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Tony Luong

Cadenas de bloques y aplicaciones

"Dar el control de nuestra vida digital a un par de empresas es un error"

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Usuarios sometidos a los contenidos que Facebook decide mostrarles y que han cedido todos sus datos a Google. Exejecutivos que se arrepienten del diseño de las redes sociales... para Ethan  Zuckerman, el internet que conocemos está roto, y  su aplicación Gobo podría arreglarlo

  • por Rachel Metz | traducido por Wendy Barnet
  • 14 Febrero, 2018

Antes, para cambiar el mundo había que aprobar una ley o empezar una guerra. Ahora basta con crear un hashtag. Ethan Zuckerman estudia cómo las personas cambian el mundo (o lo intentan) a través de las redes sociales u otros medios tecnológicos. Como director del Centro de Medios Cívicos en el MIT y profesor asociado del MIT Media Lab (EE. UU.), trata de ayudar a sus alumnos a dar sentido a estos problemas.

También está escribiendo un libro sobre el compromiso cívico, en un momento en el que la sociedad ha perdido mucha confianza en las instituciones, ya sean gobiernos, empresas, etcétera. Tal vez esa falta de confianza tiene sentido. Después de todo, en la última década hemos empezado a ceder nuestros datos a grandes compañías como Facebook y Google sin darnos cuenta de que lo estábamos haciendo. Zuckerman sabe lo que significa construir una tecnología que molesta a la gente. En la década de 1990 creó lo que se convirtió en uno de los objetos más odiados en Internet: el anuncio emergente (pop-up). El objetivo era mostrar un anuncio en una página web sin que pareciera que el anunciante respaldaba necesariamente el contenido de la página. En cualquier caso, acabó disculpándose por todo internet: "Nuestras intenciones fueron buenas". Zuckerman habló con MIT Technology Review sobre cómo las redes sociales han empezado a controlarnos en lugar de a la inversa (ver Cómo lograr que los usuarios se vuelvan 'adictos' a las 'apps').

En lugar de dedicarse a forzar la aprobación de nuevas leyes, ¿cómo usa la gente la tecnología para forzar el cambio?

Antes, nuestra principal palanca de cambio eran las leyes. Pero ahora se usan cada vez menos, en lugar de eso, utilizamos la fuerza de las reglas del mercado y las fuerzas tecnológicas. El movimiento #AmíTambién o #MeToo es un ejemplo de una campaña sobre la normalidad. Básicamente se trata de decir: "Vamos a cuestionar cómo las personas hablan de abuso sexual y acoso sexual". Cuando cambiemos esa norma, habrá otras piezas legales, piezas de mercado, que entrarán en juego. Pero su objetivo principal consiste en cambiar la forma de ciertas conversaciones.

La clave de todo esto radica en que si no se puede lograr un cambio social a través del modelo tradicional de educación cívica, ahora tenemos un conjunto completamente nuevo de herramientas, y las personas están empezando a aprender a usarlas.

Foto: Al trabajar desde casa, Zuckerman puede usar su portátil mientras está subido a cinta para correr mientras. También tiene una bañera de hidromasaje en su habitación, por si le entran ganas de darse un chapuzón.

Pero las redes sociales como Facebook y Twitter controlan, o al menos dirigen, la información que vemos mediante algoritmos que filtran lo que aparece en nuestro muro. Usted colaboró con dos compañeros, Chelsea Barabas, del Centro de Medios Civiles del MIT, y Neha Narula, del MIT Media Lab, para construir una herramienta llamada Gobo que permite a las personas agregar y filtrar sus propios muros. ¿Por qué?

Lo que se debe hacer es decir: "Miren, dar el control de nuestra esfera pública digital a una o dos compañías es un gran error". En lugar de eso, necesitamos que las plataformas compitan. Lo que intentamos argumentar es que hacen falta redes redes sociales diferentes para tener más control sobre los filtros que impone cada una de ellas para decidir lo que ve o no ve el usuario.

Si necesitamos plataformas competidoras, también necesitamos herramientas para usarlas, y Gobo es una de ellas. Gobo es un agregador. Agrega Twitter y las partes "agregables" de Facebook: las páginas públicas.

