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Foto: Román Latorre García, director general de Sobi Iberia. Créditos: Sobi.

Tecnología y Sociedad

"En cinco años los médicos tendrán una herramienta de IA a su lado para diagnosticar"

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El sector salud siempre ha ido ligado a la vanguardia de la investigación y la innovación aplicada a la mejora de la calidad de vida de las personas. Las soluciones digitales y las tecnologías disruptivas como el 'big data' y la IA encierran un potencial especialmente transformador para un ámbito poco visible de la medicina: las enfermedades raras

  • por Elena Astorga | traducido por
  • 19 Junio, 2023

No existe un consenso universal sobre la definición de una enfermedad rara. En la Unión Europea, se identifica como tal a aquella que afecta a menos de cinco personas por cada 10.000 habitantes. En Estados Unidos, tienen esta consideración los trastornos que sufren menos de 200.000 personas en el país. Más allá de estas diferencias conceptuales, las enfermedades poco frecuentes tienen en común una prevalencia baja (aunque se estima que unos 36 millones de personas conviven con una enfermedad rara en la UE, cerca del 7% de la población), lo que dificulta el diagnóstico, tratamiento y visibilización de las hasta 7.000 enfermedades englobadas en esta categoría, y que solo en España afectan a tres millones de personas.

Ofrecer respuestas específicas para este colectivo tan diverso es la meta que impulsa la actividad de Sobi (o Swedish Orphan Biovitrum), biofarmacéutica de origen sueco con presencia en más de 30 países y operaciones en más de 70. La estrategia de la compañía abraza desde hace años la transformación digital de la medicina, desarrollando productos como la app Florio para el seguimiento de los pacientes con hemofilia—trastorno genético que impide la adecuada coagulación de la sangre, uno de los grandes focos de la empresa—a través de su filial basada en Múnich Florio GmbH, encargada del desarrollo de productos digitales de healthcare.

"El ámbito de la salud es un sector donde la innovación se espera y está integrada en el ADN de la mayoría de los profesionales", explica Román Latorre, director general de Sobi Iberia. "Queremos ser parte de estas soluciones y trabajamos para integrarlas en nuestro enfoque de atención al paciente". Ingeniero industrial de formación y con una experiencia previa de más de una década en la biotecnológica Novartis, Latorre pasó a ocupar el cargo en febrero de 2023 y afronta, entre otros retos, la consolidación de la compañía como referente innovador en un momento de efervescencia tecnológica.

El sector de la salud está viviendo un momento de transformación digital para mejorar la calidad asistencial de los pacientes. ¿Qué soluciones se han desarrollado desde Sobi para impulsar estrategias patient-centric o de asistencia centrada en el paciente?

La digitalización y la innovación tecnológica han beneficiado enormemente al sector de la salud. Algunos de los casos más recientes son la telemedicina, la tecnología wearable y los dispositivos IoT, la atención al paciente remota, el uso de blockchain para descentralizar las bases de datos y la incorporación de la inteligencia artificial para crear dispositivos portátiles de seguimiento médico.

Estas tendencias hacen que todos los que trabajamos en el sector necesitemos adaptarnos a las nuevas demandas de los pacientes y el propio sistema sanitario. Por eso, estamos desarrollando aplicaciones para las personas con hemofilia o sus cuidadores, con las que pueden ver sus niveles estimados de concentrado de factor plasmático, registrar sangrados, dolor, bienestar o actividad física, y que envía recordatorios al paciente cuando se acerca el momento de administrarse su tratamiento. Además, los profesionales sanitarios tienen acceso a un panel de control web, donde pueden visualizarlo todo en tiempo real. Con ello, buscamos disminuir la incertidumbre de pacientes y sanitarios, mejorar la labor asistencial y facilitar el conocimiento y la autogestión de la enfermedad, empoderando al paciente para que pueda vivir una vida más libre.

¿Cuáles crees que son las barreras para impulsar una industria farmacéutica más digital e innovadora?

Los laboratorios farmacéuticos están altamente regulados, lo que dificulta la implementación rápida de nuevas tecnologías y la adopción de prácticas digitales en la fabricación, el control de calidad, el seguimiento de pacientes y la entrega de medicamentos. Los requisitos reglamentarios específicos y la falta de armonización de las regulaciones entre países, y dentro de un mismo país, complican la estandarización de los sistemas digitales en toda la industria.

En el caso concreto de España, el hecho de que las competencias sanitarias estén delegadas a las autonomías es un aspecto a tener en cuenta para impulsar una industria farmacéutica más digital. Esto dificulta la implementación a escala de soluciones y tecnologías digitales y la integración de datos de diferentes fuentes. Si los sistemas de información de salud no están conectados y no comparten datos de manera efectiva, es difícil para los laboratorios farmacéuticos aprovechar todo el potencial de la tecnología digital para mejorar los resultados del paciente y la atención médica. Por lo tanto, se requiere un esfuerzo conjunto y una colaboración efectiva entre los proveedores de atención médica, los laboratorios farmacéuticos, los reguladores y los responsables políticos para abordar esta barrera y mejorar la interoperabilidad y la integración de datos en el sistema de salud. A veces algo tan sencillo como el firewall de un hospital nos ha parado proyectos e iniciativas muy interesantes.

