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Biotecnología

Nueva terapia estimulante para la epilepsia

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Una serie de electrodos colocados en la frente pueden aliviar las crisis, entre otras cosas.

  • por Lauren Gravitz | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 03 Junio, 2011

La aplicación de pulsos eléctricos en la frente por medio de electrodos externos podría recortar a la mitad las tasas de crisis de muchos enfermos epilépticos, según los resultados de un ensayo reciente. A diferencia de otros métodos de estimulación del nervio que requieren implantes quirúrgicos, este dispositivo temporal podría permitir a los médicos determinar si sus pacientes se beneficiarían de un enfoque invasivo más permanente.

La epilepsia afecta a cerca de dos millones de personas en los EE.UU., y los medicamentos pueden ayudar a mantener al mínimo las crisis en la mayoría de los pacientes. Sin embargo, hasta el 30 por ciento de las personas con este trastorno son resistentes a los medicamentos. Puesto que las crisis ocurren cuando los impulsos eléctricos del cerebro dejan de ir bien, están actualmente en fase de pruebas un número de dispositivos que estimulan el cerebro eléctricamente, sobre la base de la teoría de que la estimulación externa puede alterar los impulsos anormales e interrumpir o incluso evitar las señales aberrantes.

El estimulador del nervio vago (VNS, vagus nerve stimulator), un implante en el pecho que envía impulsos eléctricos a un electrodo envuelto alrededor de un nervio en el lado izquierdo del cuello, ya ha sido aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU.. Sin embargo el VNS es caro (cuesta $20.000 o más), y es sólo es eficaz en alrededor del 40 por ciento de los pacientes. Además, no hay manera prequirúrgica de predecir quién se beneficiará. El nuevo dispositivo externo utiliza el mismo principio básico, pero aprovecha el nervio trigémino más superficial—un gran nervio craneal que emerge desde lo más profundo del cerebro y se ramifica para ir a ambos lados de la cara.

"El nervio trigémino se proyecta a partes clave del cerebro que modulan las crisis y el estado de ánimo", afirma Christopher DeGiorgio, neurólogo de la Universidad de California en Los Ángeles e inventor del dispositivo. "Comencé a pensar en usarlo ya que puede ser estimulado de forma no invasiva".

Con el estimulador neural trigeminal (TNS, trigeminal neural stimulator), se pega en la frente un largo electrodo con forma de mariposa. Unos pequeños cables, que se pueden ocultar detrás de las orejas, salen de los electrodos a un pequeño generador de pulso que puede llevarse en un bolsillo trasero durante 12 a 16 horas cada día. De acuerdo con los resultados de un estudio controlado con placebo de 50 personas que DeGiorgio presentó en abril, el dispositivo TNS mostró una eficacia similar a la estimulación del nervio vago implantable; alrededor del 40 por ciento de aquellos en el grupo de pruebas experimentaron al menos un 50 por ciento menos de crisis.

"Los resultados preliminares y estudios de etiqueta abierta parecen prometedores", señala Robert Fischer, neurólogo en el centro de epilepsia de la Universidad de Stanford, y que no participó en la investigación. "Colocamos dispositivos VNS en el pecho y el cuello de las personas y, en última instancia, encontramos que es sustancialmente útil en no más de un 50 por ciento. Eso significa que el otro 50 por ciento han pasado por un procedimiento quirúrgico sin obtener ningún beneficio. La capacidad de realizar periodo de pruebas sería de gran ayuda".

Para los pacientes con epilepsia que han tenido éxito con el TNS, el dispositivo ha cambiado sus vidas. "Sufría 20 ataques al mes cuando empecé a usarlo, y ahora estoy en ocho", señala Walter Cortes, de 29 años, residente en Reseda, California, y que participó en el estudio. Cuando Cortes fue hospitalizado por un caso de pancreatitis causada por uno de los medicamentos contra la epilepsia, dejó de usar el dispositivo y las crisis volvieron con toda su fuerza. "Fue entonces cuando me di cuenta de que la máquina era algo especial".

Más allá de la supresión de las crisis, muchos pacientes en el ensayo del TNS informaron de una mejoría en el estado de ánimo (los pacientes con epilepsia habitualmente sufren de depresión). "El nervio trigémino se proyecta en una estructura del tronco cerebral que produce norepinefrina, que regula el estado de ánimo, la atención y la ansiedad", señala Degiorgio. Cuando el dispositivo de TNS fue probado durante un pequeño ensayo sobre la depresión resistente al tratamiento, mostró resultados tan prometedores—cuatro de cada cinco pacientes entraron en remisión después de ocho semanas con el tratamiento TNS—que ya está en marcha un estudio más grande con 20 personas. "La tecnología es tan elegante y sencilla que es casi difícil de creer", señala Ian Cook, el psiquiatra e investigador de neurociencia en la UCLA que dirige los ensayos de la depresión.

Los ensayos actuales usan un estimulador corriente, aunque la startup NeuroSigma ha licenciado el método. La compañía está desarrollando actualmente un dispositivo patentado, en colaboración con investigadores dedicados a ensayos clínicos de la epilepsia, la depresión y el trastorno de estrés postraumático, y está desarrollando una versión implantable para pacientes que encuentran alivio con el de carácter temporal.

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