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Tecnología y Sociedad

Las aplicaciones móviles están interfiriendo con el negocio de los coches de alquiler

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Analizamos por qué la tecnología de Zipcar y el modelo de negocio de uso compartido de automóviles han llamado la atención de las grandes empresas.

  • por Lauren Cox | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 12 Noviembre, 2010

Trabajo en Boston, una ciudad en la que alguien pagó recientemente 300.000 dólares por una plaza de aparcamiento. Los conductores dan vueltas constantemente a la caza de un hueco. Si a esto añadimos la notoria agresividad de los conductores de Boston y los altos costes de los seguros, queda claro por qué este es uno de los lugares más caros y difíciles en el país para aquellos que poseen un automóvil.

Así que probablemente no sea una coincidencia que fuera aquí donde Zipcar se fundase hace más de una década. Los comienzos de esta empresa, que presentó por primera vez en los Estados Unidos el sistema de uso compartido de vehículos mediante el alquiler por horas, fueron lentos. Los rivales veían este sector como un mercado limitado a la mentalidad ecológica y a quienes estuviesen dispuestos a deshacerse de sus vehículos a tiempo completo.

Sin embargo la llegada de los teléfonos inteligentes ha contribuido a reconfigurar la forma en que opera Zipcar, ampliando en gran medida su atractivo. Lanzada hace dos años, la aplicación de Zipcar para el iPhone ha sido ha sido descargada por 400.000 personas, que la utilizan para localizar el coche disponible más cercano, e incluso para hacer sonar la bocina. Eso ha facilitado mucho que los clientes encuentren los coches cuando necesiten uno. En la actualidad, la compañía se ha expandido a 55 ciudades y a 225 campus de universidades en los EE.UU., Canadá y el Reino Unido

Al permitir a los usuarios reservar coches de forma espontánea con sus teléfonos móviles en lugar de hacer la reserva antes de tiempo en un PC, Zipcar ha encontrado una forma mucho más fácil de gestionar su desafiante logística. A diferencia de las grandes empresas de alquiler de coches, administra muchos alquileres a corto plazo en lugares ampliamente distribuidos. Los clientes deben devolver el vehículo a su lugar de origen, a menudo en una calle secundaria—un modelo diferente al de los aparcamientos centrales que la mayoría de empresas de alquiler utilizan. En los centros de control de flota de Zipcar, los operadores pueden realizar un seguimiento de la demanda de vehículos, las reservas de los conductores, y los horarios de mantenimiento de los vehículos utilizando un software de cosecha propia llamado FastFleet, que se está comercializando entre otras empresas de gestión de vehículos.

Considerando que normalmente los coches de alquiler suelen ser alquilados por entre 30 y 80 dólares al día desde sólo unos pocos lugares en cada ciudad, los Zipcars normalmente se alquilan por alrededor de 10 a la hora en cientos de lugares. La cuota incluye el seguro y una tarjeta de gasolina para rellenar el tanque, siempre y cuando permanezcamos dentro de los límites de kilometraje. Esto tiene sentido para los estudiantes universitarios, los profesionales ocupados, y otras personas que no quieran utilizar un servicio de alquiler basado en el aeropuerto, pero necesiten un coche para un momento del día de vez en cuando.

Puesto que Zipcar ha demostrado que con el uso de una aplicación móvil y un software especial se puede hacer frente a los retos logísticos de  ladistribución de automóviles, sus rivales han empezado a seguir su ejemplo. Hace seis meses, Hertz lanzó una aplicación para el iPhone llamada Connect que funciona prácticamente de la misma forma. Mientras que Zipcar cuenta con 6.500 vehículos, Hertz cuenta con cerca de medio millón, aunque sólo unos 1.000 de ellos están disponibles a través de Connect. "Cuando comenzamos a fijarnos en Zipcar y ver que el modelo crecía, en Hertz se produjo una evolución natural", afirma José Eckroth, director de información de Hertz.

Mientras tanto, Enterprise Rent-a-Car ha puesto en marcha un programa de uso compartido de automóviles, WeCar, en seis ciudades hasta el momento. El Avis Budget Group aún no ha desarrollado ninguno, pero sí desarrolló una aplicación para el iPhone para la reserva de vehículos en lugares tradicionales. "Fijémonos en cómo han cambiado las cosas en los últimos 12 meses", asegura John Peebles, vicepresidente de marketing en línea de Avis. "Es astronómico." Los clientes han adoptado los teléfonos inteligentes con tanta rapidez que ofrecer una aplicación se ha convertido en algo obligatorio, señala: "No era parte de nuestra estrategia el año pasado, pero sí tiene que serlo este año".

