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Tecnología y Sociedad

Controlando el riesgo energético

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Incluso sin un precio establecido para el carbono a nivel económico global, muchas empresas se están convirtiendo en empresas verdes para ahorrar dinero y protegerse contra el creciente coste de los combustibles fósiles.

  • por Tyler Hamilton | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 03 Enero, 2011

Nota del Editor: Esta introducción comienza nuestro informe Business Impact sobre el tema de la Estrategia Corporativa de Energía, que será desarrollado a lo largo del mes de enero.

Podemos perdonar a las empresas por sentir cierta confusión acerca de qué hacer en cuanto a su consumo de energía. A pesar de que se les dijo que se preparasen para pagar un precio por el carbono a nivel económico global, el Congreso de los EE.UU. no pudo imponerlo el año pasado, y las naciones que participaron en la Cumbre del Clima de Copenhague en 2009 no llegaron a un acuerdo vinculante sobre la forma de reducir las emisiones de dióxido de carbono. Sin embargo, a pesar de las incertidumbres acerca de las consecuencias de la política energética nacional, varias empresas, desde grandes minoristas como Wal-Mart y Costco a líderes de alta tecnología como Google y Cisco, pasando por gigantes industriales como General Electric e IBM, están adoptando tecnologías energéticas más limpias con las que reducir su huella de carbono y reducir su dependencia global de combustibles fósiles.

La motivación primordial se ha convertido en una de simple economía. "Algunas de estas cosas se desarrollan con mucha facilidad", afirma Greg Neichin, director gerente en Cleantech Group, una firma de inteligencia de mercado. De hecho, un nuevo informe de Environmantal Leader, un editor de noticias de energía e investigación, encontró que la mayoría de las cerca de 400 empresas que ya generan su propia energía renovable lo están haciendo con el fin de reducir los costes operativos o para protegerse contra la posibilidad de unos precios de combustibles fósiles más altos (ver el gráfico en la página siguiente).

Esto supone un marcado cambio en relación a los motivos que las empresas han utilizado en el pasado para instalar políticas medioambientales favorables, como por ejemplo mejorar la marca y, en gran medida, continuar con el negocio como de costumbre—una táctica de la que algunos críticos se burlan y denominan "lavado verde". En el pasado, las empresas solían realizar estas actividades a través de programas de responsabilidad social empresarial (RSE) en lugar de unidades de negocio dirigidas por directivos senior. Según una encuesta de 2007 de 420 empresas mundiales realizada por la firma de relaciones públicas Hill & Knowlton, el 52 por ciento de las empresas citaron la "mejora de la reputación" como la razón principal para la aplicación de políticas y tecnologías verdes.

Este informe especial sobre estrategia corporativa de energía argumentará que el nuevo enfoque empresarial sobre los beneficios económicos de pasar a ser "verde" está siendo posible no sólo por los avances tecnológicos, sino también por innovaciones en los modelos de negocio que ayudan a las empresas a reducir su riesgo energético. Escucharemos a líderes corporativos que están poniendo en práctica estrategias energéticas, y vamos a citar una investigación que muestra, por primera vez, que una amplia gama de empresas están realmente recibiendo un retorno sobre sus inversiones en energía renovable.

En el transcurso de este mes, vamos a explorar cómo las tecnologías de energía renovable, mejores y más baratas, están marcando una diferencia para las empresas. Algunas de estas tecnologías están bien establecidas. Por ejemplo, la energía eólica ha logrado una "paridad de red" en muchas partes del mundo, igualando el precio de la energía generada por combustibles como el gas natural. Las nuevas formas de financiación de la energía solar están haciendo que sea más atractiva para las empresas. Por primera vez, los vehículos completamente eléctricos están llegando al mercado en un volumen significativo, y empresas como UPS y Coca-Cola los están añadiendo a sus flotas junto a vehículos híbridos.

Otras tecnologías se han unido más recientemente a la corriente principal. Entre ellas se encuentran las células de combustible que, en la actualidad, pueden proporcionar energía a edificios o centros de compras por un coste similar al de la red eléctrica, y la iluminación LED de baja potencia, que empresas como Starbucks están instalando en sus tiendas. Los sistemas de telepresencia y la videoconferencia de bajo coste pueden reducir significativamente la necesidad de viajar en coche y avión. Nuevas formas creativas de alimentar los centros de datos podrían reducir al mínimo las emisiones de carbono, además de ofrecer más capacidad en menos espacio. La tecnología de construcción inteligente está lista para funcionar con la próxima red inteligente y así ahorrar a las empresas importantes sumas de dinero.

A medida que más compañías adopten estas tecnologías, el efecto acumulativo podría ser grande. El gigante del software empresarial SAP calcula que su base de clientes, que incluye 40.000 compañías en 120 países, en conjunto representa una sexta parte de las emisiones de carbono del mundo. En comparación, el conjunto de la Unión Europea es responsable de alrededor del 14 por ciento.

