A lo largo de los años, la toma de huellas dactilares ha pasado de ser un aparatoso proceso con tinta a simplemente consistir en presionar los dedos en las pantallas de un sensor. Existen incluso algunos sistemas sin contacto, que funcionan a una distancia corta. En la actualidad, una empresa ha desarrollado un prototipo de dispositivo capaz de escanear las huellas dactilares hasta a dos metros de distancia, un enfoque que podría resultar especialmente útil en los controles de seguridad de lugares como Irak y Afganistán.

El dispositivo, llamado AIRprint, está siendo desarrollado por Advanced Optical Systems (AOS). Detecta las huellas dactilares enviando luz polarizada a la mano de una persona y analizando el reflejo con dos cámaras configuradas para detectar diferentes polarizaciones.

Joel Burcham, director de proyectos de la empresa con sede en Huntsville, Alabama, afirma que AIRprint podría ayudar a mejorar la eficiencia de las autorizaciones en una gran cantidad de escenarios. En lugar de teclear un código o presionar los dedos en un escáner, los individuos simplemente sostendrían levantada una mano y caminarían hacia una puerta de seguridad, mientras el dispositivo comprueba su identidad. "Estamos intentando averiguar en qué lugares los métodos estándar resultan molestos", afirma Burcham. Por ejemplo, AIRprint podría vincularse a un sistema de tarjetas para fichar la hora, afirma, para ayudar a evitar los estancamientos en las plantas de fabricación al principio o al final de la jornada laboral.

Con un tamaño ligeramente más pequeño que una caja de pañuelos cuadrados, AIRprint alberga dos cámaras de 1,3 megapíxeles y una fuente de luz polarizada. Una cámara recibe la luz polarizada horizontalmente, mientras que la otra recibe la luz polarizada verticalmente. Cuando la luz golpea un dedo, las crestas de la huella digital reflejan una polarización de la luz, mientras que los valles reflejan otra. "Ahí es donde reside lo más importante, porque si nos fijamos en una imagen sin ningún tipo de polarización, podemos observar de algún modo las huellas dactilares, aunque no demasiado bien", afirma Burcham. Al separar la polarización vertical y la horizontal, el dispositivo es capaz de superponer esas imágenes para producir una huella digital exacta, que se envía a un ordenador para la verificación.

El prototipo, que escanea una huella en 0,1 segundos y la procesa en unos cuatro segundos, sólo puede manejar un dedo a la vez. Además, el dedo escaneado debe permanecer a una distancia fija desde el dispositivo. Sin embargo para el mes de abril, Burcham espera haber logrado mejoras significativas. Para entonces, afirma, el dispositivo debería ser capaz de escanear los cinco dedos a la vez, incluso si una persona se mueve hacia las cámaras o se aleja de ellas, y el tiempo de procesamiento debería haber bajado a menos de un segundo.

Burcham asegura que varios clientes potenciales han indicado que un escáner de un único dedo es suficiente para sus necesidades--por lo que AOS tiene planes de vender tanto un dispositivo de un único dedo como un dispositivo de cinco dedos y precio más caro. "Estamos pensando en tener productos listos para el mercado a principios del tercer trimestre de este año", explica Burcham.

El ejército tiene un creciente interés en los sensores biométricos a distancia. El Departamento de Defensa de los EE.UU. otorgó 1,5 millones de dólares al CyLab Biometrics Lab de Carnegie Mellon para apoyar el desarrollo de un tipo de tecnología que realice la detección del iris a 13 metros.

Un cliente potencial para el AIRprint es el Cuerpo de Marines. Jeremy Powell, jefe de operaciones de identidad en la sede del Cuerpo de Marines, asistió a una demostración hace aproximadamente un año. En la actualidad, todas las personas que entren en una instalación militar deben colocar sus dedos en un escáner, con un Marine junto a ellos para asegurarse de que la impresión es viable. Powell preferiría que existiese una distancia de seguridad entre el Marine y la persona que está siendo escaneada. El dispositivo AIRprint podría colocarse en un trípode y conectarse a un cable que fuese por detrás de una pared de explosión, donde el Marine podría evaluar con seguridad el resultado de la huella digital, asegura.

La distancia de dos metros del AIRprint representa algo más que un avance técnico. "Es un paso más hacia ser capaces de verificar la identidad de un individuo desde una distancia segura, con o sin su conocimiento. Al igual que con todas las nuevas tecnologías, se espera que se produzcan una serie de avances en el futuro y se aumente la distancia de separación", afirma Powell. "En potencia, esto podría permitir a los Marines identificar positivamente a un objetivo antes de iniciar o llevar a cabo un análisis desde la seguridad de un vehículo blindado".

Durante los últimos nueve años, los infantes de marina han hecho un cada vez mayor uso de la biometría para distinguir a sus aliados de sus enemigos en Irak y Afganistán. Powell afirma que "en realidad hemos tenido mucho éxito hasta ahora, y tecnologías como AIRprint pueden hacer que el éxito siga creciendo".