Si vives en una gran ciudad y no tienes coche, quizá uses la bicicleta, el transporte público o el alquiler ocasional de automóviles para desplazarse. Muy pronto podrías agregar otro par de ruedas a la lista: motos eléctricas tipo scooter activadas por teléfono inteligente.

Una start-up llamada Scoot Networks con sede en San Francisco (Estados Unidos) quiere ofrecer a los usuarios una forma barata y ecológica de moverse por la ciudad usando motos eléctricas. Estas motos tipo scooter poseen un toque de tecnología, ya que incluyen un puerto cubierto de plástico para acoplar teléfonos inteligentes en lugar del salpicadero habitual. Los usuarios acoplan sus iPhones (los teléfonos Android podrán usarse más adelante) y el teléfono actúa como si fuera las llaves de arranque y como salpicadero.

Scoot Networks posee alrededor de 20 motos hasta el momento. Están instaladas en San Francisco, donde la empresa tiene su sede y donde además está realizando una prueba cerrada de sus servicios. Scoot Networks es una empresa pequeña, pero su fundador, Michael Keating, cree que logrará gestionar un pequeño ejército de motos en Estados Unidos y el extranjero.

"Realmente queremos que la gente utilice este servicio para moverse por la ciudad", afirma. "En caso de hacerlo, creo que será de su agrado. Ahorrará tiempo, dinero, y hará que toda la ciudad funcione mejor".

Keating espera que el servicio esté disponible en San Francisco a finales de este año o principios del próximo para personas mayores de 21 años.

Las vespas pueden ir hasta a 48 kilómetros por hora, suficiente para moverse entre el flujo de tráfico de la mayoría de las ciudades, y su rango es de 40 kilómetros con una sola carga. Como hay que recargarlas después de hacer un viaje (necesitan entre seis y ocho horas para ello) tienen que estacionarse cerca de enchufes convencionales. El scooter se alquila por 5 dólares (3,8 euros) la hora, o por 5 dólares por alquilarlo desde las 5 de la tarde hasta las 9 de la mañana del día siguiente.

Según Keating, cuando alquilas una moto por primera vez te recibe un empleado de Scoot que te enseña los fundamentos de uso del vehículo y te acompaña en tu primer viaje.

Para empezar, conectas el teléfono inteligente (que tiene que estar ejecutando la aplicación de Scoot Network) al puerto del scooter. El teléfono se conecta a un servidor para determinar si la moto está disponible, y a continuación confirma que eres un conductor autorizado. Si está libre y se verifica la identidad, el servidor pasa un código al teléfono y desbloquea la vespa. Por ahora, los usuarios tienen que pulsar un botón de arranque virtual en la pantalla del iPhone para hacer funcionar la moto.

Cuando viajas, el teléfono te muestra detalles tales como la velocidad y la autonomía, basándose en los datos sobre la vida de la batería. Un mapa en la pantalla muestra las calles a tu alrededor mientras conduces, y aleja el zum para mostrar un mapa más grande cuando vas más despacio o te detienes.

En un primer momento, los usuarios tendrán que reservar el scooter por adelantado, aunque el objetivo de Keating es que sea posible insertar el teléfono en una moto aparcada para averiguar si está disponible y por cuánto tiempo.

Dado que las motos son pequeñas y su periodo de alquiler se limita a no más de dos días, la compañía cree que el servicio podrá ser legal en la mayoría de los estados. En California, con leyes más estrictas para las vespas y otras motocicletas, una portavoz del Departamento de Motores y Vehículos ha señalado que Scoot Networks reúne los requisitos legales.

Independientemente de su legalidad, algunos analistas se muestran escépticos en cuanto a las perspectivas de la empresa. Ratika Garg, analista de Sullivan & Frost, señala que, si bien la start-up suena interesante, será de utilidad sobre todo en áreas muy concretas, como por ejemplo los campus universitarios.

Jason Helfstein, analista de Oppenheimer & Company, asegura que mientras que Scoot Networks probablemente pueda empezar a funcionar sin muchas pérdidas económicas, es poco probable que se convierta en un gran negocio, en parte porque muy pocas personas han montado alguna vez en moto. "Si se trata de una distancia que puede hacerse en bicicleta, ¿por qué no ir en bicicleta?", se pregunta Helfstein.