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Cambio Climático

La propuesta de renovables de Clinton supera al plan de Obama

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La candidata demócrata quiere instalar 140 gigavatios de energía solar hasta 2020, muy por encima de la intención del presidente

  • por Peter Fairley | traducido por Lía Moya
  • 06 Agosto, 2015

Las energías renovables están teniendo un muy buen verano en la política estadounidense.

La semana pasada, la candidata demócrata para la presidencia mejor colocada en las encuestas, Hillary Clinton, prometió multiplicar por siete las instalaciones de energía solar para el final de su primer mandato si sale elegida el año que viene. Y este lunes el presidente Obama desveló los límites finales para las emisiones de dióxido de carbono de la industria energética hasta 2030 que, según previsiones de la Casa Blanca, atribuyen un papel un 17% mayor para las energías renovables que lo anticipado por la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés) en su propuesta de junio de 2014.

La Casa Blanca prevé que las centrales eléctricas de Estados Unidos reduzcan sus emisiones de CO2 en 870 millones de toneladas anuales para el año 2030 siguiendo el Plan de Energía limpia de Obama, lo que reduciría las emisiones de la industria en un 32% respecto a los niveles de 2005. La mayor parte de esa reducción vendría de dejar de usar centrales eléctricas de carbón, cuya participación en la generación eléctrica de Estados Unidos se prevé que pase de ser un 39% en 2013 a un 27% en 2030.

Ahora se espera que el gas natural, que la EPA había previsto en un principio que sería el sustituto para el carbón, se mantenga estable en un nivel de aproximadamente el 27% de la generación. Y por otra parte las expectativas son que las energías renovables ocupen ese hueco dejado por las centrales de carbón que cierran, aumentando su cuota hasta proporcionar el 28% de la generación de electricidad en EEUU para 2030. Eso es más del doble de lo que produjeron las renovables como la eólica, la solar y la hidroeléctrica en 2013, y muy por encima de la contribución del 22% que la EPA proyectaba en un principio para 2030.

Hay una nueva característica en el plan final que hará que aumente la demanda de renovables, un “Programa de Incentivo de la Energía Limpia” de la EPA que ofrecerá el doble de crédito para los estados que empiecen con la puesta en marcha de instalaciones de energía eólica y solar en los años 2020 y 2021. El programa es una respuesta a los críticos de la industria que defendían que la fecha impuesta por la EPA para que los estados empezasen a restar importancia al carbón en sus sectores energéticos podría desestabilizar la red si había retrasos en la construcción de infraestructuras clave, como gaseoductos de gas natural. Así que el reglamento final de Obama retrasa la fecha de puesta en marcha al 2022 y añade el programa de Incentivo de la Energía Limpia para impulsar las reducciones del uso de carbón en esos dos años de margen.

“Es una estrategia muy bien pensada”, según el director de investigación de la Inciativa para la Energía del Instituo de Tecnología de Massachusetts (EEUU, MIT por sus siglas en inglés), Francis O'Sullivan. O’Sullivan afirma que los créditos de emisión de hasta 300 millones de toneladas de dióxido de carbono que ofrece el nuevo programa resultarán atractivos para desarrolladores de energías renovables. “Representa una oportunidad. Es una escala significativa”, afirma O’Sullivan.

Sin embargo, no es más que calderilla comparado con la escala de las propuestas de Hillary Clinton, que obligarían a una puesta en marcha más contundente y rápida de las energías renovables. Su propuesta es que las energías renovables supongan un 33% del suministro eléctrico en EEUU para 2027, principalmente otorgando créditos fiscales para la energía solar para impulsar una expansión masiva de las primeras instalaciones solares.

Su objetivo es aumentar las instalaciones de energía solar para tener una capacidad total de producción de 140 gigavatios para finales del 2020, desde los 20 kilovatios actuales. Esto es más energía solar que la prevista para Estados Unidos por la Agencia Internacional de Energías Renovables, con sede en Dubái, en su mapa de carretera para el despliegue de energías renovables en Estados Unidos, presentado en enero de 2015.

Los expertos afirman que el ritmo de desarrollo de instalaciones solares propuesto por Clinton está un poco más allá de lo factible. O’Sullivan, que ha contribuido al reciente informe sobre el Futuro de la Energía Solar del MIT, afirma que desplegar de 10 a 15 gigavatios de energía solar por año para lograr el objetivo de los 140 gigavatios planteado por Clinton para principios de la década que viene “está dentro de las posibilidades” de una industria que instaló unos siete gigavatios en Estados Unidos el año pasado.  

Gestionar mayores niveles de energía renovable sería un desafío para los gestores de las redes eléctricas, pero para eso existen soluciones conocidas. El verdadero problema, según O’Sullivan, es que el aumento de energía solar propuesto por Clinton inundaría el mercado eléctrico con electricidad barata, una dinámica que podría socavar la propia economía de la energía solar.

Dado que producir energía renovable no cuesta prácticamente nada una vez que se han instalado los equipos, esta gana las pujas de las centrales convencionales en los mercados competitivos. O’Sullivan afirma que el aumento de solar de Clinton podría hacer que las centrales de gas natural, que son relativamente más caras y que tienden a establecer precios máximos por la energía, reduciendo los ingresos de la generación eléctrica de tal forma que se socava la racional de negocio para la instalación de nuevas generaciones solares. “Es probable que esa dinámica se diese en algunos mercados a los niveles de penetración que propone Hillary Clinton”, explica O’Sullivan.

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