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Biotecnología

Células de grasa para corazones rotos

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Una empresa está probando si las células madre procedentes de la grasa podrían ayudar a prevenir los daños a largo plazo después de un ataque al corazón.

  • por Lauren Gravitz | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 21 Enero, 2011

El exceso de grasa alrededor de la cintura puede ser perjudicial para su salud, aunque las células madre contenidas en esa zona podrían salvar su vida algún día. A partir de este mes, un nuevo ensayo europeo tiene por objeto determinar si las células madre recolectadas de la grasa propia de una persona, aplicadas poco después de un ataque al corazón, pueden evitar parte del daño en el músculo cardíaco que se deriva de las arterias bloqueadas.

Durante un ataque al corazón, los vasos sanguíneos que llevan sangre al músculo del corazón se bloquean, y la falta de oxígeno mata lentamente el tejido. Cytori Therapeutics, con sede en San Diego, ha desarrollado un tratamiento que tiene por objeto prevenir gran parte de ese daño muscular antes de que comience. Funciona mediante la inyección de una suspensión concentrada de células madre y otras células regenerativas aisladas del cuerpo del paciente directamente en la arteria principal del corazón en menos de 24 horas después de un ataque. "El tiempo es músculo. Cuanto más rápido actúes, mejor", afirma Christopher Calhoun, director ejecutivo de Cytori. "No se puede hacer nada con el tejido muerto, pero los tejidos heridos y dañados, esos son revitalizables. Si podemos dirigir un flujo de sangre nuevo a esa zona, el tejido vuelve a la vida".

Las células madre adultas, que existen en poblaciones pequeñas en todo el cuerpo, pueden diferenciarse para formar tipos específicos de tejidos y son responsables de la reparación de las lesiones y el reemplazo de las células que mueren. La posibilidad de utilizarlas para curar el músculo cardiaco dañado ha sido el centro de atención de los investigadores biomédicos durante más de dos décadas. Si las células madre provienen del propio cuerpo del paciente, no hay riesgo de rechazo. Un número de ensayos clínicos durante los últimos años se han centrado en el uso de células madre recogidas de la médula ósea, ya que esta potente población puede diferenciarse tanto en células del músculo cardiaco como en células de vasos sanguíneos, entre otros tipos. Sin embargo, las células madre de médula ósea resultan difíciles de extraer y son, de algún modo, escasas; debe ser aisladas y cultivadas antes de que ser inyectadas de nuevo en un corazón lesionado. El proceso puede llevar semanas.

Durante la última década, no obstante, los investigadores han descubierto que el tejido graso posee su propia población de células madre más fácilmente accesibles y mucho más abundantes que las de médula ósea. Una muestra típica de médula ósea produce alrededor de 5.000 células madre; una muestra de grasa, tomada rápidamente a través de una liposucción, puede proporcionar hasta 200 veces esa cantidad. La grasa también contiene otras células que pueden ayudar al proceso de curación. "Creo que es necesaria esa población mixta de células a fin de que esta terapia sea efectiva", afirma Stuart Williams, director del Instituto de Innovación Cardiovascular en Louisville, Kentucky, y que no está afiliado con Cytori. "Todos los que logran tener éxito con el uso de estas células, casi todos ellos están utilizando una población mixta".

Cytori ha creado una máquina portátil que, en menos de una hora, puede reducir una muestra de grasa "del tamaño de una lata de Coca-Cola", afirma Calhoun, a menos de una cucharadita de mezcla concentrada que, según Cytori, contiene sus elementos más vitales: células madre, células musculares lisas, células para el revestimiento de vasos sanguíneos, y un número de otras células regenerativas que pueden promover la curación del crecimiento.

"El tejido graso ha sido utilizado durante años por cirujanos de gran astucia, que simplemente colocan pedazos de grasa en áreas que no se estén recuperando bien", afirma Williams. "Todos los datos hasta ahora han demostrado que estas células son seguras, pero más allá de eso, ¿qué hacen estas células? Simplemente no lo sabemos".

