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Biotecnología

Un aparato que analiza el flujo sanguíneo cerebral

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Un monitor de ultrasonidos en forma de casco podría facilitar la detección de los peligrosos efectos secundarios de las lesiones cerebrales.

  • por Courtney Humphries | traducido por Lía Moya (Opinno)
  • 15 Diciembre, 2011

Un nuevo aparato de ultrasonidos podría ayudar a detectar una afección que tiene el potencial de ser letal y que se da con frecuencia en soldados con lesiones cerebrales relacionadas con explosiones y en pacientes que han sufrido aneurismas.

La afección, denominada 'vasoespasmo cerebral' tiene lugar cuando los vasos capilares se contraen repentinamente. El efecto es el mismo que se produce al pisar una manguera: la velocidad dentro de la arteria aumenta  a medida que se intensifica la presión y fluye menos sangre al cerebro. El vasoespasmo puede tener lugar hasta varios días después de una lesión y actualmente se detecta mediante ecografías, que requieren de un técnico especializado capaz de hallar los vasos capilares relevantes y mantener el ecógrafo en su sitio.

PhysioSonics, con sede en Bellevue, Washington (EE.UU.), ha desarrollado un monitor que hace este proceso de forma automática, eliminando la necesidad de que haya un técnico presente. La empresa está adaptando su producto para el uso militar y espera ampliar sus funciones para que también sea capaz de detectar un aumento de la presión en el interior de la cabeza.

El monitor fabricado por esta empresa consiste en unos cascos que dirigen una serie de haces de ultrasonidos a través de la cabeza y usa un algoritmo propio para detectar automáticamente la arteria cerebral media, una de las principales arterias que suministran sangre al cerebro. Entonces el aparato fija el haz relevante sobre la arteria y mide el flujo sanguíneo. Una máquina conectada a los cascos da las cifras del flujo y la velocidad punta.

“Se trata de proporcionar una variable” que se pueda leer de forma similar a un electrocardiograma, explica Michel Kliot, cofundador de la empresa y neurocirujano en la Universidad de Washington (EE.UU.) donde se desarrolló por primera vez esta tecnología.

En noviembre la empresa recibió una subvención militar de 2,5 millones de dólares (unos 1,9 millones de euros) para adaptar el aparato con miras a vigilar el vasoespasmo en soldados. Casi la mitad de los soldados con lesiones por explosiones acaban desarrollando un vasoespasmo, y la empresa planea hacer una versión de su aparato comercial más resistente y todoterreno para el campo de batalla.

El aparato también podría usarse para hacer el seguimiento a pacientes que sufren aneurismas, un gran porcentaje de los cuales desarrolla posteriormente vasoespasmo. Normalmente, en el caso de este tipo de pacientes, un técnico mediría el flujo sanguíneo mediante una ecografía una o dos veces por día durante una estancia en el hospital de varios días. Kliot afirma que el nuevo aparato permitiría vigilar de forma continua a los pacientes con alto riesgo de vasoespasmo y durante períodos más largos de tiempo. “Nos lo imaginamos colocado sobre la cabeza del paciente midiendo constantemente o muy frecuentemente durante unas dos semanas”, describe Kliot.

Nerissa Ko, neuróloga de la unidad de cuidados intensivos del centro médico dependiente de la Universidad de California en San Francisco (EE.UU.), afirma que el aparato está basado en una tecnología de diagnóstico ampliamente aceptada, con la novedad añadida de la automatización. Si resulta eficaz, añade, el aparato podría facilitar la observación del flujo sanguíneo a lo largo del tiempo, lo cual es, en su opinión, la mejor forma de detectar el vasoespasmo.

Brad Harlow, presidente y director ejecutivo de PhysioSonics, asegura que la empresa ha llevado a cabo una prueba comparando la precisión de su algoritmo con la de un técnico y solicitará la aprobación de la Agencia Estadounidense del Medicamento en el próximo mes.

La empresa también ha estado desarrollando un algoritmo que usaría la misma tecnología para hacer un seguimiento de la presión intracraneal. En la actualidad, para llevar a cabo dicho seguimiento se requiere que los médicos taladren el cráneo. Ko avisa, sin embargo, de que si bien los cambios en el flujo detectados por los ultrasonidos podrían servir de sustituto para las mediciones directas de la presión, no está claro que el aparato sea lo suficientemente sensible como para seguir los sutiles cambios que indican la existencia de un peligro.

Biotecnología

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