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Christopher Furlong / Getty Images

Biotecnología

Respondemos a las siete preguntas clave sobre los test serológicos

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Los análisis que buscan anticuerpos contra el coronavirus en sangre empiezan a verse como el pasaporte hacia la normalidad. Pero es necesario tener en cuenta sus limitaciones, ya que aún no sabemos cuándo dura la inmunidad y ninguna de las versiones disponibles tiene una eficacia del 100 %

  • por Neel V. Patel | traducido por Ana Milutinovic
  • 07 Abril, 2020

La semana pasada, el presidente de EE. UU., Donald Trump, anunció que el país ya había realizado más de un millón de pruebas para detectar el coronavirus (COVID-19), una cifra que superaría a la de que cualquier otro país del mundo. Lamentablemente, la ejecución de pruebas a nivel masivo, que es la medida en la que más insiste la Organización Mundial de la Salud (OMS) para contener la pandemia, está resultando terriblemente lenta. El enfoque defendido por la OMS consiste en identificar a los contagiados y aislarlos, así como a las personas en riesgo. Además, la información de pruebas masivas también permitiría predecir las comunidades y zonas con mayor riesgo de sufrir un brote para mejorar la asignación de recursos y anticiparse al pico de ingresos en hospitales.

Desde MIT Technology Review ya llevamos varias semanas informando de la urgencia de comprobar quién ya ha sido contagiado, dado que es posible que estas personas hayan desarrollado algún tipo de inmunidad hacia el virus. Desde que empezó el brote, muchos grupos diferentes han intensificado sus esfuerzos para desarrollar una prueba serológica que busque anticuerpos contra la COVID-19. Su presencia en el organismo indicaría que una persona ya ha estado contagiada. Si una prueba como esta logra llegar a la sociedad, podría cambiar radicalmente nuestra forma de decidir quién puede salir de casa y volver a algo parecido a una vida normal.

A continuación, respondemos a las preguntas más importantes sobre el estado de las pruebas de anticuerpos para la COVID-19. 

¿Por qué queremos pruebas de anticuerpos?

Muchas personas contagiadas solo experimentan síntomas leves o moderados que desaparecen bastante rápido.  Y dado que simplemente no hay suficientes kits de prueba para todos, a muchas personas sin síntomas graves no se les hace ninguna prueba. Esas personas (incluido yo mismo) están en un limbo, ya que no tienen forma de comprobar si han estado contagiadas y si, por tanto, ahora podrían estar inmunizadas o, si por el contrario, aún corren el riesgo de contagiarse y propagar el virus. Además, si no podemos hacer pruebas a todos, realmente no tenemos forma de responder a algunas preguntas clave, como la expansión del contagio, la verdadera tasa de letalidad y qué medidas para detener la propagación funcionan mejor.

La disponibilidad masiva de pruebas de anticuerpos podría ayudar a responder algunas de esas preguntas fundamentales. Con una mejor comprensión de cómo funciona la inmunidad ante el coronavirus, también se podría confirmar que los supervivientes de la infección se han vuelto inmunes, lo que significaría que ya no representan una amenaza para los demás y podrían volver al trabajo y a la vida pública. Esto sería especialmente importante para las clínicas y hospitales que sufren escasez de personal y para los proveedores servicios básicos.

¿Cómo funciona?

Cuando se introduce un patógeno al cuerpo, el sistema inmunológico desarrolla anticuerpos específicos que actúan contra esa infección. Estos anticuerpos pueden durar mucho tiempo, desde un par de años hasta toda la vida, en función de la enfermedad. Durante ese período, mientras dura la inmunidad, el cuerpo está preparado para aumentar la producción de esos anticuerpos para neutralizar la amenaza en caso de que vuelva a aparecer.

La prueba de anticuerpos, también conocida como prueba serológica, analiza el suero de un paciente, la parte líquida de la sangre que excluye las células y los factores de coagulación, pero incluye los anticuerpos. Muchas de estas pruebas son simples y requieren solo una pequeña muestra, como un pinchazo en el dedo. En este caso, a través de la técnica ELISA (ensayo de inmunoabsorción ligado a enzima), los médicos buscan los anticuerpos creados en respuesta a la proteína grande que sobresale de la superficie del coronavirus, conocida como proteína espiga. Se coloca un fragmento viral en una placa y, si la muestra del paciente contiene anticuerpos, estos se unirán a dicha proteína espiga. También se introduce en la solución otro anticuerpo, diseñado por los médicos y capaz de unirse al primer anticuerpo. Cuando se unen, el nuevo anticuerpo activará una enzima que cambia el color de la solución para indicar que el paciente posee los anticuerpos que estamos buscando y, por lo tanto, ha estado expuesto al coronavirus.

¿Cómo se diferencia de las pruebas que se han realizado?

Las pruebas diagnósticas que se están llevando a cabo actualmente buscan material genético del virus en las muestras de los pacientes. Usando el método de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), los médicos pueden amplificar cualquier ARN del coronavirus en un hisopo nasal de un paciente para confirmar su presencia. Se puede encontrar ADN o ARN del virus en el cuerpo en cuanto empieza la infección, incluso si no existen los síntomas. Pero desaparece poco después de que el sistema inmunológico haya eliminado la infección. Por lo tanto, este tipo de prueba es útil para averiguar si alguien está infectado en el momento del análisis, pero no para determinar quién estuvo contagiado.