Hace apenas unos años, sólo un pequeño número de empresas en el mundo utilizaba una cantidad sustancial de energía renovable. Sin embargo los primeros éxitos han demostrado la enorme sabiduría de cambiar a estas fuentes y hacerlo con ímpetu, aunque de forma selectiva. Costco, por ejemplo, decidió hace cinco años instalar paneles solares encima de 26 de sus tiendas, o aproximadamente un 5 por ciento de sus lugares de venta en EE.UU.. Aprovechándose de crédito federal sobre el impuesto de sociedades del 30 por ciento, la compañía concentró sus esfuerzos en las tiendas en California y Nueva Jersey, que también poseían incentivos estatales, así como Hawai, que posee las tasas más altas de electricidad en los Estados Unidos. Costco calculó que ahorraría entre un 20 y un 25 por ciento en sus costes de electricidad en esas tiendas y que la inversión se amortizaría en cinco años. Los sistemas "han alcanzado o superado ligeramente nuestras expectativas en términos de rendimiento de generación de energía y rendimiento de la inversión", afirma Craig Peal, asistente del vice-presidente de control de energía y construcción, y Costco está en proceso de duplicar sus ubicaciones con energía solar.

Ahora que el experimento de Costco, y otros como él, están cumpliendo con sus promesas, estos ejemplos han ayudado a inspirar un movimiento más amplio hacia la energía renovable. Motorola obtiene un tercio de su energía de fuentes renovables. Johnson & Johnson obtiene el 40 por ciento. Intel recibe la mitad. Sprint señala que alimenta el 90 por ciento de su sede de 200 acres cerca de Kansas City con parques eólicos.

Mientras tanto, a medida que los costes de las tecnologías renovables siguen cayendo, los precios de los combustibles fósiles mantienen una tendencia al alza. El precio del barril de petróleo, por ejemplo, se espera que llegue a los tres dígitos a principios de 2011, y hay menos probabilidad de que el precio retroceda tal y como lo hizo cuando se alcanzaron niveles similares en 2008. "Yo no creo que nadie niegue que el precio de la energía sólo va a seguir aumentando", asegura Paul Nastu, editor de Environmental Leader. "Definitivamente estamos moviéndonos en una dirección donde las empresas saben que tarde o temprano tienen que hacer cambios".

Las empresas que no lo hagan se enfrentarán a un riesgo considerable. Si el precio del petróleo vuelve a más de 100 dólares por barril, muchas empresas, especialmente en la fabricación y el transporte, se verán obligadas a sacrificar los beneficios o transmitir sus mayores costes a los consumidores, reduciendo la demanda y poniendo en peligro la recuperación económica. Si finalmente se impone algún tipo de impuesto sobre el carbono, los que dependan exclusivamente de los combustibles fósiles para su electricidad también se enfrentarán a precios más altos.

Sin embargo, a pesar de que estos riesgos son bien conocidos, algunas empresas todavía poseen fuertes incentivos para continuar confiando en los combustibles fósiles, especialmente para la electricidad. En el sector de la TI, por ejemplo, la tendencia hacia el desplazamiento de la infraestructura desde servidores propios a la nube ha producido una competencia de precios tan intensa entre las empresas de hosting basadas en la nube que muchos centros de datos se instalan allí donde la electricidad sea más barata, incluyendo el sudeste de Estados Unidos, donde el carbón es la principal fuente de potencia. Tendencias como éstas pueden compensar gran parte del progreso de reducción de carbono que las empresas están haciendo en otras áreas.

Para estar seguras, las empresas utilizan energía de tantas maneras diferentes que muy pocas han sido capaces de medir incluso su huella de carbono. Una encuesta reciente entre empresas realizada por Treasury & Risk, una publicación de finanzas, revela que sólo el 31 por ciento lo han hecho. "Todo esto se reduce a que las empresas comprendan realmente el mayor impacto de lo que hacen", afirma Joel Makower, presidente del GreenBiz Group. Sin embargo, añade que la mayoría de las empresas hasta ahora han medido sólo una parte de su consumo de energía. "Para algunas se trata de las operaciones de TI; para otras pueden ser los viajes de negocios; para algunas se trata de cómo los consumidores utilizan sus productos".

La dificultad de crear una imagen definida se está convirtiendo en una oportunidad de negocio en sí misma. Ese es lo que opina SAP, por lo menos. La compañía se está introduciendo en el mercado de la venta de software para ayudar a otras organizaciones a medir su impacto total de carbono y adoptar medidas específicas, comenzando con las oportunidades más fáciles y más baratas para reducir las emisiones. De igual forma, IBM aspira a vender productos que reduzcan el consumo de energía en los centros de datos.

Todo esto no quiere decir que el uso de más energía renovable sea siempre un buen negocio. A menudo es caro, y a veces prohibitivo. Pero está claro que muchas empresas no están a la espera de que los gobiernos y las leyes les sirvan de guía. Saben que el aumento de precios de las fuentes de energía basadas en el carbono está poniéndolas en riesgo financiero, y que la consecución estratégica de alternativas les dará una ventaja sobre aquellos competidores que prefieran observar y esperar.

Tecnología y Sociedad

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