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Cambio Climático

Una ONG frena la mayor planta de captura de CO2 de EEUU

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El proyecto quiere reformar una central termoeléctrica pero la oposición ambiental está dificultando la financiación

  • por David Talbot | traducido por Lía Moya
  • 17 Septiembre, 2014

Foto: Hace poco empezaron las obras en esta central termoeléctrica de Meredosia (EEUU). La reforma prevista permitirá que la central capture y almacene su dióxido de carbono.

Después de una década de arrancadas y paradas y mil millones de dólares comprometidos por el Gobierno Central (unos 770 millones de euros), por fin ha comenzado la construcción del proyecto más famoso de EEUU para capturar el dióxido de carbono de una planta termoeléctrica que usa carbón y almacenarlo bajo tierra. Pero incluso ahora este proyecto, que se llama FutureGen, se enfrenta a distintos obstáculos. Un grupo de protección del medioambiente ha presentado una denuncia contra él que amenaza con poner en peligro la financiación adicional que necesitan para terminar el trabajo.

La semana pasada empezó la construcción de los cimientos de una chimenea que forma parte de la reforma planificada de una antigua planta de carbón en Mereda, Illinois (EEUU). La reforma hará que la central pueda capturar CO2 en vez de lanzarlo al aire, una tecnología que podría reducir de manera significativa el efecto del consumo de carbón sobre el total de los gases de efecto invernadero. Si se completa la reforma, el resultado será una planta que quemará carbón en un flujo de oxígeno puro, una forma sencilla de separar al menos el 90% de las emisiones de dióxido de carbono para que se puedan bombear bajo tierra y almacenar permanentemente.

El inicio de las obras refleja otro hito: la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos anunció la semana pasada que había concedido al proyecto el primer permiso para inyección subterránea de CO2. Gracias a ello, el CO2 comprimido y licuado se podrá almacenar en una formación salina a 1.200 metros bajo tierra cerca de Jacksonville, Illinois.

Pero el Club Sierra, un grupo de protección del medioambiente que espera acabar con el uso del carbón, ha presentado una denuncia contra el permiso de la Agencia. El director ejecutivo de FutureGen, Ken Humphreys, que no ha accedido a hacer una entrevista, afirmó en una declaración que la denuncia está provocando que los inversores no quieran financiar los otros 650 millones de dólares necesarios (unos 500 millones de euros) del total de 1.650 millones de dólares (unos 1.280 millones de euros) que cuesta el proyecto. Además, se enfrenta a una fecha tope, septiembre de 2015, para la cual tienen que usar o perder los mil millones de dólares del estímulo federal adjudicado en 2010 por la Ley de Recuperación y Reinversión de Estados Unidos.

Estos continuos retrasos de FutureGen demuestran lo mal que está el panorama para proyectos cuyo objetivo sea capturar y enterrar dióxido de carbono. La Agencia Internacional de la Energía calcula que para conseguir ralentizar las emisiones que producen el cambio climático, esta actividad debe multiplicarse por cien o más en todo el mundo en los próximos 15 años, mucho más de lo que se está planeando o construyendo ahora mismo (ver "¿Llegará a tiempo la captura de carbono?").

En la actualidad la única planta de captura de carbono que hay en Estados Unidos es una pequeña unidad de demostración que gestiona parte de las emisiones de la Central Barry Power Station de Mobile, Alabama. Hay otros 25 proyectos de captura y almacenaje en fase de planificación o de construcción en centrales de todo el mundo. Aparte de las centrales eléctricas existen otra serie de proyectos que bombean el dióxido de carbono al suelo para obligar a salir más petróleo de los pozos, un proceso que se conoce como "extracción petrolífera mejorada".

FutureGen se concibió durante la administración de Bush hijo como una forma de producir hidrógeno. Ahora el énfasis es demostrar el secuestro de carbono a gran escala (ver "FutureGen renace de sus cenizas").

El proyecto tiene tres partes principales: reformar una central eléctrica de carbón y equiparla con nueva tecnología de oxicombustión; un viaducto de 50 kilómetros para transportar el dióxido de carbono; y por último una instalación subterránea de almacenaje para albergar el gas comprimido. "Esta es la primera demostración a escala comercial en todo el mundo de la captura de CO2 usando oxicombustión y complementaría muy bien a otros proyectos de captura y almacenaje que están apareciendo", afirma el ingeniero investigador sénior de la Iniciativa de Energía del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EEUU) y experto en la tecnología, Howard Herzog.

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