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Tecnología y Sociedad

Un banco de pruebas para edificios Inteligentes

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El “Le Hive” de Schneider Electric automatiza la eficiencia energética.

  • por Sam Jaffe | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 19 Enero, 2011

Las técnicas tradicionales, tales como la adición de aislamiento o masilla de ventanas, pueden hacer que los edificios sean energéticamente más eficientes, aunque estas estrategias sólo se quedan a medias a la hora de reducir las facturas de energía. Los sistemas de edificios inteligentes vinculados a la red inteligente ofrecen una manera más integral de reducir el consumo.

Una empresa que ha invertido enormemente en edificios inteligentes es Schneider Electric, un conglomerado francés de 174 años que crea software y hardware para edificios energéticamente eficientes. Para probar sus propios productos, la empresa construyó una nueva sede cerca de La Défense, el distrito financiero de París. Conocido como "Le Hive" ("La Colmena"), la colección de edificios interconectados es un banco de pruebas de avanzadas tecnologías de detección, medición, análisis y control que prometen reducir la factura eléctrica de Schneider, al tiempo que demuestran a los clientes potenciales lo poderosas que son las tecnologías.

Le Hive abrió sus puertas a finales de 2008, y en la actualidad cuenta con más de 1.700 empleados. No se han incorporado trucos especiales de eficiencia energética en el diseño del edificio—que responde a los patrones típicos de la mayoría de las nuevas construcciones en Europa. La compañía quería utilizar los sistemas de construcción para reducir el consumo de energía y no depender de caras técnicas de construcción que la mayoría de los propietarios de edificios no podrían permitirse.

Los objetivos de Schneider para su sede eran sencillos. El consumo promedio de electricidad de un edificio de oficinas en París es de 400 kilovatios/hora por metro cuadrado al año. La Unión Europea ha ordenado que todos los edificios reduzcan el consumo a 50 kilovatios/hora por metro cuadrado de aquí al año 2030. Le Hive tenía por objeto demostrar que el camino hacia esa meta puede ser rápido y relativamente indoloro. La compañía ha reducido el consumo de energía de su sede desde más de 300 kilovatios/hora por metro cuadrado a 65.

El sistema de Schneider, llamado EcoStruxure, se inició con la recogida y análisis de datos sobre los patrones de consumo de energía del edificio. A continuación, se instaló una serie de componentes de hardware y software, que pueden ser controlados desde una única interfaz como, por ejemplo, un ordenador portátil o un teléfono inteligente. En otras palabras, el sistema de calefacción, el sistema de aire acondicionado, el sistema de gestión de la iluminación, el sistema de seguridad, el sistema de control de incendios, el sistema de vigilancia, el sistema informático, y el sistema de ventilación (que solían ser sistemas discretos con controles independientes y técnicos y administradores dedicados a ellos) están integrados en un único sistema integral de gestión de edificios con un único punto de control.

A continuación, se distribuyeron tarjetas RFID a todos los empleados. Cada tarjeta alerta a un sistema de detección sobre la ubicación del empleado, y se ajustan los sistemas de iluminación y climatización en consecuencia. Si un trabajador sale de su oficina para el almuerzo, por ejemplo, las luces y el aire acondicionado en esa oficina se apagan inmediatamente. Al regresar, la configuración de confort que ha solicitado se activa inmediatamente. Otros sensores suben o bajan la iluminación artificial de acuerdo con la luz solar disponible. Del mismo modo, un sistema automatizado para controlar la sombra en las ventanas se ajusta en relación a la refrigeración, la calefacción, y las necesidades de iluminación. Si las persianas están abiertas y la luz solar entra por la ventana, el sistema de iluminación se atenúa la cantidad justa para mantener un entorno consistente.

El sistema de Schneider no puede reducir el consumo de energía para todos los edificios comerciales del mismo modo que lo hizo en Le Hive. Sin embargo la empresa afirma que puede reducir las facturas de energía en un promedio del 30 por ciento. "Es mucho más difícil pasar de 65 [kilovatios/hora] a 50 de lo que es pasar de 100 a 65", señala Pierre Tabary, vicepresidente de edificios educativos y edificios de oficinas en Schneider Electric. "Ya hemos usado todos los recursos más a nuestro alcance". Sin embargo a Schneider no le faltan ideas. El siguiente segmento al que harán frente es el de la TI—ordenadores y monitores conectados a enchufes de pared. La compañía espera, en última instancia, enlazar esa carga con el sistema de control para que los PCs de los empleados se apaguen automáticamente cuando salen de la sala durante períodos prolongados.

Otro plan es introducir cuadros de mando de energía personalizados para todos los ocupantes del edificio, para que cada empleado de oficina, y no sólo el administrador de las instalaciones, observe los patrones de consumo de energía en determinadas zonas del edificio. Se supone que esa información alentará a los empleados a reducir el uso individual de energía, suponiendo que su propio bienestar no se vea comprometido.

Le Hive supone una visión del futuro de los edificios inteligentes. Schneider Electric probablemente esté ahorrando alrededor de 150.000 euros al año al reducir el consumo de energía en su sede de más de 300 kilovatios/hora por metro cuadrado a 65; a esa velocidad el sistema se amortizaría dentro de unos tres años. (La empresa no ha querido compartir las cifras del coste del proyecto, por lo que la estimación proviene de los costes típicos de la automatización de edificios y la seguridad, que ascienden a 10 euros por metro cuadrado, con una prima extra del 25 por ciento debida a características adicionales tales como el sistema de seguridad RFID). Aunque la EcoStruxure de Schneider no puede realizar estas maravillas para todos los edificios comerciales, la empresa alega que puede reducir las facturas de energía en un promedio del 30 por ciento para la mayoría de los clientes, y para algunos hasta en un 70 por ciento.

Sam Jaffe es gerente de investigación de IDC Energy Insights.

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