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Computación

CES 2014: Relojes inteligentes y 'guapos'

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Las empresas se han dado cuenta de que un reloj inteligente, además de ser funcional, tiene que quedar bien a la vista

  • por Tom Simonite | traducido por Francisco Reyes
  • 15 Enero, 2014

Cuando el director general de Intel, Brian Krzanich, desveló un reloj inteligente durante su discurso de apertura en el International Consumer Electronics Show (CES) en Las Vegas (EEUU) el lunes de la semana pasada, puso a su empresa al nivel de Samsung y Qualcomm, que venden relojes con pantallas táctiles en color de considerable tamaño, capaces de ejecutar aplicaciones (ver "¿Es el Galaxy Gear de Samsung el primer reloj inteligente?" y "El Toq: un reloj inteligente gracias a su sencillez").

Sin embargo, Krzanich se posicionó en contra de la tendencia en el CES, donde las empresas, grandes y pequeñas, han mostrado relojes inteligentes intencionadamente menos repletos de características y que recuerdan menos a un teléfono inteligente montado en la muñeca, en comparación con los desarrollados por Intel y sus competidores. Al igual que MIT Technology Review, muchos dentro de la industria de la electrónica parecen haber llegado a la conclusión de que para que esta nueva especie de aparato gane atractivo entre las masas debe ser mucho más simple y estar más cuidadosamente diseñado (ver "La 'estupidez' de los actuales relojes inteligentes").

"Todos los demás dispositivos son muy atractivos, pero muy voluminosos", señaló el ejecutivo de ConnecteDevice Frederic Ruffat, cuya empresa tiene su sede en Hong Kong (China). Ruffat fue a Las Vegas para lanzar su propia compañía de relojes inteligentes, llamada Cogito, que está diseñado como un reloj analógico convencional y tiene una pantalla digital detrás de los brazos, en el centro de la superficie. "Ese espacio es suficiente para mostrar las notificaciones esenciales que necesitas", señaló Ruffat acerca del diseño. Cogito se puede reservar por 180 dólares (132 euros).

Este dispositivo se conecta a un teléfono inteligente y avisa a una persona sobre sus correos electrónicos, mensajes de texto, llamadas y eventos de calendario inminentes, pero sólo muestra suficiente texto para que la persona decida si sacar el teléfono o no y hacer algo. En marcado contraste con algunos otros relojes inteligentes, este conjunto limitado de funciones proporciona a Cogito aproximadamente un año de duración de batería con una batería de reloj convencional. El dispositivo funciona con botones pulsadores convencionales en el lateral, así como dando golpecitos en la parte frontal del dispositivo.

El gigante coreano de la electrónica LG también ha lanzado un reloj inteligente simplificado en el CES. El LG Lifeband puede hacer un seguimiento de la actividad y los entrenamientos del usuario utilizando sensores de movimiento, pero también puede mostrar en su pantalla táctil notificaciones procedentes de un teléfono conectado. La pantalla también se puede usar para enviar comandos simples al teléfono.

La empresa de accesorios para juegos Razer, previamente conocida por especializarse en ratones y teclados, lanzó un producto similar en el CES bajo el nombre de Nabu. Una pantalla en el exterior de la pulsera muestra las notificaciones del teléfono, como por ejemplo cuando alguien está llamando. Una segunda pantalla, en la parte interior de la muñeca, muestra información más privada, como por ejemplo quién está llamando, por lo que los detalles se pueden ver sin que se entere todo el mundo. "Los relojes inteligentes en su forma actual son demasiado voluminosos", señaló el cofundador y director general de Razer, Min-Liang Tan. El Nabu sólo muestra la información que necesitas".

Otros impulsores de relojes inteligentes en el CES trataron de solventar un punto crítico común entre los dispositivos: su fealdad o poco atractivo en comparación con los relojes de pulsera convencionales. Pebble, la compañía financiada por crowdfunding, famosa por haber probado que a algunas personas realmente les encanta llevar un reloj que parezca un ordenador (ver "Debuta en Las Vegas un reloj inteligente creado de forma colectiva"), lanzó una versión más formal de su producto original, con un aspecto más plano, de plástico y goma. Bajo el nombre de Pebble Steel, el nuevo modelo es de acero pulido y viene con una correa de cuero o metal. Cuesta 249 dólares (182 euros) y se empezará a vender este mes.

