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Computación

Por qué Microsoft puede estar fabricando un teléfono inteligente para China

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Aunque signifique enfrentarse a sus socios de hardware, el mercado chino es demasiado grande y crece demasiado como para ignorarlo.

  • por Phil Muncaster | traducido por Lía Moya (Opinno)
  • 15 Noviembre, 2012

Las últimas noticias llegadas de Asia han resucitado un rumor popular: que Microsoft planea lanzar su propio teléfono inteligente Windows y venderlo inicialmente en China, donde el uso de este tipo de dispositivos se está disparando. Sin embargo, con un delicado ecosistema de socios de hardware que equilibrar y la tremenda competencia existente en China, esta podría ser una tarea hercúlea para el gigante del software.

Desde que Microsoft anunció su histórico acuerdo para un Windows Phone con Nokia, ha habido rumores de que la empresa está pensando en producir su propio teléfono inteligente. A principios de este mes llegó la señal más clara hasta la fecha, cuando el periódico Wall Street Journal citó a ejecutivos de firmas proveedoras de hardware para Microsoft en Asia diciendo que ya habían empezado a hacer pruebas. Esto, añadido al reciente lanzamiento de la tableta Surface de Microsoft –que demuestra las capacidades de pantalla táctil de los sistemas operativos Windows 8 y RT- y las recientes afirmaciones del director ejecutivo de la empresa Steve Ballmer sobre que su compañía, con sede en Redmond, Washington, (EE.UU.), “evidentemente” fabricaría más hardware, despeja aún más dudas.

Es muy probable que China sea un campo de batalla para los fabricantes de teléfonos inteligentes. Hace poco la empresa de análisis IDC lo calificó como el mayor mercado mundial para teléfonos inteligentes y, al contrario que el mercado en Estados Unidos, sigue creciendo. Las estadísticas de los analistas de Canalys calculan que las ventas de teléfonos en ese país en el segundo trimestre del año suponen el 27 por ciento del total mundial, por delante de Estados Unidos, que supone el 16 por ciento. Y desde hace ya algunos años China y Asia también encabezan la producción de teléfonos inteligentes, lo que explicaría las pruebas desveladas por los proveedores asiáticos.

Un teléfono inteligente de Microsoft, barato y con muchas funciones, podría ser popular en China. Pero el éxito de un aparato de estas características probablemente dependa de cómo se alíe el gigante estadounidense con las empresas locales para hacer un dispositivo a la medida de su mercado doméstico. 

Microsoft ya ha fracasado con un lanzamiento anterior de un teléfono inteligente, el malhadado Kin, y hasta la fecha su único éxito con el hardware ha sido la Xbox. Aún así, Tony Cripps defiende que es muy posible que Microsoft esté siguiendo la misma estrategia con el teléfono inteligente que la seguida con su último lanzamiento, la tableta Surface. “A pesar de que existían riesgos, Microsoft creó Surface, y tenía sentido hacerlo. Así que, ¿por qué no van a repetirlo?”, afirma. “Se trata de seguir siendo relevantes”.

Sin embargo, Melissa Chau, analista de IDC, avisa de que Microsoft podría tener sus opciones limitadas por la necesidad de no molestar a socios de hardware ya existentes, igual que se vieron limitadas las opciones de Google con sus teléfonos Motorola basados en Android. Sus socios, incluyendo a Acer, se han opuesto bastante al lanzamiento de Surface, y Microsoft no puede permitirse crear enfrentamientos en el ecosistema de socios para el Windows Phone.

Chau sostiene que las pruebas de hardware que lleva a cabo Microsoft pueden no estar enfocadas hacia el lanzamiento de un producto, sino a mostrar a sus socios el camino que imagina para sus aparatos Windows Phone. También es posible que el aparato se mantenga en reserva como un “plan B” para que, en caso de que la oferta de hardware de Nokia no consiga hacerse con el fervor popular, haga avanzar la plataforma, afirma.

En cualquier caso, el problema más grave de Microsoft se llama Android. Las estadísticas preliminares de IDC para el tercer trimestre colocan las ventas de teléfonos Android para el periodo en un récord de 136 millones de unidades, el 75 por ciento de todos los teléfonos inteligentes; el iOS de Apple está en segundo lugar, con 26 millones de unidades (14,9 por ciento) y las ventas de Windows Phone sumaron un total de 3,6 millones de unidades y solo el 2 por ciento del mercado. Aún son los primeros pasos de Microsoft, pero con HTC y Samsung más dedicados a Android que a Windows Phone, solo queda Nokia para abrir camino. Android también tiene un 77 por ciento de la cuota del mercado de teléfonos inteligentes en China, según la empresa de análisis con sede en Pekín (China) Analysys International.

Chau explica que China posee “la tasa de adopción más rápida de altas prestaciones a precios más baratos”. Los aparatos más populares son modernos aparatos multinúcleo con pantallas de unos 13 cm. Solo en los últimos seis meses hemos asistido al lanzamiento del Honor II de Huawei, con 11 cm., por 1.888 yuanes (unos 240 euros); el Xiaomi Phone 2 por 1.999 yuanes (unos 243 euros); el U950 de ZTE por 999 yuanes (unos 125 euros); y el MX 4-core de Meizu, que se vende ahora por 2.399 yuanes (unos 299 euros). “No están innovando, pero existe un apetito por este tipo de hardware que no se observa en otros países”, explica.

Los fabricantes locales de aparatos –tanto las grandes marcas, como la gran cantidad de productores de márgenes reducidos de “marcas blancas” más pequeñas- también se están fijando en el mercado por debajo de los 1.000 yuanes (unos 125 euros), conscientes de que la inmensa base de usuarios de teléfonos normales que ya existe en países como China e India pronto querrán pasarse a un teléfono inteligente.

Canalys calcula que para 2015 casi la mitad de los teléfonos inteligentes chinos serán aparatos que cuesten menos de 220 dólares (unos 160 euros). Hace poco, por ejemplo, el Lenovo A65 bajó su precio de unos 1.000 yuanes (unos 125 euros) en el cuarto trimestre de 2011 a unos 700 yuanes (unos 89 euros) en el primer trimestre de este año.

Lo que tienen en común estos aparatos con los aparatos más caros, al menos en China, es que la interfaz de usuario y los servicios que van precargados en el teléfono son específicos para el mercado chino. Cuando se trata de servicios web, la rigurosa política del Gobierno chino respecto a la censura en línea ha significado que virtualmente no tiene ningún sentido tener en el teléfono inteligente algunos sitios que los usuarios occidentales dan por hecho, como Facebook, Twitter e incluso YouTube. Los usuarios chinos necesitan en cambio Youku en vez de YouTube, Sina Weibo en vez de Twitter, RenRen en vez de Facebook y Taobao en vez de eBay; y Baidu, no Google, es el motor de búsqueda preferido para el 80 por ciento de los usuarios, incluso en aparatos Android.

Algunos fabricantes de teléfonos móviles chinos, empresas web y operadores móviles han ido un paso más allá y han construido sus propios sistemas operativos móviles, aunque por ahora han tenido un éxito limitado. Baidu (con su plataforma Yi), el gigante del comercio electrónico Alibaba (Aliyun), Xiaomi (MIUI) y otros esperan que sus sistemas operativos atraigan a más usuarios a sus servicios y “marcar su terreno” en el mercado móvil del país , que está en rápida expansión, según un informe reciente de IDC .

Aunque las grandes marcas, incluyendo a Motorola, Huawei, HTC y Samsung tienen plantas en países como Vietnam, India y Malasia, y aunque Foxconn acaba de desvelar sus planes para la construcción de una gran fábrica en Indonesia, la mayoría de la producción de teléfonos inteligentes se mantiene en China. La mayoría de las grandes empresas taiwanesas, incluyendo a Foxconn, Pegatron, Wistron y Compal, tienen plantas produciendo para la mayoría de las grandes marcas de tecnología del mundo, incluyendo a Apple, HP, Samsung, Dell, Nokia y, por supuesto, Microsoft.

Gracias a subvenciones estatales, mano de obra barata, una buena infraestructura y, sobre todo, una cadena de suministro centralizada, China sigue siendo el lugar preferido para la fabricación de teléfonos inteligentes, donde la acción se ha desplazado del centro histórico del mundo tecnológico, el delta del río Perla en los alrededores de Shenzhen, a nuevos nodos en Chengdu, Chongqing, provincia de Henan y otros lugares según los Gobiernos locales van ofreciendo incentivos económicos.  

Al final, sean cuales sean los planes de Microsoft en la carrera por los teléfonos inteligentes, ellos y cualquier otro gigante tecnológico occidental tienen que acostumbrarse a una nueva realidad: si quieres tener éxito en el mercado global de los teléfonos inteligentes en el siglo XXI, tienes que mirar hacia Asia.

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