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Cadenas de bloques y aplicaciones

Tinder obliga a las mujeres a ser selectivas y a que a los hombres les guste cualquiera

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El primer estudio sobre las estrategias para hacer 'match' revela lo distintos que son los comportamientos de cada género, y ofrece dos consejos sencillos para que los hombres tengan más éxito

  • por Emerging Technology From The Arxiv | traducido por Teresa Woods
  • 19 Julio, 2016

Allá por 2012, una nueva moda conquistó internet en forma de app llamada Tinder que muestra a los usuarios fotos de potenciales parejas románticas en su zona. Los usuarios deslizan el dedo hacia de derecha si les gusta la foto, o lo deslizan hacia la izquierda en caso contrario. Cuando dos usuarios se gustan, la app les pone en contacto mediante su servicio integrado de mensajería.

Tinder cambió las reglas básicas de las apps de citas. Hasta entonces, la mayoría de los servicios de citas habían divisado posibles emparejamientos en base a los intereses comunes, las edades, los planes de futuro y más factores así. En Tinder, lo único que importa son las primeras impresiones.

Resulta interesante para los antropólogos que han dedicado décadas al estudio de cómo las personas seleccionan a sus parejas. Estas investigaciones son complicadas porque hay que tener en cuenta muchos factores. Tinder, en cambio, representa un entorno mucho más limpio puesto que sólo se basa en nuestras primeras impresiones, y por tanto tiene un fascinante potencial de investigación. Y aun así, nadie ha estudiado demasiado las estrategias de emparejamiento en Tinder.

Hoy cambia eso gracias al trabajo del investigador de la Universidad Reina María de Londres (Reino Unido) Gareth Tyson y varios compañeros que han estudiado las estrategias de emparejamiento de Tinder por primera vez. Su trabajo revela algunas destacables diferencias entre diferentes grupos que utilizan Tinder, algunos fenómenos contraintuitivos y hasta han elaborado algunos consejos para ayudar a los hombres en particular a maximizar sus probabilidades de éxito.

El equipo no tenía acceso a los datos brutos de Tinder, por lo que elaboró otra manera de recopilar datos. Crearon 14 cuentas diferentes de Tinder diseñadas para imitar usuarios corrientes. Crearon tres cuentas con fotos de archivo de hombres blancos, dos cuentas para voluntarios masculinos con varias fotos, y como grupo de control una cuenta masculina sin foto y una cuenta masculina con una foto que indicaba que la cuenta había sido deshabilitada. El equipo creó un conjunto similar de cuentas para mujeres blancas.

Sólo escogieron hombres y mujeres blancos para reducir el número de variables del experimento. También ubicaron las cuentas falsas en Londres para reducir la variabilidad basada en la ubicación. Sin embargo, configuraron las cuentas de los voluntarios en Nueva York (EEUU) para impedir que fuesen reconocidos en sus ciudades de residencia (aunque no está claro por qué no reclutaron voluntarios de Nueva York para configurar sus cuentas en Londres).

Todas las cuentas emplearon fotos de personas con aspecto corriente. Tyson explica: "Hacemos hincapié en que nuestro estudio no tiene intención de medir diferentes atributos como la belleza o la atracción".

Después, el equipo creó un algoritmo que buscó entre todos los emparejamientos recibidos en cada perfil, registró los detalles de cada uno, como la edad, el sexo, la biografía y así sucesivamente, y entonces aceptó todas las sugerencias de pareja. En total, repasaron 230.000 perfiles masculinos y 250.000 perfiles femeninos de esta manera. Al contar las respuestas positivas que recibió cada perfil, el equipo pudo determinar el porcentaje de usuarios que respondieron favorablemente a sus perfiles de prueba.

El análisis de los datos revela algunas interesantes diferencias entre los sexos. Para empezar, los hombres y las mujeres utilizan estrategias totalmente distintas a la hora de buscar una pareja en Tinder. A los hombres suele gustarles una gran proporción de las mujeres que les son sugeridas pero reciben sólo una diminuta fracción de respuestas, de tan sólo un 0,6%.

Las mujeres emplean la estrategia opuesta. Son mucho más selectivas acerca de quién les gusta pero tienen una probabilidad mucho más alta de emparejamiento, de aproximadamente el 10%.

