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Inteligencia Artificial

Llega el vehículo autónomo capaz de comunicarse con los peatones

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Las empresas del sector se están centrando en desarrollos tecnológicos para la autonomía del propio vehículo, pero casi nadie tiene en cuenta el componente humano que transita por la calle

  • por Will Knight | traducido por Teresa Woods
  • 02 Septiembre, 2016

Tal vez el mayor reto para los coches autónomos no consista en rastrear a otros vehículos ni evitar obstáculos desconocidos sino en lidiar con el fenómeno más errático y desconcertante de todos: el comportamiento humano.

Una nueva start-up de conducción autónoma, Drive.ai, está convirtiendo la interacción humana en una parte clave de su estrategia. La empresa, que cuenta con numerosos investigadores de inteligencia artificial (IA) procedentes de la Universidad de Stanford (EEUU), está desarrollando sistemas que pueden ser entrenados para interpretar los datos procedentes de sensores y controlar el comportamiento de un vehículo. Pero de forma menos convencional, también está explorando cómo los vehículos podrían aprender algunas de las normas de los comportamientos de conductores y peatones. Dentro de las próximas semanas, la empresa empezará a probar en California (EEUU) vehículos autónomos equipados con pantallas y sistemas de sonido diseñados para comunicarse con los peatones.

Este esfuerzo podría resultar muy importante, especialmente dado que los primeros vehículos sin conductor podrían distar mucho de ser totalmente autónomos (ver No tire su carnet de conducir, el primer coche autónomo será una decepción).

Foto: Una ilustración muestra un coche equipado con el software de Drive.ai. Crédito: Drive.ai.

"Todos hablan de este mundo mágico en el que todos los coches de la carretera sean autónomos. Pero es sorprendente que el factor humano haya sido excluido de la ecuación", critica la cofundadora y presidenta de Drive.ai, Carol Reiley.

Reiley es una experta en robótica que estudió en la Universidad de John Hopkins (EEUU) y anteriormente se centraba en robots médicos. En su opinión la empresa es única a la hora de aplicar el aprendizaje de máquinas tanto a la conducción como a la interacción humana. Señala que unas interacciones cotidianas muy sutiles, como pedir disculpas después de cortarle el paso a otro conductor y dar las gracias después de que un vehículo le ceda el paso, serán totalmente distintas con la conducción autónoma.

Foto: El equipo de Drive.ai. Crédito: Drive.ai.

Reiley afirma: "Nosotros predecimos que los comportamientos de las personas cambiarán totalmente en torno a un coche autónomo". Puede que estos vehículos necesiten comportarse de manera distinta en diferentes ubicaciones, añade, y llevará tiempo averiguar lo que funciona mejor. "Pero finalmente, necesitamos tener en cuenta el factor humano desde un inicio, averiguar qué funciona y ser responsivos", prosigue.

El primer producto de la empresa será el hardware requerido para actualizar un vehículo para que sea capaz de conducirse solo. Será ofrecido a empresas que operan flotas en rutas específicas, como servicios de entrega o de taxi. Además de sensores y sistemas para controlar el coche, la oferta comercial incluirá el sistema de comunicaciones montado sobre el techo y una novedosa interfaz de a bordo.

La empresa experimentará con texto, sonido, luces y hasta con movimiento para comunicarse con conductores y peatones. La pantalla del vehículo podría indicar a un peatón cuándo resultará seguro cruzar una calle, mientras que el hecho de adelantarse gradualmente podría indicar a otro conductor que le debe ceder el paso. Los sistemas se aprovecharán del aprendizaje profundo, una técnica que ha resultado muy potente para enseñar a las máquinas a realizar tareas que resultarían difíciles de programar a mano.

El investigador científico del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EEUU) Bryan Reimer, que estudia la automatización y el comportamiento de los conductores, asegura que los responsables de los desarrollos de sistemas de conducción autónoma han prestado demasiada poca atención a los comportamientos humanos.

Reimer concluye: "Las dificultades de detección y de procesamiento en las que se están centrando actualmente muchas de las empresas tecnológicas clave se resolverán más rápidamente que nuestra capacidad de divisar diseños coherentes centrados en los humanos. Mientras que veremos muchos desarrollos de vehículos autónomos de orden superior, creo que nuestras carreteras serán dominadas por sistemas autónomos de menor alcance durante muchas décadas más".

Inteligencia Artificial

 

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