.

Computación

El FlatPad A10: Un defectuoso competidor del iPad

1

La tableta, de fabricación china, se queda corta y pone de relieve problemas con el ecosistema Android.

  • por Simson Garfinkel | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 14 Septiembre, 2010

El FlatPad A10 se parece mucho a un iPad de Apple, con el mismo bisel negro y el mismo y único botón circular en la parte inferior de la pantalla. Sin embargo el A10 cuesta sólo 220 dólares, en comparación con los 499 del iPad más barato (16 GB, y sólo con Wi-Fi). El A10 también tiene una ranura para más memoria (formato micro-SD), y lo más importante, el A10 ejecuta el sistema de código abierto Android de Google, convirtiéndose así en una de las primeras tabletas basadas en Android a la venta en los EE.UU.

Las especificaciones del A10 hacen que parezca un fuerte competidor para el iPad. Este dispositivo Android 2.1 posee una pantalla táctil de 10,2 pulgadas. Dispone de 256 megabits de memoria RAM y dos gigas de flash incorporados. Hay puertos Wi-Fi y Ethernet, dos puertos USB (uno para la programación del A10, y otro para la conexión de otros dispositivos), e incorpora altavoces estéreo. Tiene un procesador de un gigahercio, un acelerómetro para detectar la orientación de la pantalla, y ejecuta Google Maps. La batería tiene una duración de cinco horas.

Pero no nos equivoquemos, el A10 no es el iPad. Fabricado en China por Zenithink e importado por Flat Computing, con sede en Texas, el A10 carece de la calidad y la integración software/hardware que en gran parte ha sido responsable del éxito del iPad.

No obstante, y aunque es fácil calificar al A10 como una imitación, creo que es mejor examinar este dispositivo como un prototipo inicial que apunta a un posible futuro dentro de los dispositivos basados en tabletas—y un conjunto de problemas cada vez mayores dentro de la ecología Android. Estos problemas deben abordarse si las otras tabletas basadas en Android anunciadas recientemente—la Galaxy de Samsung, el Folio 100 de Toshiba, y el ViewPad 7 de ViewSonic—desean tener éxito.

A pesar de parecerse mucho a un iPad, el hardware del A10 está por debajo en varios aspectos importantes. Mientras que la pantalla del iPad es de 1024 x 768 píxeles, la del A10 es de 1.024 por 600, y resulta que los 168 píxeles adicionales tienen mucha importancia. En lugar de la pantalla multitáctil capacitiva del iPad, el A10 cuenta con una pantalla resistente que funciona mucho mejor con una uña (o un capuchón de bolígrafo) que con la yema del dedo. La pantalla no tiene el brillo, la claridad y el color del iPad, presumiblemente porque Apple obtiene las mejores pantallas disponibles para justificar el alto precio del iPad, mientras que Zenithink acabó comprando una pantalla táctil mucho más barata. Sí, el A10 cuenta con altavoces estéreo, pero no suenan mejor que los altavoces "estéreo" de muchos teléfonos móviles. El puerto de sonido mono del iPad en realidad suena mucho mejor. Incluso con mis auriculares de alta gama, la música suena de baja calidad y metálica en el A10.

La falta de integración de software del A10 está al borde de lo cómico. Por ejemplo, cuando el A10 se enciende, afirma que está "Sin Servicio", y el pequeño indicador de teléfono móvil señala que no hay barras—no es de extrañar, ya que no hay ningún chip de teléfono móvil en el interior. Zenithink parece haber utilizado un software de teléfono Android sin modificar para este dispositivo. Al igual que el iPad, el A10 cuenta con un botón negro circular con un recuadro cuadrado, pero el botón está conectado a la función "atrás" de Android, y no a "inicio". Hay un interruptor basculante que se parece al del control del volumen del iPad, aunque el de la izquierda en realidad hace que el menú Android aparezca, mientras que el de la derecha muestra la lista de las aplicaciones actualmente en ejecución.

A pesar de que se está ejecutando Android, Google no permite al A10 o a cualquier otra tableta actual descargar aplicaciones del Android Marketplace. Esto se debe a que Marketplace bloquea los dispositivos que no cumplan con los estándares mínimos de hardware—estándares diseñados para teléfonos móviles. Esto probablemente cambiará cuando Google o uno de sus socios de hardware oficial empiece a vender tabletas de uso general. Hasta entonces, la única forma de ejecutar Marketplace en el A10 es tomar el ID de dispositivo de un teléfono Android real y programarlo en el A10, un procedimiento complejo que requiere gran habilidad.

