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Cadenas de bloques y aplicaciones

Descargas eléctricas en la cabeza contra el mareo de la realidad virtual

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La Clínica Mayo apuesta por una tecnología desarrollada para los simuladores de vuelo que genera una sensación física de movimiento correspondiente al que muestra el entorno virtual

  • por Rachel Metz | traducido por Teresa Woods
  • 08 Abril, 2016

Pronto, los cascos de realidad virtual podrían incorporar una tecnología desarrollada por la Clínica Mayo (EEUU) para ayudar a los pilotos militares a evitar las náuseas durante el uso de simuladores de vuelo. Pero los usuarios que la prueben tendrán que estar dispuestos a tolerar la colocación de algunos electrodos en sus cabezas para usarla.

Los investigadores de la Clínica Mayo llevan más de una década desarrollando esta tecnología, que emplea software para analizar los movimientos visualizados en una pantalla y una corriente eléctrica aplicada a la cabeza para estimular el oído interno, con la esperanza de engañar al cuerpo para que crea haber experimentado físicamente esos movimientos. La idea es que esto podría aliviar el tipo de náuseas que provoca la visualización de movimientos sin experimentarlos. Este mismo fenómeno se produce mientras se disfruta de un videojuego de carreras de coche dentro de la realidad virtual, por ejemplo.

Como un paso hacia la introducción de la tecnología en productos de consumo, la Clínica Mayo ha otorgado una licencia para la tecnología a una empresa de Los Ángeles (EEUU) llamada vMocion, que a su vez concederá licencias a empresas que quieran utilizarla para aplicaciones de entretenimiento y medios como las películas y los videojuegos de realidad virtual.

El médico y cofundador de vMocion, Brad Hillstrom, cree que, será posible añadir la tecnología a los cascos al menos para las aplicaciones de realidad virtual, dado que los electrodos necesarios se colocarían principalmente en zonas de la cabeza que ya están en contacto con los cascos. En estos momentos, vMocion rehúsa comentar cuándo espera que la tecnología esté a disposición de los consumidores, aunque asegura que está hablando con algunos fabricantes de cascos de realidad virtual.

El tipo de estímulo eléctrico empleado por la tecnología se conoce como estimulación vestibular galvánica, ya que afecta al equilibrio. El enfoque no es nuevo, se emplea desde hace bastante tiempo como una forma de estudiar el equilibrio. Pero su popularidad está creciendo según aumentan los inconvenientes físicos de la realidad virtual. El propio fundador de Oculus, Palmer Luckey, ha hablado públicamente acerca de su uso, y en marzo Samsung reveló que está desarrollando unos cascos que incorporan electrodos llamados Entrium 4D que intentan aliviar los mareos por movimiento dentro de la realidad virtual al mismo tiempo que proporcionan al usuario una sensación de movimiento.

Vídeo: La animación demuestra cómo la tecnología desarrollada por la Clínica Mayo, que incluye impulsos eléctricos aplicados en la cabeza del usuario en paralelo con los movimientos visualizados en pantalla. El enfoque puede lograr que el usuario sienta que se desplaza a pesar de estar inmóvil. Crédito: Clínica Mayo.

Los investigadores de la Clínica Mayo afirman haber probado la tecnología en su laboratorio con voluntarios a los que se les mostraron vídeos grabados desde una perspectiva de primera persona, de actividades como subir a una montaña rusa o un paseo en bicicleta de montaña, visualizados desde la pantalla plana de un casco de realidad virtual. Unos algoritmos extraen los datos de movimiento de cada fotograma, que son transmitidos al espectador (que lleva electrodos en la frente, la nuca y detrás de las orejas) en forma de impulsos eléctricos diseñados para proporcionar una sensación física correspondiente a acciones como inclinarse, girar sobre el eje vertical y rodar. "El nivel y grado de presencia que proporciona la tecnología durante la visualización de una secuencia con la estimulación vestibular galvánica, y cuando alguien la desconecta, resulta muy impactante", afirma el codirector de medicina aeronáutica y el laboratorio de investigaciones vestibulares de la Clínica Mayo, Jan Stepanek.

Otro codirector del laboratorio, Michael Cevette, cuenta que los investigadores estudiaron las señales eléctricas de los músculos del estómago de los participantes para buscar señales tempranas de mareos por movimiento durante el uso de la tecnología. Sus resultados determinaron que la combinación de algoritmos y estímulos eléctricos suprimieron estos síntomas.

El profesor de la Universidad Brandeis (EEUU) Paul Dizio, cuyo trabajo examina el control motor y la orientación espacial de las personas, se muestra escéptico. Argumenta que existen bastantes pruebas de que la estimulación vestibular galvánica puede reducir los mareos por movimiento, pero que no existen suficientes datos para saber con qué precisión se puede llegar a controlar los tipos de sensaciones direccionales que experimentará la gente a consecuencia de ella.

También señala que su uso puede provocar efectos secundarios como el efecto de bombilla fantasma, una sensación de hormigueo táctil o la sensación de tener la boca llena de burbujitas de champán. Y afirma que si alguien mueve la cabeza dentro de la realidad virtual mientras utiliza la tecnología, esto podría generar aún más problemas. "Además, te tienes que colocar estos enormes electrodos sobre la cabeza", añade. "Tal vez no pase nada para un piloto que se dedica a algún tipo de entrenamiento, pero no carece de desventajas".

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