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Computación

Las start-ups dedicadas al hardware ponen sus miras en China

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El acceso a las fábricas locales hace de China un lugar más atractivo que Silicon Valley.

  • por Rachel Metz | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 24 Febrero, 2012

Shenzhen, en China, queda muy lejos de Silicon Valley. Sin embargo, para aquellas start-ups interesadas en crear el próximo iPhone, puede ser el mejor lugar para hacer que sus negocios despeguen.

Eso es lo que opina Haxlr8r, un nuevo acelerador de nuevas empresas enfocadas en el hardware. Está a punto de comenzar su primera ronda de incubación mediante la inversión en casi una docena de start-ups dedicadas a crear diversos tipos de hardware, desde juguetes electrónicos a un dispositivo que administra el uso de energía en los hogares. Creado por el capitalista de riesgo Cyril Ebersweiler, el proyecto proporcionará financiación inicial y un programa de tres meses y medio que conectará a las empresas con contactos industriales y de manufactura, además de ofrecer orientación.

La mayor parte del programa de Haxlr8r se llevará a cabo en China, ya que el acceso a las fábricas locales debería hacer que el desarrollo de hardware sea más barato y sencillo, aunque el paso final, que incluye un día de demostración para mostrar los productos de las empresas a los inversores, se establecerá en el Área de la Bahía (EE.UU.).

El lanzamiento de Haxlr8r llega en un momento propicio para los emprendedores dedicados al hardware. Tradicionalmente, la creación de una empresa de hardware es un proceso muy lento y costoso, y las incubadoras de start-ups se han centrado principalmente en el desarrollo de software, que normalmente resulta mucho más barato y rápido. Sin embargo, la bajada del coste de los componentes electrónicos, plataformas de financiación como Kickstarter y la popularidad de impresoras 3D y kits electrónicos tipo DIY (del inglés 'Do It Yourself', o 'Hazlo Tú Mismo') como Arduino y Adafruit, hace que la idea de la creación de un producto electrónico físico parezca más factible. "Creo que estamos en un momento muy emocionante", afirma Ebersweiler, socio de la firma de capital riesgo SOSventures, que en la actualidad dirige un acelerador de start-ups con sede en China, Chinaccelerator, a las afueras de la ciudad nororiental china de Dalian. No obstante, Chinaccelerator se centra en ayudar a fundadores chinos a crear compañías no dedicadas al hardware. Ebersweiler considera que la posición de China como líder en la fabricación de productos electrónicos hace que sea el lugar perfecto para iniciar un programa que se centre en nuevas empresas de hardware.

Por tanto, el país que produce desde iPads hasta auriculares verá nacer unas cuantas nuevas start-ups el 1 de marzo. Ebersweiler no ha dado muchos detalles acerca de las empresas seleccionadas para la primera sesión de Haxlr8r, aunque afirma que vienen de EE.UU., Europa y Asia. Los proyectos incluyen un dispositivo de una compañía con sede en Tokio (Japón) llamada Sassor, que muestra a la gente la cantidad de energía que utilizan en casa algunos juguetes electrónicos, y una motocicleta eléctrica.

"Hemos decidido ser mentalmente muy abiertos, y creo que va a reflejar muy bien todo el espectro de las start-ups de hardware", asegura.

Cada empresa recibirá 6.000 dólares (4.500 euros) en financiación por cada fundador. Haxlr8r ofrecerá asesoramiento sobre el proceso de construcción de un producto, les dará acceso a una oficina y equipos como un cortador láser y una impresora 3D, y les ayudará a aprender los entresijos del proceso de producción.

El programa ha sido organizado con Seeed Studio, una empresa con sede en Shenzhen que proporciona componentes electrónicos a fabricantes y produce sus propios productos. Los participantes se reunirán con mentores que ya han logrado crear con éxito start-ups de hardware, tales como Dave Merrill, cofundador de Sifteo, una empresa dedicada a producir cubos interactivos, y Ben Rubin, cofundador de la compañía del análisis del sueño Zeo.

Trabajar con las fábricas locales mientras estén en China podría hacer que el proceso de producción sea más barato para las empresas que participen en el programa. Y bajo el asesoramiento de Haxlr8r, según señala Ebersweiler, las compañías que participen podrían reducir el tiempo que se tarda en llevar un dispositivo electrónico al mercado, de 12 a 18 meses, a tan solo 3.

Eso no significa que las empresas vayan a producir cientos de miles de dispositivos para este verano. Pero deberían tener un producto escalable y un socio de fabricación que pueda producirlos, algo que podría atraer a inversores potenciales ya que eliminaría gran parte de la investigación y desarrollo que por lo general se requiere en este proceso.

Merrill, cofundador de Sifteo, espera que la experiencia enseñe a otros fundadores de hardware conocimientos que su compañía tardó varios años en averiguar, como por ejemplo la forma de encontrar un socio de fabricación y los detalles de un buen contrato de manufactura. A medida que más personas se den cuenta de que pueden hacer negocio con sus productos de electrónica, cree que la categoría obtendrá más atención por parte de inversores y consumidores. "Es una especie de marea alta que eleva todos los botes", explica Merrill.

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