Pero, de forma curiosa, la vasta proporción de emparejamientos procedía de hombres, tanto para los perfiles masculinos como para los femeninos. "Aunque el ratio de hombres:mujeres en nuestro conjunto de datos es aproximadamente de 1:1, el 86% de todos los emparejamientos que reciben nuestros perfiles masculinos provienen de otros hombres", escribe el equipo de Tyson.

Esto sugiere que los hombres homosexuales desempeñan un importante papel en Tinder. "Los hombres homosexuales son mucho más activos a la hora de seleccionar perfiles que las mujeres heterosexuales", afirma el equipo.

Igual de sorprendente resulta el hecho de que uno de sus perfiles masculinos, el que indicaba que su perfil había sido deshabilitado, recibió todos sus emparejamientos de mujeres. Por qué sucedió esto no está claro.

La manera en la que los hombres y las mujeres se emparejan también difiere. Los hombres tienden a acumular parejas con el paso del tiempo, logrando más de 200 durante la primera hora. En total, el equipo logró más de 8.248 emparejamientos masculinos pero tan sólo 532 femeninos.

Otra diferencia en cómo se comporta cada género después de hacer match. Las mujeres tienden a participar mucho más activamente y tienen mayores probabilidades de enviarle un mensaje a su potencial pareja. "En general, el 21% de las mujeres que lograron emparejamientos le enviaron un mensaje, mientras que tan sólo el 7% de los hombres lo hicieron", según el equipo de Tyson.

Y las mujeres también dedican más tiempo a sus mensajes. Casi dos terceras partes de los mensajes enviados por hombres se producen durante los primeros cinco minutos tras recibir el emparejamiento, frente a sólo el 18% de los mensajes enviados por mujeres. Y los mensajes de los hombres son más cortos, de tan sólo 12 caracteres de media, presumiblemente para decir "Hola, ¿qué tal?" o algo parecido. En contraste, los mensajes enviados por mujeres tienen 122 caracteres de media.

El número de fotos incluidos en un perfil también influye, especialmente en el caso de perfiles masculinos. "Con una sola foto de perfil [masculino], después de cuatro horas tan sólo se habían realizado 44 emparejamientos, mientras que la cifra aumentó a 238 emparejamientos con tres fotos", escribe el equipo.

Las biografías también importan. "Los perfiles masculinos que no tienen biografía lograron una media de 16 emparejamientos con mujeres; esto se cuadruplica hasta alcanzar 69 con una biografía", afirma el equipo.

Eso sugiere que dos cosas sencillas que los hombres pueden hacer para mejorar de forma significativa el número de emparejamientos en Tinder con incluir una biografía y añadir más fotos.

Por último, el equipo envió encuestas a usuarios frecuentes de Tinder para preguntarles acerca de su motivación para utilizarla y las estrategias que emplean. Los hombres afirman que la baja tasa de emparejamiento es uno de los factores que provocan que acepten una proporción más alta de las mujeres.

Eso implica la existencia de un ciclo vicioso de comportamiento que obliga a los hombres y mujeres a unas estrategias más extremas. El equipo detalla: "Nuestros hallazgos sugieren un 'bucle de retroalimentación' por el que los hombres son empujados a ser menos selectivos con la esperanza de obtener más emparejamientos, mientras que las mujeres deben ser cada vez más selectivas, desde la seguridad de saber que cualquier perfil que les guste probablemente resultará en un emparejamiento", explica el equipo de Tyson.

Un resultado de tal bucle de retroalimentación es que a los hombres les acaban gustando todas las mujeres que ven, mientras que las mujeres tengan garantizado un emparejamiento cada vez que alguien les guste. En ese caso, Tinder estaría, en efecto, roto.

Un resultado mucho más probable sería que emerja algún tipo de estrategia evolutiva y estable; y tal vez lo haya hecho ya. Sólo Tinder, con el uso de sus datos propietarios, lo sabe, pero la empresa guarda silencio. Sea como sea, es un trabajo muy interesante.

Ref: arxiv.org/abs/1607.01952: A First Look at User Activity on Tinder

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