Foto: El dispositivo usa sensores en los dedos y la mano del usuario para rastrear los movimientos con un gran nivel de detalle. Los casos de uso permiten teclear sobre cualquier superficie plana como si fuese un teclado.

Los teclados, los ratones y las pantallas táctiles tienen sus aplicaciones, pero también limitaciones propias. Una empresa llamada Gest cree que su dispositivo, que se coloca en el dorso de la mano y sobre los dedos, proporciona una alternativa mucho más natural y útil.

El controlador Gest tiene cuatro medias anillas suaves de goma que se fijan a los dedos, y una almohadilla que se ata al dorso de la mano. Cada dispositivo contiene 15 sensores de bajo coste que miden el movimiento con giroscopios y acelerómetros, parecidos a los que se emplean en los móviles. Los movimientos del pulgar son inferidos utilizando datos procedentes de los otros sensores.

"El teclado y el ratón no tienen sentido en aplicaciones como la realidad aumentada y la realidad virtual", dice el cofundador de Gest Mike Pfister. "No tendrán éxito a no ser que dispongan de un método de introducción de datos muy intuitivo y fundamentalmente nuevo".

Cuando conocí a Pfister en una cafetería de San Francisco (EEUU), se puso un prototipo de Gest y empezó a dar golpecitos en la mesa como si fuese un teclado. Palabras potenciales aparecían en la pantalla. Otro toquecito de su mano y la deslizó hacia un lado para desplazar el cursor hasta seleccionar la palabra deseada. "Hola, bienvenido al futuro de las interacciones", escribió.

Foto: Este prototipo tiene 15 sensores de movimiento baratos, similares a los que utilizan los 'smartphone'.

Gest no necesita que una ubicación exacta para cada tecla. En lugar de ello, el dispositivo utiliza el movimiento relativo de los dedos para entender lo que el usuario intenta escrobor. Con el tiempo también puede adaptarse al estilo personal de teclear del usuario, basándose en las palabras sugeridas que elija.

La primera versión de Gest se centraba en la acción de teclear y fue desarrollada en un hackatón, después de que otro de los cuatro cofundadores de la empresa, Sid Srikumar, leyese sobre una idea parecida en la novela de ciencia ficción Accelerando, del autor británico Charles Stross. Recaudaron capital de inversión y participaron en la incubadora de start-ups Capital Factory en Austin, Tejas (EEUU).

Desde entonces Gest ha pasado a desarrollar sus dispositivos como un método de utilizar gestos manuales y naturales para interactuar con objetos virtuales en 3D. Pfister dice que podría ayudar a los creativos que trabajan con modelos en 3D o dibujos. También cree que podría representar un potente mecanismo de interacción para el Oculus Rift, que se lanzará al mercado el año que viene, u otros cascos de realidad virtual. Durante la demostración de la cafetería, sacó un puño y giró la mano para seleccionar y rotar un modelo de cabeza de mono en pantalla.

Las investigaciones han demostrado que poder interactuar con un mundo virtual visto a través de un casco como el Oculus Rift ayuda a proporcionar una fuerte sensación de que el mundo virtual es real. Sin embargo, no está claro cuál será el mecanismo que proporcionará esa interacción.

Foto: Este diseño de prototipo no funcional muestra el aspecto que debería tener el dispositivo final cuando se lance el año que viene.

Gest competirá con un abanico de diseños de distintos controladores de otras empresas, como Leap Motion, que utiliza infrarrojos y LED para detectar el movimiento manual, y la división Oculus de Facebook, que el año que viene comercializará un controlador de mano naturalista que utiliza una combinación de botones y movimientos de mano (ver El increíble desafío de hacerse un café virtual con los mandos Oculus Touch).

Gest tiene planes de enviar sus primeros dispositivos y lanzar herramientas para los desarrolladores de software para integrarlos con su software, antes de finales del 2016. La empresa prevé que el precio será de unos 200 dólares (unos 182 euros).