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Cadenas de bloques y aplicaciones

Esta 'app' puede saber si estás deprimido

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Los datos de movimiento, audio y localización que recopila tu 'smartphone' pueden predecir un cambio en la salud mental

  • por Tom Simonite | traducido por Francisco Reyes
  • 24 Septiembre, 2014

Muchas aplicaciones de teléfono inteligente utilizan los sensores del dispositivo para tratar de medir el bienestar físico de las personas, por ejemplo contando cada paso que dan. Una nueva aplicación desarrollada por investigadores de la Universidad de Dartmouth (EEUU) sugiere que los sensores del teléfono también se podrían utilizar para analizar la mente de una persona y medir su salud mental.

Un total de 48 estudiantes permitieron que la aplicación recopilase información desde sus teléfonos durante un período de 10 semanas, y los patrones en los datos coincidieron con los cambios en el estrés, la depresión y la soledad observados en el tipo de cuestionarios que utilizan los médicos para evaluar el estado de ánimo y la salud mental de sus pacientes. Las tendencias en los datos del teléfono también se correlacionaron con las calificaciones de los estudiantes.

Los resultados sugieren que las aplicaciones de teléfonos inteligentes podrían ofrecer a los usuarios y a los médicos nuevas formas de gestionar el bienestar mental, afirma el profesor de Dartmouth que dirigió la investigación, Andrew Campbell.

Estudios previos han demostrado que los dispositivos móviles personalizados pueden medir indirectamente los estados mentales. El estudio de Dartmouth, sin embargo, utiliza teléfonos inteligentes Android como los que poseen millones de personas, asegura Campbell. "Somos los primeros en usar teléfonos y sensores estándar que simplemente llevas contigo sin ningún tipo de interacción con el usuario", afirma. La semana pasada fue presentado un documento sobre la investigación en la Conferencia Conjunta Internacional ACM sobre Computación Generalizada y Ubicua de Seattle (EEUU).

La aplicación de Campbell, llamada StudentLife, recopila datos como el movimiento y la ubicación de un teléfono, así como la hora de las llamadas y los mensajes de texto, y de vez en cuando activa el micrófono en el dispositivo para ejecutar un software con el que saber si está ocurriendo una conversación en las inmediaciones. Unos algoritmos procesan la información en registros de actividad física de la persona, patrones de comunicación, patrones de sueño, visitas a distintos lugares y una estimación del tiempo en que estuvo involucrada en una conversación cara a cara. Muchos de los cambios en los patrones se correlacionaron significativamente con cambios en las mediciones de la depresión, la soledad y el estrés. Por ejemplo, una disminución de la exposición a conversaciones cara a cara indicaba depresión.

Los cuestionarios usados en el estudio para medir la salud mental son los que suelen utilizar habitualmente los médicos para evaluar a los pacientes que buscan ayuda para sus problemas de salud mental. Para Campbell, en el futuro los datos procedentes del teléfono de una persona podrían proporcionar una imagen más detallada con la que aumentar el cuestionario que se lleva a cabo cuando una persona busca ayuda. Campbell también está planeando nuevas investigaciones sobre cómo utilizar los datos de la aplicación para alertar a las personas o sus cuidadores cuando los patrones de comportamiento indiquen que su salud mental pueda estar cambiando. En el caso de los estudiantes, este enfoque podría proporcionar una forma de reducir las tasas de abandono escolar o ayudarles a mejorar su rendimiento académico, señala Campbell.

"La intervención es el siguiente paso", afirma. "Podría consistir en algo tan simple como decirle a una persona que debe participar en conversaciones para mejorar su estado de ánimo o que, estadísticamente, si sales de fiesta sólo tres noches a la semana tus notas mejoran". Campbell también está trabajando en un estudio para probar si una aplicación similar podría ayudar a predecir las recaídas en personas con esquizofrenia.

Una start-up llamada Ginger.io con una aplicación similar a la de Campbell ya está probando ideas similares con algunos proveedores de atención sanitaria. En un ensayo con diabéticos, los cambios en el comportamiento de una persona desencadenaron una alerta para las enfermeras, que contactaron al paciente para asegurarse de que estaba tomando la medicación (ver "Una aplicación para supervisar a los pacientes a distancia").

El director general y cofundador de Ginger.io, Anmol Madan, afirma que el estudio de Dartmouth es una prueba más de que estas ideas son valiosas. Sin embargo, señala que se necesitan estudios mucho más grandes para convencer realmente a los médicos y proveedores de atención sanitaria de que adopten un nuevo enfoque. Ginger.io ha encontrado asociaciones similares entre sus propios datos y escalas clínicas de la depresión, asegura Madan, aunque los resultados no han sido publicados.

Tanto Ginger.io como el trabajo de Dartmouth están inspirados en una investigación del Media Lab del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, EEUU) que estableció la idea de que los datos de los dispositivos personales ofrecen una nueva forma de estudiar el comportamiento humano. El investigador que ayudó a desarrollar este enfoque, Yaniv Altshuler, afirma que el estudio de Dartmouth es una aportación interesante al trabajo del MIT, aunque también nos recuerda que toda esta cantidad de información móvil tendrá sus inconvenientes. Poder utilizar los dispositivos móviles para conocer información altamente personal sobre los usuarios podría plantear nuevos riesgos de privacidad.

Campbell, cuyo estudio fue autorizado por un comité de revisión ético, asegura que sus resultados muestran cómo la minería de datos puede saltarse por lo alto las reglas de privacidad existentes. Un proveedor de atención sanitaria que recopile datos a través de cuestionarios de salud mental estándar tiene que seguir las regulaciones de privacidad de datos que establece la HIPAA (siglas en inglés de la Ley de Responsabilidad y Portabilidad de los Seguros Sanitarios) de EEUU. No está tan claro qué normas aplicar cuando esos mismos datos se obtienen de una aplicación de teléfono. "Si puedes usar ciertas señales para, por ejemplo, deducir que soy maníaco depresivo, no está claro cuál es la regulación que rige a esos datos", afirma.

Sea cual sea la respuesta, probablemente las aplicaciones para registrar el tipo de datos que Campbell ha recopilado se harán más comunes. Los sensores de los teléfonos inteligentes son ahora mucho más eficientes en cuanto al uso de energía, así que hoy día es posible registrar datos de forma detallada y constante sin agotar la vida de la batería. "Hace aproximadamente seis meses los móviles han llegado al punto en que podemos llevar a cabo labores de detección las 24 horas, los siete días de la semana", señala Campbell. "Ya contamos con toda la tecnología necesaria para hacer cosas así".

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