Con más de 130.000 empleados en todo el mundo -en ciudades como Hong Kong, Zurich, Beijing, Atlanta y Bangalore, donde se encuentra su sede mundial- el gigante indio de Tecnologías de la Información (TI) y externalización Infosys tiene una necesidad especial de que todo el mundo esté conectado.

Es por eso que Infosys decidió, a principios de este año, no sólo vender sino también usar a nivel interno una plataforma de red social corporativa, iEngage. Con ello, se suma a una tendencia de rápido crecimiento consistente en usar los medios sociales para el trabajo.

Dar a los empleados distribuidos en distintas localizaciones una nueva forma de colaborar fomenta la innovación y la incubación de ideas, afirma Sunil Senan, vicepresidente asociado de Infosys. "Conseguimos mucho más de nuestros empleados a través de estas plataformas sociales", asegura. "Y, cuanto antes mejor, es importante que las empresas puedan demostrar que escuchan a sus empleados".

Infosys también está tratando de aprovechar la sabiduría de los antiguos empleados. Con más de 20.000 ex trabajadores en el marco de iEngage, espera obtener una mayor perspectiva sobre problemas de organización por parte de aquellos más experimentados.

Infosys es sólo la última dentro de una serie de empresas que buscan hacer un mejor uso de la experiencia y el conocimiento de los empleados. "Cientos de millones de personas utilizan los medios sociales para negociar con los demás y recibir noticias, saber sobre productos e ideas, por tanto no es de extrañar que este nuevo medio deba penetrar en la empresa", afirma Bernardo Huberman, director del Laboratorio de Informática Social de Hewlett-Packard e investigador principal en Virtual Watercooler, la tecnología social corporativa de HP. Y de hecho ha penetrado-docenas de compañías, como IBM, Jive y Salesforce, en la actualidad ofrecen suites de herramientas de colaboración social.

Se espera que su uso aumente considerablemente. La firma de investigación de TI International Data Corporation, o IDC, proyecta que los ingresos de las plataformas sociales pasarán de 390 millones de dólares (274 millones de euros) en 2009 a casi dos billones de dólares (1.405 millones de euros) en 2014-además, según informes de IDC, el 15 por ciento de los estadounidenses que utilizan medios sociales los usan para el trabajo.

Las plataformas sociales de negocios tienden a contener muchas de las mismas características que figuran en redes sociales públicas como Facebook, Twitter y Google+. Los empleados pueden compartir contenidos, chatear con herramientas de mensajería y ver lo que sus compañeros de trabajo están haciendo. Sin embargo todo esto puede llegar a formar algo que, en conjunto, es mayor que la suma de sus partes.

Las plataformas pueden superar barreras de comunicación tales como la ubicación y posición dentro de la organización. Cuando HP realizó una prueba de funcionamiento interno de su Virtual Watercooler, descubrió que no sólo los empleados se adaptaban al sistema rápidamente sino que sentían que les daba "una comprensión más amplia de la compañía en su conjunto", en palabras de un usuario.

Las plataformas también pueden extraer la inteligencia colectiva para resolver problemas de manera eficiente. Sean Poulley, vicepresidente de soluciones de colaboración de IBM, cita la experiencia de una empresa de servicios de traducción-aatranslations, con sede en Londres-como ejemplo. Después de integrar la plataforma social de intercambio de documentos de IBM en sus operaciones diarias, la empresa, que emplea a más de 700 traductores freelance de todo el mundo, aceleró su proceso de revisión de documentos desde un promedio de 24 horas a unos cinco minutos, afirma.

Mientras que a algunas organizaciones "comprensiblemente les preocupan los abusos que el nuevo medio podría generar, creo que los beneficios acabarán con los posibles inconvenientes", indica Huberman desde HP.

Por supuesto, la tecnología no puede hacerlo todo sola. Las plataformas sociales de negocios serán más beneficiosas si la cultura empresarial fomenta una mentalidad de colaboración, afirma Tom Malone, director del Centro de Inteligencia Colectiva en la Escuela de Administración Sloan del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts, EE.UU.). Es optimista: "Creo que estamos en las etapas iniciales de un aumento en la libertad humana dentro del lugar de trabajo, donde los empleados tengan la capacidad de tomar mejores decisiones y tomar parte en la organización".