.

Computación

HP fabricará una impresora en 3D que nunca podrás comprar

1

La empresa planea destinarla a la producción industrial a medida y los expertos sólo vislumbran un reducido consumo doméstico

  • por Josh Dzieza | traducido por Lía Moya
  • 31 Octubre, 2013

A la impresión 3D le rodea una inevitable aura de ciencia ficción. Si ya podemos imprimir implantes médicos y partes de avión, las impresoras domésticas no pueden tardar mucho en llegar. El rápido descenso del precio de las impresoras para aficionados en los últimos años parece confirmar esta trayectoria. La semana pasada, HP contribuyó a esta inercia al revelar sus planes de vender impresoras 3D para mediados de 2014.

Pero es poco probable que las máquinas 3D de HP se coloquen junto a las impresoras existentes en oficinas y hogares. En un evento celebrado en Pekín, la directora ejecutiva de HP, Meg Wittman, insinuó que la tecnología de impresión 3D que se está desarrollando en los laboratorios de investigación de la empresa estará destinada a que las tiendas de fabricación a medida impriman productos más rápidamente.

Efectivamente, la impresión 3D más sofisticada tiene un mayor potencial que la de sobremesa de baja calidad. Pero este potencial también tiene límites. Mientras que la impresión 3D puede ser buena para fabricar algunos objetos complejos, como un repuesto de cadera de titanio poroso, es menos útil para hacer cosas estandarizadas que damos por sentadas, como los componentes de un lavavajillas. Al menos, en comparación con las formas convencionales de producción a gran escala. Es una técnica de fabricación única y, por tanto, sus puntos fuertes y limitaciones también son únicos.

La impresión 3D, conocida también como fabricación aditiva cuando se usa a escala industrial, es un método de fabricar objetos, a menudo colocando capa tras capa de material hasta que emerge una forma, de abajo a arriba. La técnica existe desde hace tres décadas, pero hasta hace poco sólo era empleada, principalmente, por diseñadores e ingenieros que querían producir prototipos rápidos sin pasar por el engorro de usar una fresadora o moldes de inyección de plástico. Dibujas tu diseño en un programa de diseño asistido por ordenador (CAD), enciendes la impresora, te vas a tu casa por la noche y  tu modelo te estaba esperando por la mañana.

A lo largo de la última década han pasado dos cosas: el precio de las sencillas impresoras modeladoras de plástico ha caído en picado y las impresoras 3D industriales han empezado a emplear metal, cerámica y otros materiales para hacer no sólo prototipos, sino también algunos productos acabados. Estos dos hechos combinados dieron lugar a numerosos debates en torno a una nueva revolución industrial transformadora y potencialmente radical. Incluso el presidente Obama mencionó la impresión 3D en su discurso sobre el Estado de La Unión de este año

De hecho, lo que probablemente suceda es que, durante algún tiempo, la impresión 3D complemente la fabricación tradicional más que sustituirla. La gran ventaja de la tecnología es su capacidad para producir objetos únicos muy personalizados, pero no sustituye a todo el proceso de fabricación. 

"Muchas industrias empiezan a entender que "¿Sustituirá esto a la producción en masa?" no es la pregunta adecuada. La pregunta adecuada es: ¿Qué nuevos modelos de negocio permite esta tecnología?", afirma el profesor de ingeniería de la Universidad de Cornell (EEUU) Hod Lipson, autor de Fabricated: The New World of 3D Printing (Fabricado: el nuevo mundo de la impresión 3D). Lipson destaca la empresa de ortodoncia Invisaling como un ejemplo de negocio que es posible gracias a la impresión 3D. La ortodoncia transparente de plástico de la empresa se personaliza para la boca de cada paciente. Están aprovechando el hecho de que puedes producir formas arbitrarias complejas y únicas sin demasiada inversión", afirma Lipson.

La impresión 3D de alta gama también presenta ventajas claras a la hora de hacer determinados tipos de objetos industriales complejos. En vez de producir 18 partes individuales y soldarlas para formar una boquilla de combustible, General Electric Aviation ha empezado a imprimir las boquillas completas, con pequeñas ranuras de enfriado incluidas, lo que las hace más ligeras y duraderas. "No sólo están reduciendo la cantidad de material, las horas de trabajo y el coste asociado con las prácticas tradicionales", explica el investigador en impresión 3D de Gartner Pete Basiliere, "también son capaces de rediseñar el interior del inyector y conseguir mejoras en el rendimiento".

Cuando las impresoras industriales sean más rápidas, amplíen la gama de materiales que son capaces de usar y puedan imprimir con múltiples materiales a la vez (importantes limitaciones de las impresoras actuales), otras industrias podrán encontrar nuevos componentes que mejorar.

Pero no esperes que la impresión sustituya a la producción industrial. Basiliere afirma que su audífono ilustra perfectamente el probable papel de la impresión 3D en la fabricación: el altavoz se puede estandarizar porque el mismo tipo funciona para todos, pero la caja de plástico en el que va encajado se imprime a la medida de su oreja. "Es un gran ejemplo de cómo parte de la unidad se produce a escala industrial mientras que otra parte es muy personalizada", indica.

En cuanto a la gente que compra una impresora 3D doméstica, Basiliere, Lipson y otros expertos se muestran escépticos. Aunque los precios de las impresoras caigan drásticamente, fabricar un producto final requerirá maquinaria industrial importante, con láseres de alta temperatura y metales en polvo. Lipson imagina un ecosistema de impresión en 3D: habrá gente con impresoras en el trabajo -un mecánico de coches puede tener algunas de estas máquinas para fabricar determinadas partes, por ejemplo, o un hospital para fabricar implantes- mientras que otras personas quizá envíen sus diseños a empresas como Shapeways para que se las impriman. Algunos aficionados podrán tener pequeñas máquinas en casa con las que enredar, para crear Legos personalizados u otros objetos.

Pero Lipson también admite que nos podrían esperar otras sorpresas. "Es como tener una conversación en la década de 1970 para pensar cómo usará la gente los ordenadores", afirma. "Cuesta imaginar qué modelos de negocio surgirán".

Computación

Las máquinas cada vez más potentes están acelerando los avances científicos, los negocios y la vida.

  1. La 'start-up' de EE UU que se enfrenta al gigante japonés de materiales para chips

    La financiación federal está impulsando a empresas estadounidenses como Thintronics a incursionar en la fabricación de semiconductores. El éxito está lejos de estar garantizado.

    Placas de circuitos electrónicos apiladas en una cadena de montaje.
  2. ASML, la empresa que revolucionó la fabricación de chips y quiere seguir haciéndolo

    ‘MIT Technology Review’ se reunió con el CTO saliente, Martin van den Brink, para hablar del ascenso de la empresa a la hegemonía y de la vida y muerte de la Ley de Moore  

    Dos trabajadores de ASML pasan por delante de la máquina UVE de alta apertura numérica en Veldhoven
  3. ‘Chiplets’: el arma de China en su batalla tecnológica contra EE UU

    Al conectar varios chips menos avanzados en uno, las empresas chinas podrían eludir las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense.