Un estudio publicado esta semana en la versión en línea de la revista Nature determina que los ratones diseñados para producir un mayor número de nuevas neuronas en el hipocampo—una estructura que participa en el aprendizaje y la memoria—presentan una mayor aptitud para discriminar entre opciones similares. El estudio agrega nueva evidencia a un posible vínculo entre el desarrollo de nuevas neuronas en el hipocampo y las funciones cognitivas en el cerebro, y también sugiere cómo estas neuronas pueden afectar a los trastornos del estado de ánimo.

Aunque anteriormente los científicos habían creído que el cerebro adulto sólo podía perder neuronas, varias investigaciones realizadas durante los últimos años han demostrado no sólo que se forman nuevas neuronas de forma regular—un proceso llamado neurogénesis adulta—sino también que éstas contribuyen a la función cerebral y que se ven reducidas en ciertas enfermedades y trastornos. Actualmente, se están investigando varios fármacos capaces de aumentar la neurogénesis adulta como tratamientos para la depresión, la ansiedad y las enfermedades neurodegenerativas.

Sin embargo, el rol exacto de estas nuevas neuronas todavía es motivo de debate. Varios estudios anteriores determinaron que el bloqueo de la neurogénesis adulta en el hipocampo de los animales influía negativamente en su capacidad de discriminación entre opciones similares—un proceso llamado separación de patrones. Amar Sahay, investigador postdoctoral del laboratorio del neurocientífico René Hen en la Universidad de Columbia, señala que este estudio intentaba determinar si el favorecimiento selectivo de la producción de nuevas neuronas en el hipocampo adulto tendría el efecto contrario. Los investigadores diseñaron ratones con un interruptor genético que desactivaría un gen que elimina la mayoría de nuevas neuronas en el hipocampo adulto, permitiendo de esta forma que proliferara un mayor número de éstas. El interruptor se activaría cuando se inyectara a los ratones con un fármaco específico, lo que permitiría a los investigadores intervenir sólo en la edad adulta.

Los ratones diseñados obtuvieron mejores resultados en una tarea que requiere distinguir entre una cámara en la que anteriormente habían recibido una descarga eléctrica y otra similar con características ligeramente diferentes que habían experimentado como segura. Sahay explica que la separación de patrones "es un proceso mnemónico que usamos rutináriamente para navegar por nuestro medio ambiente" y que es necesario para formar recuerdos y opiniones.

El trabajo previo en el laboratorio de Hen había mostrado que el bloqueo de la neurogénesis adulta en los ratones los había convertido en poco sensibles a los medicamentos antidepresivos. En este estudio, el favorecimiento de las nuevas neuronas no produjo de forma inmediata un comportamiento que sugiriera un efecto ansiolítico o antidepresivo, pero cuando a los ratones se les permitió correr en una rueda de ejercicio durante cuatro semanas—otra forma conocida de favorecer el desarrollo de nuevas neuronas—éstos mostraron un comportamiento más explorador que los ratones de control que también habían realizado el ejercicio, lo que sugiere que la estimulación del medio ambiente opera conjuntamente con la neurogénesis.

Fred Gage, neurocientífico del Salk Institute, afirma que el estudio "respalda la opinión emergente de que la separación de patrones parece ser una función bastante específica de la neurogénesis adulta." La cuestión de cómo la neurogénesis afecta el estado de ánimo no está tan clara. Hen y Sahay proponen que la separación de patrones podría desempeñar un papel en los trastornos del estado de ánimo. Sahay señala que esta importante habilidad cognitiva disminuye con la edad y que se ve afectada en enfermedades marcadas por la ansiedad, como los ataques de pánico y el trastorno de estrés postraumático. Las personas con ansiedad, insiste Sahay, "es posible que agrupen recuerdos previos adversos con nuevas experiencias que son seguras." Gage indica que esta hipótesis, si se demuestra como cierta, podría ayudar a explicar por qué los antidepresivos sólo ayudan a algunos pacientes. "Es posible que existan componentes cognitivos" de los trastornos del estado de ánimo como la ansiedad y la depresión, acepta Gage.