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Biotecnología

"En el sector salud no hay que sacar productos al mercado"

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Tras desempeñar roles directivos en varios gigantes del sector farmacéutico, Orlando Vergara ha desarrollado una visión de hacia dónde debe caminar la innovación y el modelo industrial en la que la cooperación se antepone a la competición para garantizar la supervivencia en un ecosistema en constante cambio

  • por Fernanda Morocho Sarchi | traducido por
  • 15 Febrero, 2024

Orlando Vergara Correa lleva 22 años de trabajo en la industria farmacéutica y ha ocupado puestos directivos en compañías como Merck, Gilead o Novartis y ha sido Embajador de Barcelona Health Hub, uno de los principales ecosistemas de salud digital de España. Eso le ha permitido la oportunidad de vivir en varios países y conocer de cerca más de 50 sistemas sanitarios. Actualmente es asesor, emprendedor y escritor. Participa en varios programas de mentoría y es conferenciante y TED speaker.

Su experiencia le ha llevado no solo a vivir la transición “desde las pastillas hacia las terapias digitales”, como él la define, sino a desarrollar una visión propia en la que la colaboración y la cooperación son esenciales para garantizar el futuro de las empresas. En este contexto, las empresas no compiten unas contra otras, sino que “los ecosistemas compiten contra ecosistemas”. Una visión que detalla en su libro Del ego al eco: La gran migración hacia los ecosistemas, recientemente publicado en Perú y España por Ediciones Esteri.

¿Cuáles diría que han sido los cambios más significativos que ha experimentado el sector farmacéutico a lo largo de su carrera?

Cuando me inicié, todo eran moléculas pequeñas: fármacos basados en química pura. Después pasamos a un segunda fase con productos cada vez más especializados, como los biológicos, y una tercera en torno a las terapias génicas. La cuarta revolución, en la que nos encontramos hoy, son las terapias digitales. Otro cambio que he visto es que la empresa farmacéutica ha pasado de estar centrada en el producto a estar más centrada en los pacientes porque ha ido entendiendo cada vez más sus necesidades. Hoy en día el reto es pasar a una nueva fase centrada en la comunidad.

Otro aspecto ha sido la grandísima transformación digital que ha habido y también el fenómeno de la coopetición: empresas que compiten entre ellas en algunas áreas, pero colaboran en otras, algo que ha sido especialmente visible con la Covid. Hemos visto empresas compartiendo datos y propiedad intelectual para resolver un problema común. Finalmente, el último cambio que he visto es que todo el mundo tiene apetito por entrar en el sector de la salud.

¿A qué cree que se debe esta tendencia?

Creo que nos estamos dando cuenta de que las fronteras entre industrias y empresas están desapareciendo y que todo se está integrando. Yo creo que en el futuro no vamos a hablar del sector automovilístico o farmacéutico. Vamos a comenzar a hablar de ecosistemas de movilidad, de ecosistemas de salud…

En estas dos décadas, ha pasado por empresas como Novartis o Merck ¿Cómo ha influido esta experiencia en su visión sobre la innovación en el sector?

Trabajar en diversas empresas y en diferentes países de Europa me ha ayudado a tener una visión de conjunto y a aceptar la diversidad. Creo que eso es lo que me ha permitido encontrar soluciones innovadoras. La otra cosa que he entendido es que no hay que “lanzar productos al mercado”.

¿No hay que lanzar productos al mercado?

No. No hay que lanzar productos, sino crear ecosistemas para poder dar una solución concreta a una determinada enfermedad. Lo que tenemos que hacer es crear ecosistemas con los diferentes actores, instituciones, médicos, enfermeras, pagadores, asociaciones y otras empresas farmacéuticas para resolver las necesidades del paciente, de tal manera que cuando llegue nuestro producto, este encaje perfectamente.

Describe un contexto en plena transformación. ¿Cuáles diría que son las tendencias que más están impactando en la industria de la salud? ¿Está teniendo, por ejemplo, la inteligencia artificial (IA) el mismo impacto que en otros ámbitos?

Lo primero que tenemos que entender es que vivimos en una transformación perpetua, donde los cambios son a la velocidad de la Fórmula 1. En el momento que tú comienzas a entender los cambios, ya hay otra innovación en el mercado. Digo esto porque en el mundo de la salud hay mucha tecnología que está desde hace años y, sin embargo, todavía no somos capaces de verla. Tenemos ya la impresión 3D, que nos va a permitir imprimir órganos, pero la gente todavía lo ve como algo lejano.