Un reloj llamado Wellograph, también lanzado en Las Vegas, tiene un estilo similar, además de un novedoso sensor de frecuencia cardíaca incorporado en la parte inferior del dispositivo. El Wellograph costará 320 dólares (234 euros) y está previsto que esté disponible en el primer semestre de 2014.

El fundador y director general de Misfit Wearables, Sonny Vu, cuya compañía fabrica un pequeño sensor de fitness llamado Shine, que se puede usar como reloj o se puede sujetar a la ropa, señaló a MIT Technology Review que los diseñadores de productos están finalmente comenzando a prestar atención al diseño y estilo de los relojes inteligentes y ordenadores portables. "En estos dispositivos, es particularemente importante elegir los materiales", aseguró. "La mayoría hasta ahora se han hecho de plástico y goma, y no todo el mundo quiere usar esos materiales, especialmente las mujeres". Durante el CES, Vu mostró unas nuevas pulseras de cuero para el Shine.

La empresa francesa Netatmo piensa de forma similar, y acaba de lanzar un dispositivo de computación portable llamado June. El dipositivo se parece a una joya de gran tamaño, no tiene botones y está montado sobre una pulsera de cuero que se envuelve varias veces alrededor de la muñeca del usuario. El June hace un seguimiento de la exposición de la persona a la luz solar, para que una aplicación de teléfono pueda ofrecer consejos y advertencias sobre cuándo cubrirse o usar protección solar. El June ha sido diseñado por Camille Toupet, que ha trabajado anteriormente diseñando joyas para la casa de moda francesa Louis Vuitton. El dispositivo estará disponible en el segundo trimestre de este año por 99 dólares (72 euros).

Las llamativas y abarrotadas salas de exposición instaladas en Las Vegas durante el CES no son el mejor sitio donde juzgar si alguno de los nuevos relojes inteligentes u otros ordenadores portables tienen alguna oportunidad de atraer a un número significativo de seguidores. Sin embargo, está claro que la aparición de todos estos nuevos dispositivos portables este año es sólo el comienzo de un período de experimentación masiva dentro de la industria de la computación.

Los principales fabricantes de componentes dejaron claro en el CES que durante los próximos meses esperan que se creen muchos más dispositivos portables, y anunciaron nuevos productos destinados a alimentar el frenesí.

Krzanich desde Intel, por ejemplo, también utilizó su presentación para lanzar un ordenador del tamaño del pulgar llamado Edison, destinado a ser utilizado por cualquiera, desde aficionados a gigantes de la electrónica, para crear prototipos rápidamente y poner a prueba novedosos dispositivos portables.

Mientras tanto, Freescale, que se especializa en chips y sensores compactos para dispositivos informáticos pequeños y móviles, lanzó una pequeña placa de circuito llamada Wearable Reference Platform (WaRP), con un objetivo similar. La placa, que cuesta 149 dólares (110 euros), está destinada a acelerar el proceso de creación de prototipos de dispositivos portables y a prepararlos para la producción, según afirmó a MIT Technology Review el director de desarrollo de negocio de la línea i.MX de procesadores de bajo consumo de Freescale, Robert Thomson. La WaRP tiene una CPU, memoria, sensores de movimiento, conexiones para pantallas y otros sensores, y usar una versión del sistema operativo Android.

"Estamos tratando de darle a la gente una forma de probar cosas, innovar y pasar al mercado rápidamente", señaló Thomson, quien añade que la industria está convencida de que los ordenadores portables tienen sentido, pero no está seguro de qué tipo de diseño será el que logre despegar. "Vamos a ver empresas experimentar con ciclos de vida de producto muy cortos, y amplias carteras de productos, para distribuir el riesgo y poner a prueba las ideas", aseguró. "Están en las primeras etapas, tratando de averiguar qué quieren y tienen que hacer".

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