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Tecnología y Sociedad

El negocio oculto de las demandas masivas sobre protección intelectual en Amazon

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Los bufetes de abogados de EE UU se han enfrentado a vendedores minoristas de Amazon debido a infracciones de marcas, y es un gran negocio

  • por Zeyi Yang | traducido por
  • 29 Junio, 2023

Sun Qunming no tenía ni idea de que la palabra airbag pudiera ser una marca registrada.

Sun es propietario de una empresa de comercio digital de 13 personas en Shenzhen (China), y ha vendido carcasas de móviles por Amazon a compradores de Europa y EE UU desde 2016. Pero el año pasado su negocio se paralizó. Uno de sus productos tiene almohadillas rellenas de aire en los bordes de las carcasas para proteger el teléfono. Cuando lo puso a la venta en Amazon en noviembre de 2021, lo bautizó con el típico nombre que acumula palabras clave para atraer tráfico de los motores de búsqueda: "Samsung Flip 3 Case, Galaxy Flip 3 Case with Ring, Built-in Airbag Protective Case for Samsung Galaxy Z Flip 3 5G 2021, Black".

Sin embargo, no sabía era que ese mismo mes la palabra airbag, utilizada en el contexto de los accesorios para dispositivos electrónicos, había sido registrada por PopSockets, otro vendedor de fundas de móviles. Unos meses después, la empresa demandó a Sun y a más de 160 vendedores online por infracción de marca. Además, en Amazon se restringieron las dos cuentas de venta de Sun y se congelaron los saldos de sus cuentas, que en aquel momento ascendían a 60.000 dólares (unos 54.800 euros).

Sun afirma que en los tres meses siguientes gastó 20.000 dólares (unos 18.300 euros) en los honorarios de los abogados para responder a la demanda. La suspensión de la cuenta se levantó en junio de 2022, pero el daño a su negocio ya estaba hecho. Una nueva funda de teléfono suele venderse con éxito durante su primer año de existencia, hasta que aparece la siguiente generación de dicho móvil, y Sun perdió esa oportunidad.

"Tenía planes para mi vida, como el crecimiento de mi carrera dentro de unos años", recuerda la empresaria. "Cuando me hicieron eso, sentí que todo mi plan se había trastocado, y no sabía qué hacer".

Lo que experimentó Sun no fue un accidente, sino un hecho reciente en el mundo del comercio digital transfronterizo.

Los bufetes de abogados estadounidenses, sobre todo algunos con sede en Chicago, han estado organizando casos masivos sobre propiedad intelectual. Como en este caso, demandan a cientos de vendedores de Amazon u otras plataformas al mismo tiempo por vender productos falsificados. Es una nueva forma de litigar, tan nueva que aún no tiene nombre oficial. Algo que tienen en común es que se acusa a varios vendedores a la vez, y se mantienen oculta sus identidades.

Estos casos están concebidos para proteger a los titulares de los derechos de propiedad intelectual frente a los falsificadores, que son más difíciles de localizar y responsabilizar en la era del comercio electrónico.

No obstante, en EE UU estas querellas también se han convertido en un lucrativo negocio para los demandantes y sus bufetes de abogados. Agrupar a tantos acusados ahorra tiempo y dinero a la hora de presentar demandas ante los tribunales federales. Varios abogados explicaron a MIT Technology Review que el método es tan ágil y estructurado que los bufetes pueden producir litigios en masa, reutilizando plantillas de presentación y querellándose contra una tanda tras otra de vendedores. Estas prácticas no son ilegales, pero algunos abogados y académicos lo consideran aprovecharse del sistema de protección de la propiedad intelectual.

En la actualidad, los vendedores de origen chino constituyen la mayoría de los vendedores a terceros en Amazon. Pero, a medida que sus negocios florecen, también aprenden duras lecciones para adaptarse a un sistema cultural y jurídico diferente. Los vendedores como Sun creen que las demandas están diseñadas para aprovecharse de personas que carecen de experiencia con el sistema judicial estadounidense y, además, se enfrentan a la barrera idiomática.

"Empezó como una forma normal de defender los derechos de propiedad intelectual", afirma Ning Zhang, abogada estadounidense que ha representado a Sun y otros vendedores en situaciones similares. Zhang explica que, con los años, ha visto cómo las reclamaciones por violación de la propiedad intelectual eran cada vez más infundadas. "No importa si [las reclamaciones] tienen algún fundamento, basta con demandar [a los vendedores], congelar sus cuentas y obligarles a negociar para recuperar su dinero".

