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Cambio Climático

El cultivo de algas para capturar CO₂ ocuparía demasiado océano

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Tendríamos que utilizar una enorme cantidad de espacio oceánico para acercarnos siquiera a estos objetivos

  • por Rhiannon Williams | traducido por
  • 26 Junio, 2023

Los expertos coinciden en que, si queremos evitar los peligros más graves del calentamiento global, es esencial eliminar una cantidad significativa de CO₂ de la atmósfera. Por eso, en los últimos años, los proyectos centrados en el cultivo de algas marinas para absorber CO₂ del aire y retenerlo en el mar han atraído la atención, así como importantes cantidades de financiación, por parte del gobierno estadounidense y empresas privadas como Amazon.

El problema es que cultivar suficientes algas, como para cumplir los objetivos respecto al cambio climático, podría no ser factible al final.

Un nuevo estudio, publicado el 15 de junio en Nature Communications Earth & Environment, calcula que sería necesario cultivar alrededor de un millón de kilómetros cuadrados de océano para eliminar mil millones de toneladas de CO₂ de la atmósfera en el transcurso de un año. No es fácil conseguir esa cantidad de espacio en lugares donde las algas crezcan con facilidad, teniendo en cuenta los demás usos a lo largo de las costas, como la navegación y la pesca.

Según los autores del estudio, para alcanzar los objetivos climáticos habría que retener entre 2.500 y 13.000 millones de toneladas de CO₂de la atmósfera anualmente. Además de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.

Varios modelos científicos sugieren que deberíamos eliminar desde 1.300 millones de toneladas de CO₂ al año hasta 29.000 millones de toneladas en 2050 para evitar que el calentamiento global supere el 1,5 °C. Un informe de la ONU de 2017 estimaba deberíamos eliminar 10.000 millones de toneladas anuales para evitar que el planeta se calentara más de 2 °C en 2050.

"La industria se está adelantando a la ciencia", afirma Isabella Arzeno-Soltero, becaria posdoctoral de la Universidad de Stanford (California), que trabajó en el proyecto. "Nuestro objetivo inmediato era comprobar si, dadas unas condiciones óptimas, podemos alcanzar las escalas de cosecha de CO₂de las que se habla. Y la respuesta es no, no podemos".

Las algas extraen CO₂de la atmósfera mediante la fotosíntesis, y una cantidad significativa queda retenida, quizás durante milenios, cuando la materia vegetal acaba hundiéndose en las profundidades oceánicas. La idea es que pueda cultivarse y luego hundirse intencionadamente para retener ese CO₂el tiempo suficiente como para aliviar la presión sobre el clima.

Arzeno-Soltero y sus colegas de la Universidad de California en Irvine utilizaron un modelo informático para calcular cuántas algas, de cuatro tipos distintos, podrían cultivarse en los océanos de todo el mundo.

El modelo tuvo en cuenta aspectos como la absorción de nitratos por parte de las algas (esenciales para su crecimiento), la temperatura del agua, la intensidad del sol y la altura de las olas. Además, utilizaron los datos oceánicos globales de años anteriores, teniendo en cuenta las prácticas agrícolas actuales. Los investigadores realizaron más de 1.000 simulaciones de crecimiento y cosecha de cada uno de los tipos de algas que, según ellos, representaban los "límites más optimistas" de la producción de algas.

Por ejemplo, las nuevas estimaciones consideran que podría encontrarse suficiente espacio de cultivo en las aguas más productivas para las algas marinas del Pacífico ecuatorial, unos 370 km de la costa. En lugares menos productivos, cultivar suficientes algas para alcanzar los objetivos climáticos sería aún más difícil. Pues habría que dedicar tres veces más espacio al cultivo de algas para retener la misma cantidad de CO₂.

Sus conclusiones sugieren que cultivar suficientes algas para alcanzar estos objetivos supera la capacidad actual de la industria. Aunque cumplir los objetivos climáticos exigirá mucho más que depender solo de las algas.

Agnes Mols-Mortensen es una bióloga especializada en macroalgas, que cultiva algas en las Islas Feroe pero no participó en el proyecto, y afirma que las empresas que deseen ampliar sus proyectos de cultivo de algas también deben tener en cuenta cómo eso puede afectar al ecosistema oceánico.

"Debemos tener cuidado de no sobreexplotar el océano, como hemos hecho con la tierra", afirma Mols-Mortensen. "Tenemos que construir métodos realmente sólidos, basados en la investigación, antes de soñar con salvar el planeta mediante las algas. Hay demasiado bombo y platillo".

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