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Biotecnología

La cuantificación del sueño

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Un grupo de experimentadores dedicados a hacer un seguimiento de varios patrones sobre ellos mismos investigan el sueño.

  • por Emily Singer | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 05 Abril, 2011

La semana pasada, en un garaje convertido en Somerville, Massachusetts, un grupo de unos 30 experimentalistas ansiosos e insomnes curiosos se reunieron para compartir los resultados de sus últimas investigaciones. Varios miembros del grupo habían pasado el mes de marzo usando un dispositivo de consumo conocido como Zeo para hacer un seguimiento de sus patrones de sueño y observar cómo los patrones cambian según los diferentes factores, incluyendo el clima, el color de la luz ambiental, y la ubicación. Aunque los resultados individuales no van a cambiar nuestras nociones del sueño, la tendencia general de la auto-experimentación tal vez sí lo haga.

El grupo, con sede en Boston, es parte de un movimiento nacional conocido como Quantified Self, un grupo de personas que emplean el creciente número de sensores, rastreadores, y herramientas de análisis de datos para supervisar los detalles íntimos de sus vidas. Aunque los científicos más tradicionales podrían dudar acerca del valor objetivo de un experimento con un N de 1, los auto-cuantificadores, como ellos mismos se denominan, señalan que eso es algo que ni siquiera se discute. Están investigando cómo las diversas variables físicas afectan la calidad de sus vidas de la manera más rigurosa posible.

La actividad física, la frecuencia cardíaca y la nutrición son las métricas más comunes dentro del seguimiento personal, aunque los nuevos tipos de herramientas que están pasando gradualmente de la medicina al mundo de los consumidores han abierto perspectivas adicionales dentro de la exploración personal. El monitor de sueño Zeo, un dispositivo de consumo que cuesta 199 dólares, utiliza un solo sensor colocado en la frente para seguir la actividad eléctrica; unos algoritmos especializados determinan si el usuario está despierto o en sueño profundo, ligero, o REM, así como el número de veces que se despierta y la duración total del sueño.

Aunque los desarrolladores de Zeo diseñaron originalmente el dispositivo como un reloj de alarma para despertar a los usuarios durante su fase ligera de sueño, la compañía rápidamente se dio cuenta de que la gente está fascinada por todos los aspectos del sueño; pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, y muchas personas están desesperadas ya sea por conseguir dormir más o por funcionar mejor con menos tiempo de sueño. Sin embargo es un estado que ha sido difícil de auto analizar. "La gente realmente tiene mucha curiosidad sobre el sueño", afirma Stephan Fábregas, científico de investigación en Zeo que habló durante la reunión. "Quieren saber si son normales y si no, lo que deben hacer al respecto".

Zeo prestó al grupo una serie de dispositivos durante un mes para ver qué tipo de experimentos se les ocurrían a los miembros. Jacqueline Thong, que afirma "dormir bien", descubrió que dormía igual de bien en la cama, en su sofá, y en el suelo, lo que le llevó a cuestionar el valor de su caro colchón. Adriel Irons, que afirma ser capaz de predecir el tiempo, no logró vincular su calidad de sueño a los patrones del clima local.

Sanjiv Shah, un antiguo insomne​, experimentó los resultados más dramáticos. Ya había descubierto que las gafas de color naranja, que filtran la luz azul, le ayudan a dormir. (La investigación ha demostrado que la luz azul puede afectar a los ritmos circadianos.) Para cuantificar estos beneficios, utilizó el Zeo, el Fitbit (un sensor de movimiento que registra las actividades diarias), y una cámara sobre la cama para grabar su sueño durante un mes: dos semanas llevando las gafas durante tres horas antes de acostarse y dos semanas sin ellas. Los beneficios para Shah fueron claros; sin las gafas, tardó un promedio de 28 minutos en dormirse, pero con ellas sólo cuatro. Su sueño profundo sin las gafas tuvo un promedio de 60 minutos, frente a 86 minutos con ellas.

Por supuesto, es imposible descartar el efecto placebo en los sorprendentes resultados de Shah. Matt Bianchi, neurólogo en el Massachusetts General Hospital, y que también habló en la reunión, afirma que no hay estudios a gran escala que hayan demostrado que las gafas de color naranja posean este beneficio. Sin embargo Fábregas, desde Zeo, afirma que eso no importa. Las gafas funcionan para Shah, y en este caso, eso es lo que cuenta.

Zeo tiene como objetivo ampliar el reino de la auto-experimentación con el sueño mediante una API (interfaz de programación de aplicaciones), así como una interfaz que permita a los usuarios ver sus datos, e incluso una colección de datos que dé acceso a un enorme volumen de datos almacenados acerca del sueño de muchos usuarios de Zeo. En la actualidad, los consumidores pueden integrar los datos de Zeo con los de los programas de análisis como DailyBurn, un programa de seguimiento de calorías, y RunKeeper, una aplicación que registra la actividad física.

Bianchi, que estudia una serie de trastornos del sueño, afirma que un enfoque individualizado para el estudio del sueño puede ayudar a arrojar luz sobre sus complejidades. Señala que hay enormes limitaciones sobre cómo se estudia el sueño en los laboratorios clínicos del sueño y en los laboratorios de investigación, donde a las personas se les colocan sensores y acaban enredadas entre cables. "Me he vuelto muy escéptico en cuanto a la ciencia del sueño y los ensayos clínicos, por lo que me interesa mucho lo que los individuos tengan que decir por sí mismos", afirma Bianchi, que está desarrollando su propia herramienta de seguimiento del sueño casera.

Biotecnología

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    SARAH ROGERS/MITTR | GETTY