En lugar del Marketplace de Android, el A10 viene con algo llamado SlideME Marketplace—un mercado independiente de aplicaciones Android. SlideME sólo posee unas cuantas miles de aplicaciones, en comparación con las decenas de miles de Google. Después de un poco de esfuerzo, fui capaz de descargar Opera Mini, la versión para Android del otrora popular navegador de Internet Opera. El A10 mostró el siguiente mensaje, un tanto tranquilizador: "Esta aplicación parece compatible con las especificaciones de su dispositivo y la versión actual del software del sistema". No obstante, cuando ejecuté el software de Ópera, el A10 se congeló. Sólo reseteando el A10 con un clip abierto y luego reiniciando el dispositivo, fui capaz de hacer que Opera se ejecutara finalmente. Una vez que lo hice, no obstante, funcionó sin problemas.

Podríamos estar tentados a pensar que es la primera tableta basada en Android en llegar al mercado. No es así. Tanto el Nook de Barnes & Noble como el Archos Internet Tablet ejecutan Android. Y aunque el Nook y el Archos son dos dispositivos respetables, son sistemas cerrados en los que la funcionalidad principal viene de por sí con la máquina, en lugar de poderse descargar.

La plataforma Android se está convirtiendo rápidamente para los dispositivos portátiles en lo que Windows ha sido para el ordenador de escritorio—un sistema operativo barato que los vendedores modifican según las necesidades. Precisamente por el hecho de que Android está disponible para multitud de empresas y que se utiliza en multitud de plataformas de hardware, nunca podrá ofrecer la experiencia de alta calidad que los usuarios se han acostumbrado a esperar de los iPads, iPhones y iPods de Apple.

Muchas compañías, como Dell, HP y Microsoft, han visto con añoranza las cifras de ventas del iPad de Apple y han puesto en marcha sus maquinarias para crear sus propias tabletas con un factor de forma similar. Sin embargo, estos dispositivos tendrán dificultades para conseguir tracción. El iPad va más allá del hardware y el software—Apple también tiene iTunes, la tienda de iTunes, la App Store, y decenas de miles de desarrolladores de aplicaciones de gran experiencia. En el universo iPhone/iPad/iPod, resulta simple y fácil encontrar, comprar y descargar música. Esta claridad es improbable que alguna vez llegue a la plataforma Android, debido a que las diferentes empresas que utilizan Android tienen sus propias estrategias de música—muchas de ellas en conflicto entre sí. Cuando compramos un nuevo iPad o iPhone, sabemos que ejecuta el sistema operativo de Apple más al día. Apple también ha facilitado que los usuarios del iPhone, iPad, y iPod Touch mantengan su software de sistema al día. Si vamos a una tienda de teléfonos móviles hoy día, podremos ver nuevos dispositivos ejecutando una serie de sistemas de Android que van desde el 1.6 al 2.2. Al comprar un dispositivo con Android 1.6 o 2.1 no tendremos ni idea de cuándo—o si—el software se actualizará.

No puedo recomendar el FlatPad—hay demasiados problemas. Sin embargo, cada vez sospecho que los otros competidores previstos del iPad tampoco serán capaces de replicar el éxito de Apple. El iPad no es simplemente una solución integrada de hardware/software. Su hardware de alta calidad—una pantalla realmente grande, el mejor teclado táctil del mundo, sonido de primera calidad—aprovecha una plataforma integrada de software y un tienda en Internet que Apple ha pasado años mejorando. Las tabletas Android no sólo tienen que superar la ventaja de Apple. También tienen que superar los problemas estructurales de la plataforma Android, que el enfoque integrado de Apple evita.

Computación

Las máquinas cada vez más potentes están acelerando los avances científicos, los negocios y la vida.

  1. La 'start-up' de EE UU que se enfrenta al gigante japonés de materiales para chips

    La financiación federal está impulsando a empresas estadounidenses como Thintronics a incursionar en la fabricación de semiconductores. El éxito está lejos de estar garantizado.

    Placas de circuitos electrónicos apiladas en una cadena de montaje.
  2. ASML, la empresa que revolucionó la fabricación de chips y quiere seguir haciéndolo

    ‘MIT Technology Review’ se reunió con el CTO saliente, Martin van den Brink, para hablar del ascenso de la empresa a la hegemonía y de la vida y muerte de la Ley de Moore  

    Dos trabajadores de ASML pasan por delante de la máquina UVE de alta apertura numérica en Veldhoven
  3. ‘Chiplets’: el arma de China en su batalla tecnológica contra EE UU

    Al conectar varios chips menos avanzados en uno, las empresas chinas podrían eludir las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense.