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ADRIEN FILLON/NURPHOTO VIA AP

Cambio Climático

Las olas de calor meten a Europa en el círculo vicioso del aire acondicionado

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Solo un 10% de los hogares europeos tiene aire acondicionado, pero la subida de las temperaturas provocará que más personas adopten esta tecnología responsable de un alto nivel de emisiones de CO2

  • por Casey Crownhart | traducido por Ana Milutinovic
  • 26 Julio, 2022

Europa se está sofocando con temperaturas récord esta semana, y en buena parte del continente la gente intenta afrontarlas sin aire acondicionado.

Menos del 10% de los hogares en Europa tienen aire acondicionado. Pero a medida que suben las temperaturas, esa cifra se está incrementando. El uso creciente de aire acondicionado presenta nuevos desafíos, ya que la mayoría de los sistemas son ineficientes y generan emisiones que contribuyen al cambio climático. En el caso de una adopción elevada, demasiadas unidades funcionando muchas horas podrían sobrecargar las redes eléctrica en los días calurosos.

El cambio climático provocará que el calor extremo sea la norma en una mayor parte del mundo, aumentando la necesidad de adaptación climática. Pero en el caso de aire acondicionado, a algunos expertos les preocupa cómo equilibrar esa necesidad con el daño que puede causar esta solución.

Las ventas mundiales del aire acondicionado se triplicaron con creces entre 1990 y 2016, según el informe de 2018 de la Agencia Internacional de Energía (AIE). Es probable que ese crecimiento continúe, y se espera que el uso de energía para refrigeración en todo el mundo se triplique de nuevo entre 2022 y 2050.

Los países cálidos como la India e Indonesia representan una gran parte del incremento de la adopción del aire acondicionado. En 2050, aproximadamente la mitad del crecimiento en la capacidad de enfriamiento del aire acondicionado provendrá de solo dos países: la India y China, según la AIE. Los ingresos están en aumento allí, ofreciendo a las personas acceso al aire acondicionado por primera vez, destaca Enrica De Cian, investigadora de la economía ambiental de la Universidad Ca' Foscari en Venecia (Italia)

Pero la adopción del aire acondicionado también crece en los países relativamente más ricos y más fríos, incluidos algunos del Norte de Europa, en gran parte porque la urbanización y el cambio climático ayudan a la subida de las temperaturas, señala De Cian.

Aun así, muchos europeos dudan si acoger el aire acondicionado con los brazos abiertos. "Ver aire acondicionado como una solución a las olas de calor y al cambio climático es, claramente, algo problemático, debido a la energía que se utiliza", afirma Daniel Osberghaus, investigador de economía energética y climática del Centro Leibniz para la Investigación Económica Europea en Alemania.

Hoy en día, los dispositivos de refrigeración como el aire acondicionado representan alrededor del 10% del consumo mundial de electricidad, y dado que la mayor parte de la electricidad del mundo todavía proviene de combustibles fósiles, esa es una porción importante de las emisiones mundiales. Debido a su enorme uso de energía, "tienen una mala reputación", resalta Kevin Lane, analista energético de la AIE.

Las unidades de refrigeración en particular pueden desafiar a la red eléctrica porque todas tienden a encenderse al mismo tiempo, durante las horas más calurosas del día. Este problema es evidente en los lugares como Texas (EE UU), donde los veranos son calurosos y los aires acondicionados están muy extendidos. Los operadores de la red de Texas instan con frecuencia a los residentes a reducir el uso del aire acondicionado durante las horas de la tarde para evitar los apagones.

Existen alternativas más eficientes a las unidades de ventana tan comunes en muchas ciudades hoy en día, indica Lane. Las unidades split, o bombas de calor, pueden actuar como dispositivos de refrigeración y calefacción y pueden ser más eficientes que otras opciones. Los precios iniciales de las bombas de calor siguen siendo relativamente más caros, aunque, a largo plazo, su coste puede compensar frente a otras opciones debido al ahorro de energía.

En áreas con climas relativamente moderados donde las olas de calor son cortas, las opciones de enfriamiento pasivo como techos reflectantes, ventanas sombreadas y una mejor ventilación pueden disminuir la necesidad de un costoso enfriamiento activo como el aire acondicionado, agrega Lane.

Pero siendo realistas, la refrigeración se está convirtiendo en una necesidad más que en un lujo para una mayor parte del mundo. "La pregunta es cómo volverlo asequible y cómo asegurarnos de que se reduzcan los impactos ambientales", resalta Lane.

Una de las formas más efectivas para que los gobiernos impulsen un enfriamiento más respetuoso con el clima es establecer regulaciones con las eficiencias mínimas para las nuevas unidades, señala Lane. Los programas de reembolso también pueden ayudar a las personas a pagar las opciones más eficientes pero costosas.

"Con la creciente prevalencia de estas olas de calor realmente extremas, uno de los impactos clave del aire acondicionado es que puede protegernos de algunos de estos impactos para la salud realmente peligrosos", concluye Stephen Jarvis, investigador de la London School of Economics (Reino Unido) "En esas circunstancias, realmente se está convirtiendo más en una necesidad".

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