Para Zipcar, el sector móvil estaba en su radar desde el principio. "Dentro de los 12 meses tras la presentación del iPhone, más del 20 por ciento de nuestros clientes ya se habían comprado uno", afirma Lesley Mottla, vicepresidenta de experiencia de miembros de Zipcar. En la actualidad, afirma, la mayoría de sus clientes poseen teléfonos inteligentes. Cada vez más, las aplicaciones para estos dispositivos sirven como interfaz de la compañía frente al cliente; a diferencia de las otras empresas de alquiler, Zipcar opera sin ningún tipo de local.

La aplicación Zipcar ya ha proporcionado nuevos ingresos mediante el fomento de la frecuencia de los alquileres y las extensiones de tiempo. "En un principio, nos centramos principalmente en la aplicación como forma de mejora de la experiencia Zipcar", asegura Mottla. Sin embargo, la aplicación hace que sea tan fácil alquilar un coche o cambiar la duración del alquiler que la gente usa el servicio con más frecuencia de lo que lo harían al utilizar un PC, que sigue siendo más favorable para la planificación de alquileres con mayor antelación. En otras palabras, ha creado una nueva vía para el consumo—parte de la definición clásica de una tecnología que interfiere con las ya existentes. Zipcar sólo posee una minúscula cuota de mercado dentro del negocio de alquiler de automóviles en general, pero tiene más del 80 por ciento del mercado de vehículos compartidos en los EE.UU. (y alrededor del 50 por ciento a nivel mundial).

Para poner a prueba la aplicación para el iPhone, me inscribí en Zipcar por una cuota anual de 60 dólares y esperé a que la oficina de correos me entregase mi "Zipcard", que contiene un chip inalámbrico que autoriza al usuario a abrir un coche reservado. (Las llaves reales siempre se quedan en el interior para el conductor siguiente.) Días más tarde, me encontré delante de un Dunkin' Donuts y necesité un vehículo. La aplicación mostró un mapa GPS lleno de puntos señalando varios Zipcars a una distancia más corta que las dos líneas de metro más próximas.

Elegí un sedán gris que estaba estacionado a un par de bloques de distancia. Al acercarme al coche, no obstante, me encontré con un problema técnico. Cuando traté de usar mi teléfono para tocar la bocina, la aplicación falló y necesitó un par de minutos para volver a cargarse. Sin embargo pude abrir la puerta con éxito, y me sentí como si estuviera en el futuro, al haber podido alquilar un coche sin ver o hablar con ninguna persona del servicio al cliente.

Zipcar se basa en un hardware montado en el parabrisas de cada vehículo—la así llamada "caja negra", que incluye un transpondedor RFID y una conexión de datos inalámbrica. Las reservas se transmiten a la caja negra, por lo que el coche sabe quién lo va a conducir y cuándo. Cuando ponemos la Zipcard cerca del parabrisas, el coche se desbloquea por primera vez. A continuación, podemos utilizar el iPhone para desbloquearlo a partir de ahí. Cuando acabamos con el coche, ponemos la Zipcard cerca de la caja negra otra vez, y nos desautoriza.

La aplicación de Zipcar "lo clava en dos frentes", afirma Brad Spirrison, editor jefe de la comunidad por Internet de críticas de aplicaciones Appolicious. "Posee esta sorprendente tecnología que nos permite tocar la bocina. Es como en los Supersónicos". Pero lo más importante es que la aplicación de Zipcar responde de forma natural a las necesidades de los usuarios de teléfonos móviles—“gente a mitad de camino entre un sitio y otro, cuya capacidad para teclear es limitada, y probablemente están en busca de algo".

Zipcar afirma que seguirán añadiendo nuevas características móviles. Tecnologías emergentes como la de la comunicación de "campo cercano" permitirán a los conductores utilizar el teléfono como tarjeta de débito virtual, señala Mottla. Eso eliminaría la Zipcard de plástico: los conductores podrían utilizar sus teléfonos para autorizar el coche y pagar en el acto.

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