.

Cambio Climático

Así afectan el dinero y el clima al uso de bombas de calor

1

Por ahora, los electrodomésticos rompen una tendencia común en la tecnología climática de EE UU

  • por Casey Crownhart | traducido por
  • 27 Junio, 2023

Las bombas de calor están viviendo un momento de auge sorprendentemente equitativo.

Gracias a la electricidad, las bombas de calor pueden calentar y enfriar las casas. Según un nuevo estudio, ahora estos aparatos son tan comunes en los hogares de rentas más bajas de EE UU como en los hogares con más ingresos. Se trata de un fenómeno inusual entre las tecnologías climáticas de consumo, pues muchas de ellas suelen ser adoptadas por los ricos.

La calefacción de los edificios es un gran problema climático, aproximadamente el 10% de las emisiones mundiales se deben a nuestros esfuerzos por mantener confortables nuestros hogares. Por eso, los gobiernos están deseando que la gente adopte nuevos electrodomésticos, como las bombas de calor, que funcionan con electricidad y podrían ayudar a sustituir los sistemas que queman combustibles fósiles.

Aunque, históricamente, los cambios que reducen las emisiones no se han distribuido por igual. En EE UU, los hogares más ricos tienen unas cinco veces más de probabilidades de tener paneles solares que las familias con rentas más bajas. Además de unas 10 veces más de conducir vehículos eléctricos. Incluso las tecnologías de menor coste, como las lavadoras de alta eficiencia y las bombillas LED, tienen más probabilidades de ser utilizadas en los hogares con mayores ingresos.

Las bombas de calor no parecen seguir esa tendencia, según los datos de una encuesta realizada en 2020 sobre el uso de la energía en los hogares estadounidenses, que fue publicada en marzo de 2023 por la Agencia de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés) de EE UU.

"Me quedé estupefacto cuando vi este patrón", afirma Lucas Davis, economista especializado en energía de la Universidad de California en Berkeley y autor de un informe publicado en junio donde analizan los datos. Según el análisis de Davis, el 15% de todos los hogares utilizan bombas de calor como su fuente primaria de calefacción.

Estas cifras reflejan un salto significativo por parte de los hogares con ingresos inferiores a 20.000 dólares (unos 18.300 euros). En 2015, alrededor del 7% utilizaba bombas de calor, pero en 2020 el número ascendió al 14%, según los datos de la EIA. Durante este periodo, el nivel de adopción en las casas con mayores ingresos se mantuvo de manera similar. Las razones de este patrón no están totalmente claras, aunque podría estar relacionado con el lugar donde se está llevando a cabo la nueva construcción, afirma Davis.

Factores como el precio de la electricidad y el clima local influyen más que los ingresos para que una casa disponga de una bomba de calor. Estos aparatos funcionan con más eficacia en climas cálidos y son más comunes en los estados con inviernos más suaves, sobre todo, en el sureste de EE UU. Alrededor del 40% de los hogares de Alabama, Carolina del Sur y Carolina del Norte utilizan bombas de calor.

La bajada en los precios de la electricidad, que abarata el funcionamiento de las bombas de calor, también está relacionada con un incremento de la adopción. Mientras que las bombas de calor suelen tener un coste inicial elevado, la combinación de aire acondicionado central y un sistema de calefacción puede ser incluso más caro. Esto hace que un sistema combinado sea una opción económica, incluso al principio.

Por último, el análisis sugiere que hay lugares donde las bombas de calor son simplemente una opción rentable, asegura Davis. "No creo que sea una elección ideológica, sino económica".

Según Yannick Monschauer, analista energético de la Agencia Internacional de la Energía, puede que no se repita el mismo patrón en el resto del mundo. El especialista explica que actualmente no se dispone de muchos datos globales sobre los hogares con bombas de calor, pero algunos estudios realizados en Europa han documentado una mayor aceptación en los hogares con más ingresos.

Los costes iniciales de las bombas de calor todavía son elevados y seguirán constituyendo un obstáculo en muchas partes del mundo, sobre todo, en lo que respecta a los modelos más caros. Es decir, aquellos que extraen el calor del suelo en lugar del aire, o las viviendas que deben modernizarse con esta nueva tecnología, afirma Monschauer.

Según Monschauer, incentivos como las deducciones o los créditos fiscales serán fundamentales para impulsar la adopción de bombas de calor. Pues ya son la opción más económica, sobre todo, para los hogares con rentas más bajas. Más de 30 países de todo el mundo cuentan con incentivos, y los nuevos programas estadounidenses podrían ayudar a que más hogares utilicen estos dispositivos para reducir emisiones y costes energéticos.

La Ley de Reducción de la Inflación, aprobada en EE UU el año pasado, incluye créditos fiscales federales de hasta 2.000 dólares (unos 1.800 euros) para los contribuyentes que instalen bombas de calor. Y los programas de reembolso pueden incluir financiación de hasta 8.000 dólares (7.300 euros) por hogar, dependiendo del estado.

Queda por ver cómo estos incentivos pueden cambiar la distribución de las bombas de calor en el país. El porcentaje de hogares que recurren a ellas es aún pequeño, y no hay garantías de que los hogares con ingresos distintos las adopten por igual. Pero investigadores como Davis ven el potencial de los incentivos para llevar el ahorro de costes y el progreso climático de las bombas de calor a todo el mundo, no solo a los ricos.

"Al menos en EE UU, tiene potencial para ser adoptada por mucha gente", concluye Davis. "Tiene algo de equitativo".

Cambio Climático

  1. La paradoja de la reducción del dióxido de azufre sobre el cambio climático

    A medida que el aire se vuelve más limpio, el mundo también pierde un importante efecto refrigerante.

    Un gran carguero de contenedores surca el océano
  2. Prolongar la vida útil de los reactores nucleares para limpiar la red eléctrica

    Un parque nuclear envejecido aún puede contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero

    Un turbogenerador en el Centro Energético de Indian Point de 2021
  3. El incierto futuro de la geoingeniería solar tras el fracaso del experimento de Harvard

    Algunos observadores sostienen que el fin de SCoPEx debería marcar el final de tales propuestas. Otros afirman que cualquier experimento futuro debería desarrollarse de forma muy distinta

    Un diagrama del globo SCoPEx tachado con una "X" roja flota sobre un fondo azul con partículas negras