Crédito: Cortesía de Light Phone.

En muchos sentidos, mi smartphone es una especie de mantita de seguridad digital. Acaricio su pantalla al despertarme por las mañanas, me aferro a él durante el día y lo acuesto por la noche para que se cargue.

He llegado a depender tanto de este dispositivo que resulta extraño estar sin él.

Al mismo tiempo, esta dependencia puede parecerse a un grillete, y a veces sólo quiero escaparme de esa conectividad constante. No soy la única en luchar con este dilema, así que varias empresas han elaborado "móviles tontos" de aspecto sofisticado que fueron diseñados para convencernos de tomar unas vacaciones del smartphone.

Uno de estos es un pequeño dispositivo plateado llamado Light Phone. Promete liberarnos de nuestros smartphones sin perdernos ninguna llamada: cuando alguien llama al número de smartphone de un usuario de Light Phone, la llamada es reenrutada al Light Phone mediante un servidor web. Las llamadas que se realicen desde el dispositivo parecen provenir también del número habitual también. Dos años después de arrancar como un proyecto de Kickstarter, está previsto que el dispositivo del tamaño de una tarjeta de crédito esté comercialmente disponible en abril por unos 150 dólares (unos 141 euros) más una cuota mensual de 5 dólares (unos 4,70 euros).

Foto: Hablar desde el diminuto Light Phone puede resultar un poco incómodo. Crédito: Cortesía de Light Phone.

El Light Phone tiene su propia tarjeta SIM, por lo que no necesita encontrarse cerca del smartphone para funcionar. Apenas resulta reconocible como cualquier cosa más allá de un delgazo trozo de plástico hasta que se pulse el botón de encendido, y entonces se ilumina para mostrar un teclado y una pantalla de línea única.

Es verdaderamente un móvil en el sentido más sencillo: puede hacer y recibir llamadas, y ya está. No incluye mensajes de texto, correos electrónicos, notificaciones ni buzón de voz. Si alguien llama y el usuario no contesta, finalmente escuchará una voz robótica que dice, "Estoy utilizando mi Light Phone y actualmente no estoy disponible". Entonces, el Light Phone terminará la llamada.

Cuando lo probé, quedó patente rápidamente que la simpleza del Light Phone es en gran parte una fachada. Hay que conectarlo a un ordenador para configurarlo o añadir o modificar cualquiera de sus contactos programables de marcación rápida. Y utilizar el reenrutamiento de llamadas fue todo un engorro: tuve que marcar un número almacenado en la lista de contactos de mi smartphone para activaro, y después a otro para desactivarlo.

Después de terminar con eso, me dispuse a realizar varias aventuras con el Light Phone en el bolsillo, abandonando con algo de nervios mi smartphone en casa.

Tras un tiempo, encontré que andar sin mi smartphone en la mano realmente me liberaba para disfrutar de las vistas y los sonidos de la ciudad a mi alrededor en lugar de hundir la cara en una pantalla. Resultó agradable distanciarme de todos los zumbidos y bips de mi vida constantemente conectada, y mi mente parecía algo más despejada una vez que superé la obsesión de comprobar Twitter e Instagram. Si alguien realmente necesitaba contactar conmigo, me decía a mí misma, me llamaría.

Y lo hicieron. Mi marido me llamó, en respuesta a una llamada anterior mía, y pudimos tener una conversación bastante buena durante unos minutos. Al igual que con otras llamadas que realicé y contesté, el sonido parecía un poco amortiguado, pero tenía suficiente calidad para entender que quería que comprara papel de aluminio. 

Foto: Algo menos grande que la suma de sus muy pocas piezas. Crédito: Cortesía de Light Phone.

No querría mantener una conversación larga desde este dispositivo, no obstante. Además de la calidad de las llamadas, me resultaba incómodo sujetarlo a la altura de la oreja, puesto que tiene poco más de ocho centímetros y medio de largo y menos de medio centímetro de ancho. Debido a su aspecto inocuo, realmente realicé al menos una llamada con el dorso del móvil colocado en la oreja. Ups.

La pantalla del Light Phone fue problemática también. Resultó prácticamente imposible utilizarlo bajo condiciones de mucho sol. También me fijé en que si perdía una llamada de un número que no estaba guardado en mi lista de números de marcación rápida, me mostraba todos menos el último dígito del número del llamante.

Su vida de batería tampoco es que sea genial - algo que sorprende en un dispositivo que está diseñado para hacer muy pocas cosas. Después de unas pocas llamadas y alrededor de cinco horas, tenía un 61% de carga; para principios de la tarde del día siguiente, tras algunas breves llamadas más y muchas horas de inactividad, le quedaba un 21% de carga. Considerando que el dispositivo pasó la mayoría del tiempo inerte con la pantalla apagada, esperaba que durase más tiempo.

Al apagar el reenrutamiento de llamadas por última vez, me sentí decepcionada. Quería que me gustase el Light Phone, y llevarlo en el bolsillo sí me proporcionó la sensación de la seguridad para la cual típicamente acudo a mi smartphone. Para poder sentirme totalmente cómoda comprando un móvil que resulta útil a veces, sin embargo, tendría que poder hacer las pocas cosas que hace muy bien. De otro modo, seguiría añorando mi smartphone en lugar de disfrutar del tiempo pasado lejos de él.