Reclamaciones por violación de marca registrada

Desde hace tiempo, los productos provenientes de China se asocian con la falsificación y el fraude a la propiedad intelectual. No es para menos. En 2022, el 60% del valor de los productos falsificados que fueron incautados en las fronteras estadounidenses procedían de China.

Poco a poco, los derechos de propiedad intelectual y la falsificación se han convertido en conceptos más difuminados. Tradicionalmente, los productos falsificados se benefician de las marcas de éxito, aprovechando su reconocimiento. Sin embargo, no todas las marcas son reconocibles, algunas solo tienen nombres descriptivos.

En noviembre de 2020, PopSockets solicitó registrar el término airbag en la categoría de "agarraderas, soportes, monturas y fundas adaptadas para dispositivos electrónicos manuales". La empresa tiene productos que utilizan componentes rellenos de aire pero, antes de PopSockets, ya existían ejemplos del uso de la palabra para describir características similares. La solicitud fue aprobada un año después, el 9 de noviembre de 2021.

Sun Qunming afirma que ya había utilizado antes la palabra airbag para describir otras fundas de móvil que vendía, sin haber causado problemas. Y admite que esta vez no comprobó si era una marca registrada. "Si es una palabra poco común, la buscamos en la base de datos de marcas para ver si está registrada. Pero en el caso de airbag no lo busqué porque pensé que era un término descriptivo. Se ve en todas partes", alega.

Sin embargo, el demandante afirmó que los acusados, como Sun, "engañan a los consumidores sin saberlo mediante el uso no autorizado de la marca POPSOCKETS para atraer a varios motores de búsqueda que rastrean internet en busca de webs relevantes para los consumidores de los productos de PopSockets". La empresa declinó hacer comentarios para este artículo.

Eric Goldman, profesor de Derecho en la Universidad de Santa Clara (California) y codirector del High Tech Law Institute, explica que este tipo de demandas aparecieron por primera vez en su radar en 2021. Descubrió que una empresa alemana, propietaria con licencia de la palabra emoji, había demandado a más de 10.000 vendedores de comercio digital entre 2020 y 2021. Algunas de las partes demandadas solo habían utilizado la palabra para describir un producto que, en realidad, incluía la imagen de un emoji. Pero los veredictos jugaron a favor del demandante. En una de las docenas de casos, el juez consideró que la reclamación de derechos de autor era demasiado amplia. No obstante, concedió al propietario una indemnización de 25.000 dólares (22.800 euros) por daños y perjuicios de cada uno de los 231 demandados.

Goldman, en un artículo publicado en marzo, denomina a este tipo de demandas "esquema del Anexo A" (Schedule A Defendants Scheme, o SAD Scheme). Cuando se presentan estos casos, los nombres de los demandados se incluyen en un documento llamado Anexo A, que a menudo se mantiene confidencial a petición del demandante. Como resultado, los casos pueden implicar a cientos de vendedores al mismo tiempo sin que los vendedores sepan quién más está siendo demandado. Por lo general, tampoco saben que ellos mismos están siendo demandados hasta que el tribunal ordena a Amazon congelar sus cuentas.

Después de que Goldman investigara los casos de los emojis, no dejó de pensar en ello. Las demandas por agravios a la propiedad intelectual existen desde hace décadas, pero consideró que la forma en que se presentaron estos casos se aprovechaba de los mecanismos judiciales actuales de manera especial. "Al final me pasé horas pelando las capas y cada vez me enfadaba más, al darme cuenta de que había un problema sistémico", asegura Goldman.

Los objetivos de China

No todos los demandados del esquema del Anexo A son de China, pero los abogados que hablaron con MIT Technology Review afirman que estos parecen estar en el punto de mira con mayor frecuencia. Travis Stockman, un abogado de Nueva York, ha representado a varios comerciantes online y afirma que alrededor del 70% de sus representados son de China. Mientras menos del 10% tienen su sede en EE UU.

Justin Gaudio, abogado del bufete Greer, Burns & Crain (GBC) en Chicago, y principal letrado del demandante en el pleito de los airbags, respondió a MIT Technology Review mediante correo electrónico. Gaudio explicó que la razón por la que se demanda a tantos vendedores chinos es que la falsificación es, en gran medida, un problema chino.

"Estos casos se centran en acusados con sede en China, ya que la mayoría de las falsificaciones enviadas a EE UU proceden de China y sus territorios dependientes", contó Gaudio, citando un informe de Buy Safe America Coalition. No quiso comentar sobre el caso del airbag en concreto, y GBC declinó comentar las alegaciones sobre la práctica abusiva del sistema.

