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Computación

¡Mira, teléfono, sin manos!

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Controlar un 'smartphone' sólo con la voz gracias a dispositivos portables puede resultar práctico pero también, frustrante

  • por Rachel Metz | traducido por Lía Moya
  • 18 Marzo, 2014

Foto: Se pueden hacer muchas cosas en un smartphone con el control por voz. Pero escribir no siempre es fácil.

Normalmente disfruto burlándome de la gente que anda por ahí con unos cascos Bluetooth porque parece que van hablando solos. Así que esta semana me sentí como una hipócrita vagando por el centro de San Francisco (EEUU) haciendo exactamente lo mismo.

Aunque tenía una excusa. El auge de los aparatos portables implica pantallas táctiles cada vez más pequeñas y, en algunos casos, puede que no sean la mejor forma de interactuar con estos nuevos dispositivos. Mientras, los ayudantes activados por voz como Siri y Google Now son cada vez más populares. Así que quería comprobar cómo de fácil resultaría controlar tanto un iPhone como un smartphone Android con la voz, sin tener que tocarlos (puedo decir de antemano que muy fácil no fue, pero que el control por voz parece prometedor).

Para el experimento usé el nuevo auricular Era Bluetooth de Jawbone (100 dólares, unos 72 euros), que cuenta con una tecnología que elimina las interferencias para que pueda recoger tu voz incluso en sitios ruidosos, y que puede controlar tanto Siri como Google Now sin necesidad de sacar el teléfono del bolsillo (aunque sí que tienes que apretar un botón en el propio dispositivo). También admite audio de banda ancha (también conocido como HD voice), que está implantándose en algunos teléfonos y redes y puede facilitar el reconocimiento de voz.

El Era es muy compacto, un poco menor de cinco centímetros de largo por unos dos centímetros de ancho, y pesa sólo seis gramos. Igual que otros productos de Jawbone, tiene un aspecto depurado y muy actual: es una barra convarias caras con un interruptor oculto junto al auricular y un único botón en el extremo. El negro mate que probé quedaba muy pegado a mi mejilla, con lo que era muy fácil ocultarlo llevando el pelo suelto (algo que hice cuando lo usé en público, porque aunque tenga mejor aspecto que otros auriculares Bluetooth, no quería enseñarlo). 

Igual que con otras tecnologías portables, el tema de la batería es un problema importante. No podrías aguantar un día entero dando órdenes a tu teléfono exclusivamente mediante el Era, ya que sólo consigues cuatro horas de conversación con una carga. Pero siendo realistas, probablemente no lo usarías constantemente, y su estuche de carga opcional (130 dólares, unos 95 euros) te da seis horas más de potencia si lo enchufas al estuche cuando no lo usas. 

Jawbone ha creado una aplicación para iPhone y dispositivos Android que te permite personalizar algunas de las funciones del Era. Las fijé de tal forma que apretar el botón unos segundos significara que quería usar Google Now o Siri, dependiendo del smartphone al que estuviera conectado en ese momento.

Primero probé el Era con Siri en mi propio iPhone 5S. A mediodía me dirigí a la zona de Union Square en San Francisco, un área comercial muy transitada, y empecé a hablarle a mi teléfono, que estaba oculto en un bolsillo trasero.  Era pudo captar mi voz para que Siri respondiera correctamente a mis órdenes en calles llenas de gente y en tiendas animadas. Hice que me leyera los correos de trabajo en voz alta y que compusiera una respuesta para enviar. Hice que publicara tuits ingeniosos y me definiera palabras mientras me paseaba por un concurrido centro comercial y el barrio que lo rodea.

Fue más fácil interactuar con mi iPhone de esta forma que apretando el botón en la pantalla para activar a Siri y me impresionó todo lo que pude hacer sin tener que mirar a la pantalla del teléfono, a la que suelo estar pegada. Aunque me parecía raro hablar con mi teléfono en público, me imaginaba usando el Era para interactuar con éste y otros dispositivos en casa, sobre todo en la cocina, donde puedo no tener las manos libres.

