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Biotecnología

Unos vasos tumorales más permeables mejoran la distribución de fármacos

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Una moléculas capaces de hacer que los vasos sanguíneos sean más permeables podrían impulsar los procesos de quimioterapia.

  • por Nora Schultz | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 12 Marzo, 2010

Hacer que los agentes de quimioterapia lleguen a los tumores sólidos puede ser bastante complejo puesto que la alta presión de los fluidos dentro de los tumores hace difícil que los medicamentos abandonen el torrente sanguíneo y ataquen a sus objetivos. Sin embargo, unos investigadores de la Universidad de California, en el San Francisco Medical Center, han descubierto una nueva forma de regular la permeabilidad de los vasos sanguíneos: el bloqueo de ciertas moléculas que rodean los vasos sanguíneos en ratones puede provocar cambios temporales en su permeabilidad, aumentando el flujo de medicamentos hacia los tumores. Si los científicos logran simular este efecto en los seres humanos, los compuestos podrían ser administrados junto con los fármacos de quimioterapia o los reactivos de imagenología molecular para distribuirlos con mayor eficacia en los tejidos tumorales.

Los vasos que suministran sangre a los tumores son más permeables que los que llegan a los tejidos sanos, permitiendo que se acumulen los fluidos. Eso provoca una alta presión de fluidos dentro de los tumores, lo que a su vez dificulta el tránsito eficaz de medicamentos fuera de los vasos sanguíneos y hacia los espacios entre las células del tumor, según explica Lisa Coussens, autora principal del estudio, publicado en Disease Models and Mechanisms.

El equipo de Coussens descubrió que al dirigirse a la matriz de colágeno que rodea los vasos sanguíneos se podía controlar su permeabilidad. Mediante una serie de experimentos, inhibiendo o aumentando la actividad de una serie de moléculas candidatas que participan en estos procesos, descubrieron que una enzima llamada matriz de metaloproteinasa 14 (MMP14), junto al factor de crecimiento transformante beta (TGFß), eran responsables de la estabilización de los vasos sanguíneos en los tejidos "normales". Al reducir la actividad de la enzima o la cantidad del factor de crecimiento, o evitando que las células interactuasen con el factor de crecimiento mediante el bloqueo de su receptor, se consiguió que los vasos sanguíneos sanos fueran permeables, y también se logró una mayor filtración de moléculas fuera de los vasos tumorales y hacia los tumores.

Después de inyectar distintos tamaños de moléculas fluorescentes en ratones con diferentes tipos de tumores, los investigadores descubrieron que alrededor del 30 por ciento de las moléculas más grandes se filtraron en el tejido del tumor después de bloquear la vía, frente a una cifra del 5 por ciento conseguida sin el bloqueo. Las moléculas más pequeñas se filtraron a la misma velocidad que en los vasos que no recibieron tratamiento, pero permanecieron en el tejido más tiempo, algo que también podría significar una mejora importante dentro de la eficacia de los medicamentos. Aunque Coussens no sabe por qué ocurre este aumento de la retención, afirma que una posibilidad podría ser que la inhibición de la vía también ralentiza la velocidad a la que el sistema linfático elimina el líquido del tumor.

El descubrimiento es "muy emocionante e importante", especialmente gracias a la participación del TGFß, señala W. Douglas Figg desde el Instituto Nacional del Cáncer en Bethesda, Maryland. "Lo ideal sería que pudiéramos utilizar todo esto para conseguir no sólo una mejora de la permeabilidad, sino también más sinergia con otros medicamentos contra el cáncer que tengan al TGFß como objetivo. " El hecho de apagar la vía del TGFß ha demostrado lograr impedir el desarrollo de tumores de otras formas como, por ejemplo, mediante la inhibición de la angiogénesis, es decir, el crecimiento anormal de vasos sanguíneos que se observa en algunos tumores.

Hay que solucionar varias cuestiones antes de que los científicos puedan evaluar cómo de prometedor es este método. Hacer que los inhibidores de la vía entren en la desorganizada vasculatura tumoral podría presentar un problema. Aunque esto funcionó en el presente estudio, podría no ser siempre el caso en seres humanos o en todos los tumores, afirma Ananth Annapragada, investigador de la Universidad de Texas, en Houston, que no estuvo involucrado en la investigación. "Inyectar el inhibidor sistemáticamente y esperar que por arte de magia llegue al lugar correcto, eso es algo que podría no funcionar", afirma. Además los medicamentos podrían dañar áreas del cuerpo donde se esté llevando a cabo una remodelación de tejidos, tales como el hígado, añade. "Habiendo dicho todo eso, la idea de mejorar la permeabilidad vascular del tumor es muy importante y tan pronto como este estudio se publique mucha gente se pondrá a trabajar en ello para probarlo aún más, y tratar de resolver esos problemas potenciales."

Un próximo paso importante, según Coussens, sería mostrar que los tejidos sanos en el cuerpo tolerarían que los vasos sanguíneos fueran más permeables. Aunque los ratones utilizados en los experimentos actuales no mostraron ningún efecto de enfermedad inmediato por el tratamiento, no se mantuvieron vivos durante el tiempo suficiente como para descubrir efectos secundarios a largo plazo.

Puesto que su intervención aumentó la permeabilidad incluso en vasos tumorales ya de por si permeables, los investigadores creen que la vía recién descubierta funciona independientemente de los mecanismos que suelen hacer que estos vasos sean permeables. Esto es importante puesto que en muchos casos, la vasculatura anormal en sí contribuye a la agresividad de un tumor, puesto que mejora el aporte de nutrientes al tumor y permite que las células cancerosas entren en el torrente sanguíneo y se produzca la metástasis.

Sin embargo, aunque el presente estudio no evaluó los efectos a largo plazo sobre los tumores, Coussens afirma que hay pocas razones para esperar que el bloqueo de la vía haga que un cáncer sea más agresivo: "A las pocas horas del tratamiento, la filtración vuelve a la normalidad, por lo que sólo abrimos una ventana de oportunidad transitoria para la administración de fármacos. Nuestra esperanza es que todo esto no contribuya a la promoción de los tumores, puesto que los cambios en los vasos sanguíneos asociados con la metástasis ocurren a muy largo plazo ".

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