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Biotecnología

Pruebas de cosméticos sin animales

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Un dispositivo de microfluidos conecta una piel artificial con un nódulo linfático.

  • por Rachel Kremen | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 20 Enero, 2010

Un grupo de investigadores de Hurel Corporation han logrado un hito importantísimo dentro de su afán por crear un chip que reemplace las pruebas de alergia sobre la piel en animales. En colaboración con la firma de cosméticos L’Oreal, Hurel ha desarrollado un porción funcional del chip de microfluidos. Aunque aún hay mucho trabajo por hacer antes de que consigan tener un chip completo listo para su uso comercial, los investigadores afirman que este es un paso muy importante hacia la eliminación de los tests de alergia en animales.

“Una de las ventajas importantes de dejar de hacer pruebas con animales es la reducción de costes,” afirma Robert Freedman, director general de Hurel. Afirmó que los tests en animales pueden costar hasta 1.000 dólares por animal. Finalmente, estos chips deberían ser mucho menos caros. También existe una creciente presión política para eliminar las pruebas en animales, particularmente en Europa, donde entrará en vigor una prohibición de este tipo de pruebas en 2013 que afectará a todos los cosméticos que se vendan en el continente.

“Existe, además de todo esto, la poderosa demanda ética... de que simplemente es algo que no debe hacerse,” señala Freedman, añadiendo que el uso del dispositivo una vez salvaría la vida de 25 animales. “Si somos lo suficientemente inteligentes como para ir a la luna, deberíamos serlo también para poner a prueba componentes químicos sin dañar a otras criaturas.”

Se espera que el chip reemplace a un tipo de test, llamado ensayo del nódulo linfático local, que a menudo se lleva a cabo con nuevos componentes químicos usados en cosméticos. Hoy día, los tests se realizan generalmente en ratones hembra. (Aunque algunos laboratorios utilizan otros métodos más antiguos con conejos de indias.)

Chad Sandusky, director de toxicología e investigación en el Comité de Médicos para una Medicina Responsable, afirma que es difícil saber exactamente cuántos animales son utilizados para las pruebas de alergia en la piel puesto que los roedores no están cubiertos por la Ley de Bienestar de los Animales de los EE.UU. y por tanto no hay que llevar un registro ni entregarlo al gobierno en relación a su uso. Sin embargo estima que al menos 10.000 animales se usan en EE.UU. cada año para este tipo de tests. “Es un test muy frecuente,” afirma.

Cuando un animal vivo experimenta una alergia en la piel, las células dendríticas de la piel migran a través del fluido linfático hasta el nódulo linfático, donde lanzan una respuesta alérgica mediante la estimulación de las células T. Los encargados de realizar los tests buscan reacciones alérgicas como, por ejemplo, irritaciones en la piel.

El test de Hurel, que no necesitará usar animales, imitará la interacción entre la piel y el sistema linfático en respuesta a un componente químico. Para construir el chip, las células se cultivarán para crear un nódulo linfático artificial—esencialmente, el tejido capaz de simular una respuesta del sistema inmune humano—a poca distancia de la piel artificial construida con células humanas cultivadas. El nódulo linfático artificial se conectará a la piel a través de un sistema de microfluidos hecho de canales llenos de un gradiente químico especialmente conservado.

Para usar el chip, el producto químico se tiene que poner en contacto con la piel artificial. Si ocurriese una reacción alérgica, las células dendríticas migrarían hacia el nódulo linfático artificial como respuesta al gradiente químico, donde pasarían a estimular las células T.

Maish Yarmush, consejero científico jefe de Hurel, afirma que la compañía aún tiene que determinar cómo leer los resultados del test. “Tendremos que analizar la respuesta de las células T,” señala Yarmush. Eso podría requerir el análisis de la proliferación de células T o de las moléculas segregadas, o de ambas.

La determinación de la respuesta alérgica es sólo uno de los muchos retos a los que se enfrenta el equipo. “La pieza de señalización microfluidica ha sido desarrollada,” señala Freedman, “pero tenemos que desarrollar todas las piezas y hacer que funcionen juntas.”

Al margen de todo esto, Freedman cree que tendrán un prototipo “completo y funcional” para finales de 2011. El objetivo es tener el producto en el mercado a tiempo para cubrir las necesidades de las compañías de cosméticos, que necesitan un sustituto de los animales de aquí a 2013.

Sandusky señala que una vez finalizado, el test de Hurel también poseerá una clara ventaja científica sobre los tests con animales: eliminará el problema proveniente de la extrapolación a humanos de los datos recogidos en animales. “Me intriga mucho el método de Hurel,” señala Sandusky. “Nos encantaría que realmente fuese un éxito.”

Biotecnología

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