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Computación

Esta 'app' analiza al receptor y sugiere cómo debes dirigirte a él

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Crystal clasifica la personalidad de cada interlocutor según su información pública en sitios como Twitter, LinkedIn, Yelp y Amazon

  • por Rachel Metz | traducido por Lía Moya
  • 15 Mayo, 2015

A veces cuesta saber qué decir en un correo electrónico a alguien a quien no conoces demasiado. Una start-up quiere facilitarnos las cosas corrigiendo los correos a medida que los escribimos, sugiriendo cambios que podrían servir para que el receptor sea más receptivo a tu mensaje. Estas sugerencias se entresacan de datos recogidos en línea sobre los receptores.

Crystal, que lanzó una versión beta por invitación en el mes de marzo, pretende mostrarte las mejores y peores formas de conversar con la gente, en mensaje y en persona, estudiando los datos disponibles públicamente en LinkedIn, Twitter, los blogs y otras fuentes en internet. La start-up deja a los usuarios ver los perfiles de personalidad en su sitio web gratuitamente. Por 19 dólares al mes (unos 17 euros) puedes acceder a un plug-in para Gmail para el navegador Chrome que ofrece sugerencias específicas en tiempo real sobre la elección de palabras y la puntuación, en función de a quién escribas. También están desarrollando una aplicación móvil.

Aunque Crystal podría parecer invasivo, en el fondo no es muy distinto a lo que ya hacen las grandes empresas tecnológicas como Facebook y Netflix cuando minan tus datos de usuario para saber qué anuncios enseñarte o qué películas sugerirte.

"Entiendo por qué puede haber gente a la que no le guste la idea de entrada, pasa con algunos", afirma el creador de Crystal, Drew D'Agostino. "Les parece una intromisión en su intimidad, pero estamos usando datos públicos".

Y si puede describir la personalidad de la gente con precisión, podría ser útil para todo tipo de interacciones, desde las ventas hasta la contratación pasando por las citas.

Cuando introduces un nombre en el sitio web de Crystal, lo busca en una base de datos existente de perfiles basada en datos sacados de sitios como LinkedIn, Twitter y Yelp, y el sitio de información sobre start-ups CrunchBase, así como las críticas en Amazon.com. El servicio agrega los datos, usa varios algoritmos para construir una puntuación de personalidad basada en lo que encuentra, y compara esa puntuación con uno de sus 54 tipos de personalidad (D'Agostino afirma que estos tipos se deciden mediante unas cuantas herramientas de evaluación de la personalidad ya existentes).

Tras escoger un tipo de personalidad, Crystal te muestra los resultados, un rápido resumen de la personalidad junto con cosas como las frases que usar cuando hables, trabajes, o te mandes correos con esa persona, así como una puntuación que refleja la confianza que tiene Crystal en que los resultados serán precisos (cuantos más datos tenga para digerir sobre alguien, mayor será el índice de confianza).

Cuando busco a Barack Obama, por ejemplo, Crystal deduce que el presidente es "amistoso, relajado y extremadamente perspicaz, sabe conectar los puntos más rápido que otros, pero a veces se pierde por las ramas en la conversación". Sugiere que cuando le escriba use un emoticono y "apele a sus sentimientos para ponerlo en acción".

Además del presidente, busqué los perfiles de algunos compañeros de trabajo y familiares en Crystal para ver cómo de preciso era a la hora de detectar sus personalidades. Después escribí algunos correos con el plug-in de Crystal en Gmail para ver qué tipo de sugerencias me hacía a la hora de escribir notas a distintos tipos de personas. Describió acertadamente a mi hermano mayor como "ambicioso, crítico y pragmático" y a mi hermano menor como "persistente y movido por los resultados", pero igual que las características asociadas con cualquier signo del zodiaco, estas descripciones son aplicables a muchas personas.

Crystal se mostró más específico a la hora de escribir correos electrónicos. En una nota a uno de mis hermanos sugirió que recortara un poco el título del mensaje ya que no le gustaría una introducción prolongada. Destacó mi uso de la palabra "básicamente" en una nota a un redactor jefe, recomendando que la eliminara o si hacía falta, "la sustituyese por algo como esencialmente o fundamentalmente". Para otra redactora, me regañó por usar dos signos de interrogación en una misma línea, diciendo que no le gustaría y afirmó que debía eliminar la frase "Me encantaría" y cambiarla por algo más parecido a "Quiero".

Cuando más preciso se mostró Crystal fue a la hora de sugerir consejos para escribirme un correo electrónico a mí misma, quizá porque tiene más datos sobre mí para analizar que sobre otras personas a las que busqué. ¿Su mejor consejo? "Rachel sólo se centra en las cosas que son interesantes inmediatamente y tiende a posponer lo demás, no uses lenguaje formal y aburrido ni charla de cortesía".

La profesora asociada de la Universidad de Maryland en College Park (EEUU), Jennifer Golbeck, quien ha estudiado cómo deducir rasgos de personalidad y relaciones de las redes sociales, explica que este tipo de tecnologías de inferencia de la personalidad tienden a tener un porcentaje de acierto del 75%. El mayor desafío, afirma, es conseguir la verdad base sobre los comportamientos reales de la gente (es decir, cómo responde realmente alguien a determinadas frases usadas en un correo, por ejemplo) para que la herramienta pueda aprender a mejorar las conclusiones extraídas de la información, algo que Crystal quiere conseguir pidiéndole a los usuarios que añadan información sobre sí mismos y sobre las personas a las que conocen.

Y sobre si Crystal es práctico o da un poco de repelús, Golbeck sostiene que probablemente sea ambas cosas. Aunque la gente esté acostumbrada a que los sitios web coloquen anuncios dirigidos y sugieran contenido basándose en sus datos en línea y sus actividades, la idea de que los individuos usen una herramienta parecida para escribir mensajes puede parecer demasiado personal, afirma.

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