Para tener una visión del futuro inalámbrico, podemos echar un vistazo a la reserva india Yurok, un emplazamiento aislado al sur de la frontera entre California y Oregón en la desembocadura del río Klamath. Allí, entre las secuoyas gigantes, se están construyendo tres nuevas torres para crear un nuevo tipo de red inalámbrica, conocida como "súper Wi-Fi." Si la Comisión Federal de Comunicaciones de los EE.UU. se sale con la suya, la súper Wi-Fi se convertirá en un elemento clave de la infraestructura digital rural de Estados Unidos.

La mayoría de las personas que viven en las 63.000 hectáreas de la reserva Yurok no disponen de línea telefónica. Prácticamente nadie tiene Internet de alta velocidad. Las nuevas torres tienen por objetivo solucionar ambos problemas. A diferencia de las redes Wi-Fi estándar, que generalmente se limitan a transmitir Internet de alta velocidad en el interior de una casa, la súper Wi-Fi promete envolver barrios enteros con acceso de alta velocidad.

Un portavoz de la tribu Yurok afirma que las nuevas señales incluso llegarán a los valles de paredes empinadas insalvables por la mayoría de señales inalámbricas. Ellos tienen previsto comenzar a probar el sistema esta semana.

La FCC está tan entusiasmada con la idea de la súper Wi-Fi que el mes pasado decidió llevar la idea a todo el país, emitiendo unas normas finales que permitien a cualquier ciudad o condado hacer lo mismo que ha hecho Yurok. El lunes, el presidente de la FCC, Julius Genachowski propuso una forma para pagar gran parte de la infraestructura necesaria para mantener las redes súper Wi-Fi municipales. Él quiere convertir el actual sistema de subsidios telefónicos rurales, que en la actualidad suponen un total de 8 mil millones de dólares al año, en un sistema más moderno que pueda pagar por cosas como la súper Wi-Fi.

A diferencia de la mayoría de avances inalámbricos, el rango mucho más extenso de la súper Wi-Fi tiene poco que ver con una mejor tecnología. El salto espectacular viene de la decisión de la FCC de liberar las ondas reservadas exclusivamente para las emisiones de televisión local. Esas ondas de televisión son más bajas que el estándar de frecuencia de las ondas de telefonía móvil y, por lo tanto, la Wi-Fi sería más capaz de pasar a través de edificios y otros objetos.

La preocupación por la interferencia con las señales de televisión restantes ha llevado a algunos analistas a preguntarse si la súper Wi-Fi puede ser factible en las zonas urbanas. Los dispositivos de súper Wi-Fi primero tienen que determinar su ubicación y, a continuación, consultar una base de datos central que muestra los espacios disponibles de esa zona con el fin de evitar que se produzcan interferencias.

Debido a que la América rural dispone de menos canales de televisión local, ésta tendrá muchos más de estos "espacios en blanco" vacíos para llenar con las nuevas señales inalámbricas, señala Alex Besen, quien dirige una consultoría de la industria, the Besen Group. En muchas zonas rurales, la súper Wi-Fi tendrá acceso a más de 200 megahertz de espectro, estima él, una capacidad mayor que las de Verizon y AT&T combinadas. Esa enorme inyección de espectro podría revolucionar la infraestructura digital de la América rural, afirma Besen.

Sin embargo, muchos estadounidenses residentes en zonas urbanas tendrán que conformarse con un espectro mucho más limitado, puesto que los canales de televisión sobrevivientes en las ciudades limitan el número de espacios en blanco disponibles. Además, en las ciudades densamente pobladas la capacidad se divide entre más personas.

La principal ventaja de la implementación de la súper Wi-Fi es su mayor rango, de hasta 50 millas o tal vez incluso más. Finalmente, sea cuales fueren las limitaciones de los "espacios en blanco", el acceso a las nuevas ondas mejorará dramáticamente la infraestructura inalámbrica de los Estados Unidos, afirma Besen. "Se trata de un gran espectro", indica él. "En comparación con otros países que en la actualidad tienen este espectro sin licenciar libre, somos muy afortunados."