A principios del año que viene, en una parte del norte de Florida (EE.UU.) hasta 8.000 personas podrán tener banda ancha 4G inalámbrica con una particularidad: el servicio se prestará a través de una frecuencia usada habitualmente por aparatos como los mandos a distancia de los garajes o los interfonos de los bebés.

El proyecto, de Northeast Florida Telephone, que utiliza equipos de una start-up de Sarasota (Florida) llamada XG Technology, parece ser el primer uso comercial de la radio cognitiva, capaz de detectar las frecuencias disponibles y cambiar de una a otra sobre la marcha. En la actualidad, las radios cognitivas las usa principalmente el Ejército.

Esta tecnología es uno de los planteamientos creativos necesarios para hacer frente a la escasez de espectro, que se ha disparado por el boom de los teléfonos superinteligentes. El tráfico de datos móviles en Estados Unidos se cuadruplicó el año pasado.

Otras empresas están llenando los vacíos con algo denominado 'superwifi', aprovechando partes sin usar del espectro de televisión (que se suelen denominar espacios en blanco) para proporcionar el servicio. Pero esas frecuencias solo están disponibles con preaviso, no en tiempo real, instantáneamente.

El proyecto de Florida, por valor de 2,4 millones de dólares (unos 1,85 millones de euros) es distinto. Cuando esté en marcha, el servicio enviará y recibirá señales sobre la banda de 902 a 928 megahercios, el terreno habitual de los teléfonos inalámbricos, los interfonos para bebés, los mandos a distancia de los garajes y aparatos similares de corto alcance. (Normalmente, en Estados Unidos, el servicio de teléfono móvil se provee en las bandas de 800 y 1.900 megahercios). Después, usando un método llamado acceso dinámico al espectro, la tecnología divide esa horquilla en 18 canales y usa la detección en tiempo real para localizar interferencias repentinas –que se dan, por ejemplo, cuando alguien usa el canal para abrir el garaje- y cambiar de canal en 20 milisegundos. El servicio debería permitir la descarga de datos a seis megabits por segundo, unas cuatro veces más rápido que el servicio de ADSL.

El proveedor del servicio instalará unos 13 transmisores del tamaño de una caja de zapatos sobre los tejados y farolas de la zona y dará a cada suscriptor un aparato del tamaño de una baraja. El suscriptor puede usar esa caja de conversión en casa o fuera, y en el futuro, un conversor de estas características podría miniaturizarse e integrarse en los teléfonos inteligentes.

A pesar del contratiempo de tener que cargar con el conversor, la gente de Baker County, Florida, “tendrá, por primera vez, acceso a velocidades de banda ancha bastante buenas a un precio barato, y dispondrán de ellas para equipos fijos y portátiles y acceso a telefonía móvil a precios muy competitivos”, afirma Ben Dickens, consejero de Northeast Florida Telephone. (Dickens afirma que aún no sabe cuál será la cuota mensual).

Craig Partridge, el científico jefe que trabaja en investigación de redes en Raytheon BBN Technologies en Cambridge, Massachusetts (EE.UU.), afirma que el proyecto de Florida representa el primer uso comercial de las radios cognitivas y dejará patente el hecho de que la tecnología tiene “un importante papel dentro del sector comercial”.

El proveedor de Florida es uno entre unos 1.3000 proveedores de Estados Unidos que dan servicio a zonas rurales que probablemente nunca consigan una cobertura completa por parte de los gigantes como AT&T y Verizon. La Comisión Federal de Comunicaciones está subvencionando muchísimos esfuerzos por cubrir estos huecos. La semana pasada, por ejemplo, anunció la concesión de 300 millones de dólares (unos millones de euros) en subvenciones para hacer accesible la banda ancha móvil a zonas rurales, entre las que se encuentran 133.000 kilómetros de carreteras secundarias.

Hay otras empresas haciendo radios cognitivas y plataformas de investigación avanzadas, entre ellas Cognitive Radio Technologies,  una start-up surgida de la Universidad Virginia Tech (EE.UU.) y Radio Technology Systems de Ocean Grove, Nueva Jersey (EE.UU.) (ver “Una radio que salta de frecuencia en frecuencia gasta menos espectro”). La plataforma de investigación de esta última empresa, llamada CogRadio, lleva el enfoque hasta nuevos límites. Es capaz de detectar el espectro disponible y cambiar de frecuencia en cualquier punto entre los 100 megahercios y los 7,5 gigahercios.

Una radio así, si llegara a ser lo suficientemente barata, podría acabar por hacer un uso óptimo de cualquier espectro, desde las bandas de AM y FM hasta las frecuencias de televisión, wifi y móviles, pudiendo distribuir incluso flujos de audio y vídeo ininterrumpidos que podrían estar usando cualquier parte de ese espectro en cualquier momento dado.

Este tipo de tecnologías serán cada vez más necesarias. Un informe de la Casa Blanca, coescrito este año por líderes de la industria, entre ellos el presidente de Google, Eric Schmidt, urgía a la industria a desarrollar tecnologías inteligentes para compartir el espectro.

Y la semana pasada, en un discurso pronunciado por el presidente de la Comisión Federal de las Comunicaciones, Julius Genachowski, este reiteró que “el espectro es finito, al menos con las tecnologías actuales y las que prevemos. Igual que debemos lograr tecnologías y políticas energéticas orientadas al futuro, no tenemos elección respecto a las ondas: debemos hacer un uso mejor y más eficaz del espectro”. Y añadió: “Tenemos que pararnos a pensar que, basándonos en las proyecciones y tecnologías actuales, la demanda amenaza con superar la disponibilidad del espectro para banda ancha móvil en los próximos años”.