Aún así a Siri le costó entender algunas cosas, sobre todo al intentar reproducir canciones de los músicos Ferraby Lionheart and CeeLo Green, o al usar palabras con sonidos "ee" (en inglés este fonema equivale a una i). En un intercambio especialmente irritante sobre una próxima fiesta, aprendí que a Siri no le gusta la palabra "tema" (theme en inglés), al menos no como yo la pronuncio, pero produjo en cambio las palabras “FEMA”, “Tina” y “fee” (dos veces).

A pesar de algunas dificultades reconociendo los nombres de los artistas, el Era es estupendo para reproducir música ya que tiene una calidad de sonido excelente y gracias a Siri podía saltar temas y escoger artistas (al estar enfrascada en otras cosas, oír música por un único oído era suficiente). Aunque ajustar el sonido o cambiar de temas era un poco rollo: para subir o bajar el volumen mediante el Era, tienes que apretar su único botón y dejar que el volumen pase por todo el ciclo, desde donde estás hasta el mínimo y de ahí hacia arriba de nuevo, soltando el dedo cuando está en el nivel deseado.

Foto: El nuevo auricular Era de Jawbone se puede usar con un iPhone o un smartphone Android para controlar Siri o Google Now.

Después pasé a probar el Era con un smartphone Android. En seguida pude ver que la capacidad de Google Now para comprender lo que decía era mayor que la de Siri, pero aún así tuve problemas para hacer cosas como crear y enviar mensajes si no vocalizaba lo más claramente posible.

El Era también tuvo problemas para poner en marcha Google Now con el teléfono en reposo. Al apretar el botón lo que me aparecía era el teclado por voz del teléfono y tenía que apretar el botón un instante, y de nuevo apretarlo de forma sostenida para llamar a la búsqueda por voz general que me dejaba hacer cosas como comprobar mis citas y conseguir indicaciones para llegar a algún lugar. 

Ya fuera en el iPhone o en Android, Era hizo un buen trabajo cancelando el ruido mientras caminaba o estaba en una muchedumbre, pero montando en bici el viento ahogó mis intentos por decirle que hiciera cosas como reproducir música o hacer una llamada. Esto es importante. Si la voz es la única forma de controlar un aparato como un reloj inteligente o un ordenador que lleves en la cabeza, necesitarás que el micrófono sea lo suficientemente robusto como para contrarrestar el viento y que puedas usarlo en todo tipo de actividades al aire libre.

Curiosamente a ambos teléfonos les costó muchísimo entenderme cuando intentaba llamar a fuentes y editores que no estaban en mi agenda, lo que resultó muy frustrante. Y cuando finalmente conseguía llamar, aunque oía a la persona perfectamente, varios de ellos se quejaron de que costaba entenderme o de que se cortaba. En dos de esos casos estaba sola en mi despacho o en casa, así que no era un problema de ruido de fondo. 

Para conseguir la perspectiva de alguien que lleva en las trincheras del reconocimiento de voz el tiempo suficiente como para saber hasta dónde ha llegado la tecnología (y cuánto camino le queda por recorrer aún), llamé al director del Grupo de Sistemas de Idiomas Hablados del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Jim Glass, que investiga el reconocimiento automático del habla y la comprensión de lenguajes hablados. (De hecho le llamé usando el Era más el teléfono Android, pero me dijo que no me oía bien, así que colgué y le llame desde el fijo).

Glass cree que según se vayan miniaturizando los aparatos, la voz será una forma cada vez más natural de interactuar con ellos. Aún así, afirma que aunque el reconocimiento de voz mejorará, seguirá habiendo gente para la que no funcionará bien, como por ejemplo los hablantes no nativos del idioma que se esté usando. Por este y otros motivos cree que será mejor que los dispositivos portables ofrezcan múltiples posibilidades de interacción. A la gente quizá no le importe hablar sola en el coche, pero no todo el mundo se siente a gusto haciéndolo en el autobús.

"Creo que darle la posibilidad de elegir a la gente siempre es la mejor opción si puede ser", afirma.

Yo estoy de acuerdo. En parte porque no pude librarme de la sensación de que estaba rarísima hablándome a mí misma cuando usaba el Era en público. Y sospecho que borrar esa sensación será aún más difícil que mejorar el reconocimiento de voz.

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