Zhang afirma que es más raro que los demandados chinos comparezcan ante los tribunales y se opongan a las demandas. Hay formas de rebatir las demandas por infracción de la propiedad intelectual y argumentar que faltan garantías procesales, desarrolla la letrada, pero los vendedores rara vez están dispuestos a intentarlo. A menudo, no pueden permitirse los honorarios de los abogados o el tiempo que tarda en resolverse un caso.

En lugar de defenderse, los demandados deciden llegar a un acuerdo con el demandante o abandonar su cuenta de Amazon y el dinero que hay en ella. Se elige la opción que implique menos pérdidas económicas. Zhang explica que la cantidad propuesta para llegar a un acuerdo suele rondar el 60% del saldo que contiene la cuenta bloqueada.

Si los vendedores solo tienen pequeñas cantidades de dinero bloqueadas en su cuenta de Amazon, es posible que decidan no responder. Por tanto, el tribunal dicta una sentencia de rebeldía por incomparecencia de la parte demandada, adjudicando a los demandantes el capital que esté bloqueado en la cuenta. Goldman estima que el 70% de todos los casos del esquema del Anexo A terminan en este tipo de sentencias.

La cadena de montaje de las demandas por Propiedad Intelectual

Las demandas sobre propiedad intelectual que aglutinan a grandes grupos de vendedores de comercio digital aparecieron a principios de la década de 2010. El número de este tipo de casos ha crecido en los últimos años, aunque pocas personas son conscientes de su impacto. Según Docket Alarm, una base de datos jurídica, el número de casos presentados en EE UU pasó de 105 en 2016 a 938 en 2022. Goldman estima que más de 600.000 personas pueden haber sido demandadas por esta razón en la última década.

Todo un caso basado en este esquema puede desarrollarse en cuestión de unos pocos días. En el caso del airbag, después de que GBC presentara el caso en nombre de PopSockets el 17 de febrero de 2022 y sellara el Anexo A, el equipo legal pidió al juez que emitiera una orden de restricción temporal al día siguiente. Dicha orden civil exigió a Amazon, AliExpress y Wish que congelaran las cuentas de los 163 demandados.

Cinco días después, el juez accedió a la petición. Sun se enteró ocho días más tarde porque su cuenta fue suspendida por Amazon, y hasta abril no encontró un abogado.

Hay razones legítimas por las que demandar a cientos de vendedores al mismo tiempo y ocultar sus nombres. Una de ellas es impedir que los demandados transfieran sus activos a otras cuentas, e incluso fuera de Amazon. Pero Goldman considera que el método se ha utilizado en exceso.

En el caso de la demanda del airbag, el demandante alegó que los 163 demandados estaban interconectados. "Los demandados están en constante comunicación entre sí... en relación con las tácticas para operar sobre múltiples cuentas, evadir la detección, otros litigios pendientes y posibles nuevas demandas", afirma el alegato.

"Muchos falsificadores sofisticados operan online bajo diferentes alias y en múltiples plataformas", asegura Gaudio. Aunque los acusados no se comuniquen explícitamente entre sí, se les puede considerar un solo grupo porque "entienden que su capacidad de obtener beneficios a través de portales en internet aumenta a medida que lo hace su número".

"Algunos vendedores chinos tienen varias cuentas en Amazon, a pesar de que la plataforma lo prohíbe", señala Moira Weigel, profesora de Estudios de Comunicación de la Northeastern University (Reino Unido), que lleva varios años estudiando a los vendedores de Amazon. Pero en su investigación ha descubierto que los vendedores de China suelen hacerlo por razones mundanas, como mantener la competitividad de sus productos en las plataformas. "Siempre me inclino a creer que las noticias sobre fraude son exageradas", reconoce Weigel.

Agrupar a los demandados ofrece una ventaja práctica: puede reducir las tasas judiciales hasta en un 98%. Mantener el Anexo A sellado también brinda la ventaja de mantener una asimetría de información, explica Goldman. Si alguien decide recurrir, el demandante puede retirar la querella para evitar que las pruebas adversas lleguen a otros vendedores o a los jueces.

Al fin y al cabo, presentar demandas de este tipo es tan fácil y barato que algunos bufetes de abogados las están presentando de manera continua. "Es una cadena de montaje procesal. Es un proceso repetido, y no hace más que crecer en masa", cuenta Stockman. A veces, incluso cuando se recurre una demanda, los demandantes siguen presentando nuevas acusaciones sobre la misma infracción de propiedad intelectual contra cientos de vendedores más.

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