Primero construimos el agregador y después los algoritmos [que determinan qué publicaciones verás]. Y en lugar de convertirlos en una caja negra ultrasecreta, son una caja abierta a la que se puede acceder para establecer los controles, probarlos y decir: "Me gusta cómo funciona esto. Ahora permítanme cambiarlo de esta manera y ver si funciona mejor para mí".

A largo plazo queremos una caja aún más abierta. Estamos construyendo Gobo para que otras personas puedan diseñar filtros para él.

"El hecho de que Facebook sea tan grande le da todo tipo de ventajas que hacen que sea muy difícil competir con ella. Entonces, cuando aparece un competidor significativo, más propensa a comprarlos y devorarlos que a luchar contra ellos en el mercado".

Después de muchas críticas relacionadas con cómo se filtra el contenido de las noticias (ver Necesitamos alternativas a Facebook, la gran 'caja tonta' de internet), Facebook ha empezado a dar prioridad a las actualizaciones de amigos y familiares de los usuarios y a dejar los contenidos de marcas en un segundo plano ¿Cree que esto es un ejemplo de queFacebook está empezando a cambiar su enfoque?

No creo que esto esté cambiando todavía, y no lo creeré hasta que vea un modelo comercial creíble basado en algo más que publicidad dirigida.

Creo que la decisión de crear un internet donde no hay que pagar por nada, porque el mayor activo es la atención de los usuarios, es una de las más destructivas y miopes que hemos tomado. Y me refiero a "nosotros", porque yo era muy parte de eso. Hasta que no vea Facebook diciendo: "Mire, va a usar esto como un servicio y nos va a pagar por el servicio", en lugar de: "Vamos a capturar su atención, a crear un paquete con ella y a vender ese paquete", no me lo voy a creer.

Cada vez más antiguos ejecutivos e inversores de Facebook han empezado a criticar a la red social. Alejan, por ejemplo, que las redes sociales están "desgarrando el tejido de cómo funciona la sociedad" (ver El hombre que intenta protegernos de la manipulación y la falta de ética de las redes sociales).

Creo que lo que pasa es que algunas de las personas que participaron activamente en el proceso de construir Facebook están empezando a mirarla desde fuera y a decir: "Oh, vale, está bien; ahora puedo ver la política desde afuera, y no estoy entusiasmado con lo que me han asociado ".

Necesitamos descubrir cómo hacer que estas conversaciones surjan mucho antes. Deberíamos comentar estos temas con las personas que trabajan en estas empresas y que deciden su diseño. Quiero tener esas conversaciones con mis alumnos, porque muchos suelen acabar contratados en estas empresas y con frecuencia se encuentran con la oportunidad de tomar esas decisiones de diseño.

¿Por qué es tan difícil para cualquiera que no sea Facebook, Instagram (que es propiedad de Facebook), Twitter o Snapchat competir en esta esfera social?

Los efectos de red básicamente dicen: "Tengo que estar en Facebook porque todos los que conozco están en Facebook". El hecho de que Facebook sea tan grande le da todo tipo de ventajas que hacen que sea muy difícil competir con ella. Tienen más ancho de banda y servidores más baratos.

Entonces, cuando aparece un competidor significativo, [Facebook es] más propensa a comprarlos y devorarlos que a luchar contra ellos en el mercado.

Usted escribió una pieza en The Atlantic en la que sugería una red social con apoyo público como una posible solución al efecto de cámara de eco de las redes sociales. ¿Podría esto suceder realmente?

Creo que es totalmente irreal en Estados Unidos. Sería más realista en Europa, [donde] hay cultura de medios públicos que acepta la idea de que podrías querer invertir dinero en personas que tienen algunos conocimientos básicos sobre política, el mundo y las personas que los rodean. Me podría imaginar a una innovadora emisora ​​pública europea diciendo: "Tal vez construyamos una red social compatible con otras redes sociales, que tenga algoritmos diseñados para ayudarle a sintonizar qué noticias recibe sobre el mundo y sobre su comunidad".

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