Uno de los beneficios de la terapia de Cytori es que, a diferencia de las células madre derivadas de médula ósea, puede ser utilizada inmediatamente después de un ataque al corazón, antes de que el daño en el tejido se haya producido. Las células regenerativas de la grasa parecen liberar factores de crecimiento y otros componentes químicos que evitan la muerte celular, asegura Calhoun, "mediante el envío de señales que parecen decir: 'No cometas un suicidio—la caballería está en camino". Él cree que es la mezcla de células diferentes, y no sólo las células madre, lo que resulta importante para la reparación: "Creo que se trata de un grupo de células reaccionando al medio ambiente local, enviando señales de ida y vuelta, lo que ayuda a estimular nuevos vasos sanguíneos".

El sistema de Cytori ya es utilizado en Europa, Japón y otros países para las mejoras estéticas, la cicatrización de heridas, y la cirugía de reconstrucción mamaria. Sin embargo, para el uso cardíaco, la compañía tuvo que rediseñar su máquina "Celution" para crear una solución lo suficientemente segura como para ser inyectada directamente en la arteria coronaria sin producir coagulación. El procedimiento es relativamente sencillo. Cuando un paciente llega a la sala de emergencias después de un ataque al corazón, el médico extrae una muestra de grasa y la pasa por la máquina de Cytori, donde unas enzimas descomponen la grasa y liberan las células deseadas en la matriz circundante. "Hemos tomado un proceso de laboratorio de siete a ocho horas, lo hemos validado, optimizado, y lo hemos puesto en una caja. Después, cada paciente recibe a cambio su propio tejido estéril", señaló Calhoun. Una hora después de que la grasa es cosechada, los cirujanos colocan un stent en la arteria coronaria del paciente e introducen la mezcla de células.

El procedimiento ha sido probado en un ensayo piloto de 12 personas en Europa, y los resultados parecen alentadores: al cabo de seis meses, los pacientes que recibieron una solución de sus propias células madre derivadas de la grasa dentro de las 12 horas posteriores a un ataque al corazón poseían alrededor de la mitad de tejido muerto en comparación con los que no habían sido sometidos al tratamiento. Eso se tradujo en un menor número latidos irregulares, un mejor aporte de oxígeno, y un flujo sanguíneo mejorado. (Otro ensayo, para la insuficiencia cardíaca crónica, también muestra potencial, y el procedimiento ha sido aprobado en Europa.)

Cytori comenzó un ensayo a gran escala este mes y espera probar el procedimiento en 360 pacientes. La compañía pretende comenzar ensayos clínicos a gran escala en pacientes de ataque al corazón en los Estados Unidos en 2014, e incluso antes en pacientes con insuficiencia cardíaca crónica.

"Este tipo de células tiene un gran potencial, y creo que podría convertirse en un tratamiento muy importante para los ataques cardiacos [y el flujo de sangre restringido]", afirma Keith March, director del Centro Indiana de Biología Vascular y Medicina de la Universidad de Indiana en Indianápolis. "El hecho de que estén dando comienzo a estas pruebas y hayan mostrado buenas evidencias de la viabilidad y la seguridad es muy alentador—estamos ansiosos por ver los resultados. Además, el hecho de que estas células se puedan obtener con tanta facilidad y el procedimiento pueda ser realizado en un punto de atención médica significa que esta tecnología puede ser asequible y accesible, incluso en zonas del mundo donde la cirugía altamente técnica pudiera no ser posible".

Sin embargo, aún es pronto. Los ensayos clínicos de células madre derivadas de médula ósea han mostrado resultados mixtos en el tratamiento de enfermedades del corazón, y no está claro si las células derivadas de la grasa obtendrán un mejor resultado. "Si funciona, sería maravilloso poseer una fuente disponible de células madre autólogas", afirma Richard Schatz, director de investigación de intervenciones cardiovasculares en Scripps Health, en San Diego, y uno de los inventores del stent coronario. Sin embargo, él y otros señalan que se necesitarán muchos más estudios para determinar la eficacia de los métodos de Cytori en comparación con los tratamientos basados en células madre de médula ósea.

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