Otra cosa en la que no estamos pensando con la intensidad que deberíamos es que estamos pasando de tener que ir al hospital a que tu casa sea como un hospital, el llamado housepital. Puedo tener mi kit diagnóstico en mi casa, puedo seguir el tratamiento, puedo tener médico online… Vamos hacia que el ser humano tenga él mismo sensores no invasivos que le monitoricen en cualquier momento.  

¿Y respecto a la IA?

Con respecto a la IA veo especialmente una vinculación con la neurología y la psiquiatría. Como comentaba antes, en el sector farmacéutico hemos transitado de trabajar con moléculas pequeñas a trabajar con terapias digitales y las terapias digitales funcionan gracias a los datos y a la inteligencia artificial. Esto se puede aplicar a muchas enfermedades neurológicas y también a las enfermedades psiquiátricas, como ansiedad, depresión, insomnio, etc. Además, otra área que creo que pocos están viendo que la soledad va a ser uno de los mayores problemas de la humanidad y que la inteligencia artificial nos puede ayudar aquí. Por otro lado, la inteligencia artificial también nos va a permitir movernos desde la intervención, que es lo que actualmente consume la mayor parte de los recursos de los gobiernos para Sanidad, hacia la prevención.  

Dedica buena parte de sus esfuerzos a divulgar sobre el concepto de ecosistemas. ¿Cómo definiría ese trayecto ‘del ego al eco’ en la que habla en su último libro y qué tiene que ver esto con la migración a los ecosistemas?

Yo soy un fiel creyente en el potencial que tienen los ecosistemas para resolver los grandes problemas de la humanidad. Para los problemas de salud se necesita de colaboración a un gran nivel. Nadie puede resolver los problemas por sí solo. Absolutamente nadie. Y mucho menos cuando hablamos de problemas como el cambio climático. Y la respuesta es la colaboración.

Estoy convencido de que las empresas no van a competir contra empresas, sino que los ecosistemas que van a competir contra ecosistemas. Por ejemplo, una cosa es decir “me gusta tu camisa” y otra cosa, decirte “me gusta tu outfit”. Los clientes buscan, cada vez más, outfits. Es decir, servicios integrales, coherentes, convenientes para sus necesidades.

El segundo presupuesto del libro es que las personas no necesitan productos y servicios, sino soluciones para sus necesidades. Estos dos presupuestos son muy importantes para que los líderes puedan entender la migración que tienen que hacer. El ego lo encontramos en esa competición entre empresas que no les permite abrir las puertas de su organización; en cambio, el eco la entramos cuando estas empresas quieren resolver esas necesidades holísticas de los consumidores. Pero no nos han enseñado a trabajar así. Si ya es difícil colaborar dentro de nuestra propia empresa, imagínate colaborar con otra compañía. Es lo que explico en el libro, a lo largo de varias fases.

En definitiva, la mentalidad de ecosistema es diferente, ya no se trata de ser el mejor en el mundo, sino hacer lo mejor para el mundo.

¿Cómo ve el futuro de las empresas que no apliquen esta mentalidad? ¿Cuáles son sus desafíos a la hora de adoptarla?

Los que no aplican esta mentalidad están destinados a morir. Suena fuerte, pero hay que tener en cuenta que entre el 5% y el 7% de las empresas a nivel mundial ya opera en ecosistemas y el impacto que tienen es extraordinario. Los ecosistemas nacen para proteger nuestros negocios, para ampliarlos, para innovar constantemente, para entrar en nuevos mercados. Quien no se meta lo va a tener que hacer todo por sí mismo y va a necesitar mucho más tiempo; una desventaja competitiva enorme en un mundo altamente cambiante. Por eso digo que quien no opera en ecosistemas está destinado al fracaso.

El principal desafío para los ecosistemas es la governance. Muchas veces no está claro quién es el orquestador y cómo se distribuyen las ganancias, entonces eso crea conflictos. Otro problema es que los ecosistemas que se crean pueden llegar a ser monopolistas. Cuando nace un ecosistema tiene que estar claro quién es el orquestador y cómo se va a distribuir ese valor creado.

Biotecnología

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