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Computación

Un 'smartwatch' controlable a golpe de muñeca

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Su pantalla móvil permite leer un mapa o jugar a un juego a través de giros, inclinaciones y clics

  • por Rachel Metz | traducido por Francisco Reyes
  • 16 Mayo, 2014

Foto: Varios investigadores de la Universidad Carnegie Mellon (EEUU) han desarrollado un prototipo de reloj inteligente con una cuya pantalla que se puede pulsar, inclinar y girar moviendo el bisel.

La primera vez que probé un reloj inteligente con pantalla táctil, rápidamente pasé de la emoción a una sensación de torpeza. Al tocar o golpear la pequeña pantalla en la muñeca muchas veces no conseguí la respuesta que esperaba. Puede que fuera por la calidad de la pantalla, pero también pudo haber sido simplemente porque la pantalla era demasiado pequeña y mis dedos demasiado grandes.

Las pantallas táctiles han reemplazado en gran medida a los teclados y a los botones o ruedas de desplazamiento en los teléfonos inteligentes, en favor de gestos como toques, deslizamientos y pellizcos. Sin embargo, cuando hablamos de aparatos más pequeños como los relojes inteligentes, estos gestos no son siempre la mejor forma de acceder a la información, y otros métodos como el reconocimiento de voz aún no son del todo fiables.

Un proyecto de la Universidad Carnegie Mellon (EEUU) nos sugiere una mejor forma de controlar estos nuevos aparatos: permite a los usuarios pulsar, inclinar y girar físicamente el bisel del reloj, es decir, el área alrededor de la pantalla. Esto podría facilitar hacer cosas como concertar citas, reproducir música o navegar por un mapa en la pequeña pantalla.

"No es que estos relojes no sean lo suficientemente rápidos, o que no tengan suficiente vida de batería, es que la entrada y la salida de información no es lo suficientemente buena", señala el profesor asistente de interacción persona-ordenador en la Universidad Carnegie Mellon, Chris Harrison, que trabajó en el proyecto con varios colegas.

El grupo construyó un prototipo del dispositivo y presentó un detallado artículo en la reciente Conferencia ACM CHI sobre Factores Humanos en Sistemas Informáticos en Toronto (Canadá).

Harrison señala que los investigadores intentaron seguir ciertas reglas al crear el prototipo: al utilizarlo no debería sentirse una sensación de estrechez, y los usuarios no deberían tener que levantar el dedo de la pantalla mientras lo usan. Tiene una pantalla de 1,5 pulgadas sobre un procesador ARM, y dos sensores de desplazamiento de efecto Hall miden los movimientos de la pantalla a lo largo de dos ejes diferentes. Esto permite hacer pulsaciones, inclinaciones, desplazamientos y giros. El reloj está conectado a un ordenador portátil con un software que procesa las interacciones del usuario y ejecuta una aplicación que se muestra en la esfera del reloj.

Un vídeo publicado por el grupo (ver más abajo) muestra a un usuario interactuando con una serie de aplicaciones de demostración en el reloj: lo pulsa y lo gira para programar una alarma, lo inclina para desplazarse por un mapa y lo gira para hacer un acercamiento, lo gira y hace clic para controlar el videojuego Doom, que los investigadores han modificado para que pueda ejecutarse en el dispositivo.

El prototipo es voluminoso, e incluso si la tecnología pudiera hacerse más pequeña, al añadirla a un reloj inteligente probablemente aumentaría el tamaño total del dispositivo y usaría más batería. Por otro lado, las piezas mecánicas pueden provocar quebraderos de cabeza en los dispositivos móviles, ya que pueden acumular polvo, mojarse y romperse.

Para abordar algunas de estas cuestiones, según Harrison, podría fabricarse un reloj inteligente comercial con este tipo de funcionalidad utilizando sensores de presión en lugar de sensores mecánicos. Sin embargo, afirma que la sensación de movimiento con los sensores mecánicos es mucho mayor.

En última instancia, algunos de estos problemas puede que no importen demasiado. Harrison también está explorando formas con las que controlar los relojes inteligentes sin siquiera tocarlos. Un proyecto más reciente, del que no quiere hablar demasiado, investiga pasar las interacciones a la piel que está en contacto con el dispositivo. "Estamos intentando pensar en formas de ampliar la interacción", concluye.

Computación

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