Dónde invertir, en qué formato, qué impacto tendrá una campaña en la Red o a qué público llegará son algunas de las preguntas más frecuentes entre las agencias publicitarias. Prusland, una start-up con sede en Madrid y apenas dos meses de vida, asegura tener respuestas para todas ellas.

Ganadora del tercer premio de la Primera Competición de Emprendedores celebrada en el Foro Internacional de Contenidos Digitales (Ficod’ 09), Prusland pone en contacto en la Red a productores tan dispares como Malviviendo, Nickodemo o Antena 3 con anunciantes de la talla de Fanta, Coca-Cola o Navidul. “Es un proyecto pensado para ser un canal de financiación y distribución de vídeo en Internet acorde con los nuevos tiempos”, afirma Juan Pita, responsable de contenidos y fundador de Prusland junto con Antonio Fernández, CEO de la empresa. “Veíamos que había muchas iniciativas con grandes ideas a las que les costaba encontrar financiación y quisimos montar una plataforma que, además de monetizar esas iniciativas, abriese una nueva vía para distribuir sus vídeos”, explica Pita.

Aquí es donde entra la tercera pata de Prusland: los distribuidores. Cualquier internauta, blogger, usuario de redes sociales, etc. que posea una amplia red de contactos con quien compartir vídeos a través de la Red puede ser distribuidor. Su función es la de difundir las creaciones de los productores. Una labor que, a juicio de Prusland, desarrollan actualmente millones de personas “sin que nadie, hasta ahora, haya querido recompensarlo”. Con este nuevo canal, los usuarios mejor relacionados pueden poner en valor su actividad y su agenda.

El funcionamiento de la plataforma de Prusland también es novedoso. Los creadores (ya sean aficionados, semiprofesionales o profesionales) insertan sus vídeos en el sitio web de la start-up española y son ellos quienes eligen qué publicidad los acompaña, siempre y cuando el anunciante no se oponga. A cambio, éste paga una determinada cantidad (que hasta ahora suele ser de doce euros) por cada mil visionados. El productor repartirá las ganancias con el distribuidor o distribuidores, en caso de que decida tenerlos. Asimismo, puede ocurrir que el creador se encargue de la difusión de sus contenidos sin recurrir a terceros o que un anunciante ofrezca su propio vídeo a un distribuidor y le pague directamente a él en función del número de reproducciones.

La ventaja para los usuarios (ya sean creadores o distribuidores) es que obtienen un ingreso directo “acorde con su esfuerzo”, como indica Pita. “Internet ha dado a los creadores la oportunidad de abrir a todo el mundo sus contenidos, que en algunos casos son muy buenos pero que son desconocidos porque los autores no tienen capacidad para negociar con televisiones y compañías que distribuyan su contenido”, señala Pita. Páginas como Youtube o Vimeo les han posibilitado ese acceso, pero sin una retribución. Un problema que Prusland viene a resolver, ya sea como canal de financiación (uno de sus productores ha obtenido más de 4.000 euros en menos de dos meses) o como una plataforma que les permita obtener un ingreso extra.

En opinión de Leif Langensand, uno de los jueces de la Primera Competición de Emprendedores de Ficod, socio de los Fondos Halo III y CFO de The Angels’ Forum, este modelo de negocio tiene un gran potencial. “Prusland tiene una idea innovadora de ventas para monetizar el contenido audiovisual que además puede aplicarse a otras industrias más allá del vídeo, lo que hace que la compañía sea aún más interesante”, destaca Langensand.

El principal beneficio para la empresa que se publicita es que consigue llegar a un público joven, de entre 17 y 32 años, con nivel adquisitivo medio medio-alto y nivel cultural alto, que según Pita es la audiencia de sus vídeos. “Los anunciantes pueden llegar allí donde otros no han llegado, que son los círculos de confianza de productores y distribuidores, a través de una publicidad no intrusiva”, afirma el copropietario de Prusland. Para Pita, esto supone una gran evolución. “Hasta ahora las compañías han colocado su publicidad donde querían, segmentando la población, pero la fragmentación es infinita en Internet”, explica. “¿Por qué no dejas al último eslabón de la cadena [los creadores] que va antes de tu target que decida dónde insertar las campañas, aprovechando que ellos saben qué es lo que quiere su audiencia?”, prosigue Pita. De ahí que Prusland defienda que sea el productor el que elija la publicidad que más le interesa a su público, “porque es el que mejor lo conoce”. Además, Pita descarta ofrecer incentivos económicos a la audiencia para que vea más vídeos. “No creemos en esa manera de incitar al consumo de un anuncio”, afirma.

Con más de 160 productores, 6 campañas en difusión, más de 55.000 reproducciones de vídeo al día y un promedio de horas de visualización superior a un millón -todo ello estando aún en fase pre-beta- Prusland se plantea llegar en el primer semestre de 2010 a los 300.000 visionados al día. El siguiente paso, cuando pasen a fase beta, será implementar la herramienta para ver los vídeos también desde el teléfono móvil. Pero lo primero ahora, aprovechando la segunda ronda de financiación de entre 1,5 y tres millones de euros en la que se encuentran, es internacionalizar el negocio y seguir extendiéndolo en España. “Estamos negociando abrir cuentas de publicidad en Inglaterra y Alemania en 2010 y tal vez en un tercer país europeo para, en 2011, dar el salto a Estados Unidos”, sentencia Pita.

Tecnología y Sociedad

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