Por su parte, los anticuerpos no se desarrollan hasta varios días después del contagio, por lo que no representan un indicador útil para averiguar quién está infectado en el momento de la prueba. Pero como se mantienen en sangre en grandes cantidades durante muchos meses después del contagio, serían muy útiles para identificar casos pasados mucho tiempo después de que la infección haya sido vencida.

¿Cuánto cuestan?

Una prueba serológica para anticuerpos del coronavirus cuesta mucho menos que una prueba de PCR que busca material genético del coronavirus. La empresa Biomerica, con sede en California (EE. UU.), por ejemplo, vende una prueba serológica por menos de 10 dólares (9,25 euros).

¿Son rápidas?

Los resultados de una prueba serológica pueden obtenerse en cuestión de minutos. Muchas empresas están trabajando en versiones que se pueden llevar a cabo en casa, sin necesidad de enviar muestras a un laboratorioUna prueba de PCR tarda horas en realizarse, y como las muestras generalmente se deben enviar desde el sitio de prueba al de realización del análisis, los pacientes no suelen recibir los resultados durante al menos varios días [aunque la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) está aprobando por vía rápida una prueba genética para el diagnóstico del coronavirus con un punto de atención portátil que se supone que tarda menos de 15 minutos].

¿Quién está trabajando en estas pruebas?

Muchos, muchos grupos. Singapur, China y otros países ya han realizado un número limitado de pruebas de anticuerpos. Un grupo dirigido por el virólogo Florian Krammer de la Escuela de Medicina Icahn del Hospital Monte Sinaí de la ciudad de Nueva York (EE. UU.) ha desarrollado recientemente una prueba de anticuerpos basada en ELISA para el diagnóstico de la COVID-19. Otras empresas estadounidenses como Biomerica y Chembio Diagnostics venden pruebas de anticuerpos fuera de EE. UU., con planes agresivos para que estos kits estén listos para la aprobación por parte de la FDA. BioMedomics de Carolina del Norte (EE. UU.), en colaboración con la compañía de tecnología médica BD, acaba de lanzar una prueba de punto de atención que se puede administrar en la consulta médica y que da resultados en 15 minutos. Reino Unido tiene su propia prueba, desarrollada por Public Health England, y recientemente se distribuyeron por Amazon y farmacias 3,5 millones de kits en todo el país en cuestión de días.

¿Cuáles son las limitaciones?

Como todavía no sabemos cuánto dura la inmunidad contra la COVID-19, la presencia de anticuerpos no garantiza que una persona sea totalmente inmune a un nuevo contagio en el futuro. Además, los anticuerpos no permiten determinar si alguien sigue siendo contagioso; una prueba de PCR de seguimiento podría ser necesaria para descartar un contagio activo. En otras palabras, habría que dar positivo en la prueba de inmunidad a través de una prueba de anticuerpos (incluso mucho después de que desaparezca la infección), y dar negativo para el virus a través de una prueba de PCR.

Existe una gran preocupación sobre la precisión de las pruebas serológicas. A pesar de todos sus inconvenientes, las pruebas de PCR todavía se consideran bastante exactas. Sin embargo, en una prueba de anticuerpos, un paciente puede dar positivo para la COVID-19 debido a anticuerpos contra un coronavirus diferente (como los que causan el resfriado común). Dos pacientes pueden infectarse y recuperarse aproximadamente al mismo tiempo, pero la prueba de anticuerpos de uno podría ser negativa y la del otro, positiva. Y de nuevo, existe mucha incertidumbre porque para que un cuerpo podría tardar hasta una semana en empezar a generar anticuerpos contra el virus tras el inicio de la infección.

Realizar la prueba durante la infección podría no dar un resultado muy seguro. Un nivel de precisión de, por ejemplo, el 80 % todavía deja a una de cada cinco personas con un resultado falso. España ha retirado recientemente más de 8.000 kits de prueba procedentes de China debido a las preocupaciones sobre los resultados dudosos. Más de una docena de compañías que han notificado a la FDA que están produciendo pruebas de anticuerpos están autorizadas a distribuir las pruebas a hospitales y centros médicos, pero deben incluir declaraciones de exención de responsabilidad que ponen: "Esta prueba no ha sido revisada por la FDA". La exactitud y la fiabilidad no se garantizarán sin validación y experiencia a lo largo del tiempo.

Y dado que la COVID-19 es una enfermedad muy nueva, no sabemos cuánto durará la inmunidad. Actualmente, el virus parece estar mutando lentamente, por lo que no daría lugar a brotes anuales como la gripe. Pero solo llevamos estudiándolo poco más de tres meses.  El jefe de microbiología del Hospital Sinai Health de Toronto (Canadá), Tony Mazzulli, dijo a The New York Times que tampoco está claro si los anticuerpos evitarían la infección por la exposición a una gran cantidad de carga viral, como las que hay en un hospital.

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