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Biotecnología

La informática se alía con la medicina para salvar una vida en Memphis

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Un programa de historiales médicos compartidos ahorra al menos 2 millones de dólares y proporciona a los médicos datos cruciales sobre las complicaciones clínicas de una embarazada.

  • por David Talbot | traducido por Lía Moya (Opinno)
  • 17 Noviembre, 2011

Un nuevo estudio ha descubierto que un sistema de información médica compartida, considerado modélico en el plan de reforma del sistema sanitario estadounidense, ya ha ahorrado cantidades importantes de dinero y ha contribuido a proporcionar un mejor cuidado a los pacientes, entre ellos una mujer que probablemente hubiera muerto de no ser por esta red.

La mujer sangraba por el útero cuando entró en la sala de urgencias del hospital Saint Francis en Memphis, Tennessee (EE.UU.) en 2009. Si su historial médico no hubiera estado disponible, lo más probable es que los médicos hubieran pedido que se le hiciera una ecografía, con lo cual el tratamiento se habría retrasado. Pero gracias al programa de información digital compartida de la ciudad, una rareza entre los hospitales de Estados Unidos, que tienen distintos dueños, los médicos supieron que la ecografía realizada unos días antes en otro centro había detectado que la mujer tenía un embarazo ectópico, en el que el embrión queda implantado fuera del útero. (No queda claro si el primer centro no había seguido el caso o si la paciente se había negado a ser tratada allí).

Sabiendo esto, los médicos del Saint Francis llevaron a la mujer urgentemente al quirófano. Su tensión arterial cayó a cero sobre la mesa de operaciones, poniéndola al borde de una parada cardiaca y la muerte. Pero sobrevivió y uno de los médicos escribió después en un correo electrónico a un compañero de la Universidad de Vanderbilt en Nashville (EE.UU.), donde se desarrolló la red de información compartida: “Ehealth ha salvado una vida esta noche”. El estudio, dirigido por Mark Frisse, médico y profesor de informática biomédica en Vanderbilt, se publicó la semana pasada en la revista de la Asociación de Medicina Informática Americana. 

El objetivo del estudio era analizar los datos resultantes del programa de datos clínicos compartidos en formato electrónico entre 12 salas de urgencias de la zona de Memphis. Los investigadores descubrieron que a lo largo de los 13 meses que analiza el estudio, los hospitales participantes ahorraron conjuntamente 2 millones de dólares, principalmente porque gracias al sistema de información compartida y tras conocer los datos de los pacientes, los médicos evitaron ingresos innecesarios, escáneres y otras pruebas. En otros hospitales, los médicos de urgencias suelen ir a ciegas y excederse haciendo tratamientos o pruebas a los pacientes que les llegan.

Estudios anteriores ya habían señalado el ahorro que suponía informatizar otros elementos del sistema sanitario, por ejemplo el ahorro derivado de reducir la cantidad de papeleo necesario en el proceso de facturación o de expedición de recetas gracias a programas de software. Pero este estudio ha sido el primero en “documentar con rigor” la reducción de los costes en la atención sanitaria, afirma  John Halamka, director de sistemas informáticos de la facultad de medicina de la Universidad de Harvard (EE.UU.) y defensor de las redes sanitarias informatizadas. La investigación indica que el ahorro para los hospitales en todo Estados Unidos podría ser de miles de millones y además se conseguirían mejores resultados médicos, añade Halamka.

El estudio de Vanderbilt llega en medio de un vertiginoso crecimiento en el uso de historiales informatizados por parte de médicos y hospitales estadounidenses, espoleados por las subvenciones propuestas en la ley de estímulo de la economía de 2009. En los últimos tres años, la adopción de historiales informatizados por parte de los médicos estadounidenses casi se ha doblado, alcanzando aproximadamente el 30 por ciento de todos los historiales. Además, el 80 por ciento de los hospitales también está reforzando sus historiales clínicos electrónicos.

Esta nueva infraestructura informática prepara el camino para lograr que se comparta la información de los pacientes tal y como se hace en Memphis. Y si bien reducir el número de pruebas y otros procedimientos vaya en contra de los intereses económicos de los hospitales, la estructura de subvenciones quizá cambie bajo la reforma legislativa de la sanidad de EE.UU., que pagaría a los médicos un fijo anual para mantener a los pacientes sanos, dándoles incentivos para disminuir el número de pruebas duplicadas o innecesarias.

El estudio de Vanderbilt compara resultados de urgencias de dos grupos de pacientes: aquellos cuya historia médica se consiguió a través de historiales informatizados y otro grupo, con enfermedades o afecciones parecidas, cuyos datos no estaban disponibles para los médicos.

El estudio se centró en ingresos, análisis de laboratorio, escáneres de la cabeza, del cuerpo, radiografías de tobillo y pecho y ecocardiogramas. Los médicos solo usaron los datos disponibles en el sistema de información compartida cuando lo consideraron oportuno. Resultó que la consulta de dicha información se llevaba a cabo en siete de cada cien pacientes, pero se hizo al menos 20.000 veces durante el estudio.

El sistema de información compartida funciona de la siguiente manera: a menos que los pacientes se nieguen específicamente a participar, los historiales clínicos de 12 hospitales de la zona de Memphis y algunas clínicas de los condados cercanos, se envían automáticamente a un centro de datos en Nashville regentado por la Informatics Corporation of America. Así, cuando alguien entra en una sala de urgencias o visita un hospital por cualquier otro motivo, en el proceso de ingreso aparece una pantalla que resume cuántas veces ese paciente -identificado por su nombre y fecha de nacimiento- ha visitado alguno de los otros centros. El médico puede hacer clic en ese resumen para ver un informe cronológico de cada uno de los hospitales, incluyendo los problemas relatados por el paciente, sus análisis de laboratorios e informes de altas médicas.

El estudio descubrió que la consulta de estos datos se asociaba con una disminución del número de escáneres y otras pruebas diagnósticas solicitadas, así como una menor cantidad de ingresos, si se comparaba con el otro grupo, explica Frisse. Administrar el sistema cuesta 880.000 dólares al año (unos 654.200 euros), según Frisse, y los beneficios deberían ir aumentando según aumenta la tasa de uso en más departamentos y no solo en urgencias. El director del estudio añade que el ahorro logrado hasta el momento era una parte ínfima de lo que podría lograrse solo en Memphis, especialmente si todas las consultas médicas estuvieran asociadas con los sistemas de información compartida.

Además de salvar la vida de la embarazada, el sistema también sirvió, entre otras cosas, para que los médicos supieran que un hombre que había llegado a urgencias tenía una tuberculosis diagnosticada en otro centro. Esto les permitió aislar al hombre de los demás pacientes, según afirman los investigadores.

Biotecnología

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