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Las criptomonedas están sustituyendo a las acciones y parece que todos ganan

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Las empresas están empezando a vender monedas digitales a cambio de servicios mediante ofertas iniciales de moneda, parecidas a las OPI. Aunque esta tendencia al alza podría hacer estallar la burbuja, detrás de ella se está fomentando la innovación tecnológica y empresarial 

  • por Mike Orcutt | traducido por Maximiliano Corredor
  • 14 Septiembre, 2017

Las ofertas iniciales de monedas (ICO, por sus siglas en inglés) están causando furor. Este año, docenas de empresas han recaudado unos 1.250 millones de euros a través de este nuevo mecanismo de recaudación de fondos. Celebridades desde Floyd Mayweather a Paris Hilton se han subido al tren de moda. Pero no se sienta mal si todavía se pregunta qué diablos es una ICO.

El acrónimo se parece mucho al de una oferta pública inicial (OPI). De hecho, ambos procesos son muy similares, pero mientras que en una OPI se ofrecen acciones de la compañía, en una ICO lo que se venten son activos digitales denominados tokens (o fichas).

Una venta de tokens es como una campaña de crowdfunding, excepto que utiliza la tecnología de cadena de bloques para verificar las transacciones. Ah, y las fichas se pueden configurar para que, en lugar de una parte de una empresa, los titulares obtengan servicios, como espacio de almacenamiento en la nube, por ejemplo. A continuación explicamos la práctica cada vez más popular de lanzar una OCI y su potencial para alterar los negocios como los conocemos.

Empecemos con Bitcoin, el sistema de tokens más popular. Bitcoin y otras monedas digitales se basan en cadenas de bloques (blockchain), unos libros de contabilidad criptográficos que registran todas las transacciones realizadas con tokens Bitcoin (ver La utilidad de Bitcoin en el futuro es independiente de la moneda). Ordenadores individuales esparcidos por todo el mundo y conectados a través de internet verifican cada transacción mediante software de código abierto. Algunos de esos ordenadores, llamados mineros, compiten para resolver un rompecabezas criptográfico que requiere mucha potencia computacional para poder agregar "bloques" de transacciones verificadas a la cadena. Los mineros obtienen tokens (bitcoins) a cambio de su trabajo.

Las cadenas de bloques dependen de los mineros para funcionar, y las fichas que reciben a cambio son su incentivo económico. Algunos tokens se construyen sobre nuevas versiones de la cadena de bloques de Bitcoin que se han modificado de alguna manera, como Litecoin y ZCash entre otros ejemplos. Ethereum, una cadena de bloques muy popular entre las empresas que lanzan OCI, presenta una tecnología distinta de Bitcoin. Su token se llama Ether y permite construir tokens nuevos sobre la cadena de bloques de Ethereum.

Pero los defensores de la tecnología blockchain dicen que el poder de las fichas va más allá de la simple invención de nuevas monedas a partir de la nada. Bitcoin elimina la necesidad de una autoridad central de confianza para mediar el intercambio de valor, una compañía de tarjetas de crédito o un banco central, por ejemplo. En teoría, eso también se puede hacer para lograr otros objetivos.

Como el almacenamiento en la nube, por ejemplo. Varias empresas están construyendo cadenas de bloques para facilitar la compra y venta de espacio de almacenamiento entre usuarios, un modelo que podría desafiar a los proveedores convencionales como Dropbox y Amazon. En este caso, las fichas son el método de pago para el almacenamiento. Una cadena de bloques verifica las transacciones entre compradores y vendedores y sirve como un registro de su legitimidad. El funcionamiento exacto depende de cada proyecto. En Filecoin, que batió récords el mes pasado al recaudar más de 200 millones de euros a través de una OCI, los mineros obtendrían a cambio de su espacio de almacenamiento o liberando espacio de los usuarios.

Una de las primeras OCI de gran repercusión ocurrió en mayo de 2016 con la Organización Autónoma Descentralizada (OAD), que básicamente consiste en un fondo de capital riesgo descentralizado y construido sobre Ethereum. Los inversores podían usar las fichas de la OAD para votar sobre cómo invertir fondos, y se suponía que cualquier beneficio se devolvería a las partes interesadas. Desafortunadamente para todos los involucrados, un hacker explotó una vulnerabilidad en el diseño de Ethereum para robar decenas de millones de euros en moneda digital (ver El mayor fondo de inversión controlado por un software ha sido robado por hackers).

Algunas personas creen que las OCI podrían ofrecer nuevas y distintas formas para construir una empresa. Si un negocio de almacenamiento en la nube como Filecoin aumentara su popularidad, por ejemplo, enriquecería a cualquier persona que tuviera o minara tokens, en lugar de un grupo establecido de ejecutivos y empleados de la compañía. Esta sería una empresa "descentralizada", explica el director de Investigación de Coin Center, Peter Van Valkenburgh, cuyo grupo de investigación y promoción sin ánimo de lucro se centra en temas de política relacionados con la tecnología blockchain.

Pero siempre hace falta que haya alguien para construir el blockchain, emitir los tokens, y mantener algún software. Así que para iniciar una nueva operación, los emprendedores pueden preasignar fichas para ellos y sus desarrolladores. Y pueden utilizar una OCI para vender fichas a personas interesadas en utilizar el nuevo servicio cuando se lance, o en especular sobre el valor futuro del servicio. Si el valor de los tokens sube, todo el mundo gana.

Con todo el bombo en torno a Bitcoin y otras criptomonedas, la demanda para algunos de los tokens que han llegado al mercado últimamente ha sido extremadamente alta. Una pequeña muestra de los proyectos que han recaudado millones a través de OCI recientemente incluye un navegador web destinado a eliminar a los intermediarios en la publicidad digital, un mercado de predicciones descentralizado y un mercado basado en cadenas de bloques para aseguradoras y corredores de seguros.

Aun así, el futuro del mercado de tokens es muy incierto, dado que los reguladores gubernamentales todavía están tratando de averiguar cómo tratarlo. Complica las cosas que algunas fichas sean más como la base de las relaciones tradicionales comprador-vendedor, como Filecoin, mientras que otras, como las fichas OAD, se parezcan más a las acciones. En julio, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) dijo que las fichas de OAD eran en realidad títulos y que cualquier token que funcione como un valor será regulado como tal. Y este mes, la SEC advirtió a los inversores de que estuvieran alerta ante posibles estafas en OCI. Esta semana, China ha llegado al extremo de prohibir las OIM, y otros gobiernos podrían seguir el ejemplo.

El panorama parece propicio para las estafas y la venta de humo. Muchas de las empresas que lanzan OCI no han producido nada más que un documento técnico que describe una idea que puede no funcionar.

Pero Van Valkenburgh defiende que no pasa nada si el bum de la OCI es una burbuja. A pesar de las tonterías de la era de las puntocom, dice, de ella surgieron "la financiación y la emoción y el desarrollo del capital humano que finalmente llevó a la gran ola de innovación en internet" que disfrutamos hoy.

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