Además, a nivel de la Unión Europea, una complejidad adicional es la Ley de Protección de Datos. En España la mayoría de aplicaciones que tenemos son anonimizadas, por lo que no corremos riesgo de tener problemas en este sentido. Pero si en un futuro intentamos conectar nuestras herramientas con los hospitales, habrá que buscar la fórmula para que los datos del paciente, si este lo desea, lleguen a reflejarse en su historial clínico del Sistema Nacional de Salud.

¿Cuáles consideras que son los posibles beneficios de las soluciones digitales para capturar Real World Data (datos del mundo real o RWD, por sus siglas en inglés) y Real World Evidence (evidencia del mundo real o RWE, por sus siglas en inglés) en el sector y para la sociedad en general?

Actualmente se dispone de muchos datos y análisis del mundo real (RWD), pero la generación de evidencia basada en estos datos (RWE) sigue siendo muy compleja a consecuencia de la falta de homogeneidad y calidad de las fuentes de datos y de la creciente diversidad de modelos y algoritmos de análisis.

En el sector el RWE se usa a lo largo de toda la cadena de valor, en la optimización de ensayos clínicos, en la evaluación epidemiológica, en la evaluación de la seguridad y riesgo/beneficio de la terapia, en la evaluación económica basada en resultados y en todo tipo de análisis comerciales y de negocio. Los datos de salud de la práctica clínica diaria pueden y deberían contribuir a mejorar el sistema de salud en general, y son especialmente útiles en el caso de enfermedades raras.

En los ensayos clínicos, el uso de RWD permite acelerar el desarrollo de nuevos fármacos optimizando el diseño de ensayos clínicos, permitiendo simular poblaciones virtuales de manera más realista antes de hacerlo con pacientes reales. Además, el uso de RWD puede favorecer, por ejemplo, en el caso de las enfermedades más graves o de baja prevalencia, la realización de estudios de un solo brazo, proporcionando una alternativa más rápida y menos costosa.

¿Qué oportunidades ve en la aplicación de tecnologías en auge, como la inteligencia artificial o la telemedicina, en el abordaje de las enfermedades raras?

Los beneficios de la telemedicina son evidentes, incluso antes de la pandemia, pero su uso sigue siendo más una excepción que una realidad. En el caso de las enfermedades raras, el beneficio más obvio es el acceso a especialistas de forma más rápida y eficiente, algo que puede facilitar un diagnóstico más rápido y preciso y un seguimiento más detallado. Tenemos ejemplos ya implementados de telemedicina que permiten que los médicos realicen consultas a distancia a especialistas en centros de referencia, lo que ayuda a acelerar el diagnóstico de las enfermedades raras. Además, las consultas a distancia permiten en algunos casos la realización de pruebas diagnósticas en tiempo real, lo que puede ayudar a iniciar el tratamiento más rápidamente.

La inteligencia artificial se ha convertido en solo unos meses en uno de los campos más fascinantes de la tecnología. En marzo Bill Gates publicó una interesante carta con el título La era de la inteligencia artificial ha empezado, donde destacaba que el impacto de la IA será tan significativo como lo fueron la creación del microprocesador, el PC, internet y el teléfono móvil; resaltando específicamente el impacto en la salud. Ya hay ejemplos, especialmente llamativos en el área de la oncología, donde la IA identifica patrones y relaciones en los datos de los pacientes, lo que mejora la precisión del diagnóstico, en algunos casos hasta en años. Esta nueva era está empezando y vamos a ver cosas increíbles: los algoritmos de aprendizaje automático nos ayudarán a detectar patrones en los síntomas y signos que hoy en día son difíciles o imposibles de identificar por los médicos humanos.

En lo que respecta al diagnóstico, un punto especialmente a mejorar en el ámbito de las enfermedades raras (actualmente, en España la media se sitúa en seis años desde que aparecen los síntomas), ¿cómo puede la innovación ayudar a una identificación más precoz de los trastornos?

En muchos casos, el retraso en el diagnóstico puede deberse al desconocimiento por parte del profesional sanitario de que esa patología existe o la dificultad de agregar e interpretar los datos recogidos. Pero ya están surgiendo aplicaciones revolucionarias como Glass.health, que permite a los clínicos introducir los datos y, mediante la IA, obtener un posible diagnóstico. Mucho antes de lo que creemos, estas herramientas acompañarán a los médicos en su día a día. Mi predicción es que en los próximos cinco o diez años, cada médico tendrá a su lado una herramienta de inteligencia artificial en la que se apoyará para el diagnóstico de los pacientes.

Tecnología y Sociedad

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