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Cathryn Virginia

Tecnología y Sociedad

Las tácticas de QAnon para captar a los religiosos más vulnerables

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Distintos pastores evangélicos ven cómo sus feligreses abandonan la parroquia para adentrarse en las garras de esta teoría de la conspiración de la ultraderecha que apela a su voluntad de ayudar a niños víctimas de abusos y trata para llenar sus mentes de todo tipo de bulos

  • por Abby Ohlheiser | traducido por Ana Milutinovic
  • 26 Octubre, 2020

La primera familia que durante la pandemia de coronavirus (COVID-19) abandonó la iglesia del pastor Clark Frailey lo hizo mediante un mensaje de texto. A Frailey le pareció una forma desgarradora e inadecuada de terminar una relación de muchos años. Cuando una semana después una segunda joven pareja dijo que dudaba de su liderazgo, Frailey decidió arriesgarse a verlos en persona, a pesar de la amenaza por la COVID-19. 

Era finales de mayo y la reapertura de negocios en Oklahoma (EE. UU.) ya había empezado, así que Frailey se reunión con la pareja en un restaurante casi vacío de comida rápida para hablar sobre su dilema. 

Los feligreses estaban preocupados por los objetivos de Frailey. Durante las últimas tres semanas, en su iglesia evangélica Coffee Creek, en las afueras de la ciudad de Oklahoma, él había lanzado sermones sobre la justicia racial. Según cuenta Frailey, a la pareja no le gustó su discurso más reciente en el que instaba a los cristianos a levantar la voz y desafiar el racismo allá donde lo vieran, incluso en su propia iglesia.

Aunque Frailey intenta evitar que Coffee Creek parezca demasiado tradicional (lleva vaqueros, y la iglesia tiene una banda de música moderna y sillas en vez de bancos), se considera un pastor teológicamente conservador. Pero en la conversación, la pareja le explicó que les parecía que se estaba transformando en un "luchador por la justicia social". 

Los pastores y los feligreses no están siempre de acuerdo, y Frailey no quiere ser el tipo de líder cristiano al que la gente teme desafiar. Pero, en ese restaurante, le parecía que la pareja y él habían leído dos textos sagrados diferentes. Era como si la pareja "creyera más en los memes de internet que en alguien con quien habían tenido una relación durante más de cinco años", explica Frailey. 

En un momento de la conversación, el pastor mencionó QAnon, la teoría de la conspiración de extrema derecha que sostiene que el presidente de EE. UU., Donald Trump, está luchando contra una red secreta de pedófilos satánicos dirigida por las élites liberales. Cuando les preguntó qué pensaban al respecto, la respuesta fue preocupantemente ambigua. Frailey recuerda: "No fue: 'Creo completamente en esto'. Fue más bien: 'Lo encuentro interesante'. Les tengo cariño a estas personas y las quiero. Pero sentí que había alguien más en la conversación aunque no sabía quién".

Frailey me habló de otra joven que solía visitar regularmente su iglesia. La mujer compartía bulos conspiranoicos en Facebook "como si fuera la verdad del evangelio", incluida una cita atribuida falsamente a la senadora Kamala Harris. Frailey había visto otra publicación de esta mujer apoyando la salvaje idea de que Tom Hanks y otras celebridades de Hollywood comían bebés. 

Antes de la pandemia, Frailey había oído algunas cosas de QAnon, pero no le había prestado mucha atención ya que le parecía fácil desmentirla. No obstante, las publicaciones que empezó a descubrir le resultaron conocidas: le recordaron al "pánico satánico" de las décadas de 1980 y 1990, cuando los rumores de rituales secretos y oscuros que atormentaban a los niños en las guarderías se empezaron a extender entre los creyentes conservadores (que ya estaban preocupados por los cambios en la estructura familiar). "Hablar de los pedófilos, de lo satánico, de los que comen bebés, eso es todo de la década de 1980", sostiene. 

Ese frenesí conspiranoico estuvo impulsado en parte por una ingenua cobertura de los medios masivos y por falsas acusaciones e incluso condenas de los propietarios de guarderías. Pero los evangélicos tenían una creencia especial en esas afirmaciones. Escucharon a una ola de telepredicadores que prometían ayudar a los espectadores a detectar los símbolos y rituales satánicos secretos en el mundo secular. 

El pánico ha regresado con bajo el nuevo nombre de QAnon y ha encontrado un nuevo aliado en Facebook. Frailey no sabía dónde buscar ayuda. Envió un mensaje a un grupo privado de Facebook de los pastores bautistas de Oklahoma, preguntando si alguien más veía lo mismo que él. La respuesta más repetida fue que sí. 

Los pastores intercambiaron distintos enlaces. Frailey leyó todo lo que pudo sobre QAnon. Escuchó cada episodio de la serie de pódcasts Rabbit Hole del The New York Times, sobre "lo que sucedía cuando nuestras vidas se trasladaban online". Leyó el reportaje en el The Atlantic que señalaba a QAnon como una nueva religión cargada de lenguaje propio del cristianismo. Pero a Frailey más bien le parecía una secta. 

Comenzó a mirar más atrás en el muro de Facebook de la antigua joven miembro de su iglesia que había publicado la cita falsa de Harris. Antes, recordaba él, la mujer publicaba a diario cosas sobre sus hijos. Y descubrió que en junio y julio sus hábitos habían cambiado. En vez de hablar de su familia, empezó a promocionar a QAnon, y un miembro de la pareja que se había reunido con él en mayo aparecía en los comentarios, publicando mensajes de apoyo. 

De repente, comprendió que sus esfuerzos por proteger a su congregación de la COVID-19 habían impulsado una infección diferente. Al igual que miles de otros líderes de iglesias en Estados Unidos, en marzo Frailey había suspendido los servicios en persona para evitar la propagación del virus. Sin estas reuniones, algunos de sus feligreses acudieron a Facebook, a los pódcasts y memes virales en busca de consejos. Y QAnon, el movimiento con sus propios equivalentes de escrituras, profecías y clero, los estaba esperando.

"No se dejen engañar, mis queridos hermanos y hermanas". Santiago 1:16

QAnon apareció en 2017 con una publicación en el foro / pol / de 4chan, un rincón particularmente racista y abominable de una comunidad que ya de por sí suele resultar  desagradable y donde cualquiera puede publicar cualquier cosa de forma anónima. El profeta y la fuente de QAnon es una persona conocida solo como "Q": la cuenta está dirigida por alguien (o, muy probablemente, por una serie de personas) que afirma tener acceso a la información confidencial sobre la verdadera agenda de Donald Trump, y su misión era difundir esa buena noticia a la sociedad. 

Las publicaciones de Q contienen pistas, y les dice a los seguidores que descifren los mensajes y realicen su investigación independiente para descubrir los secretos. La información que supuestamente tiene, que promete un ajuste de cuentas para todos los enemigos liberales de Donald Trump, se ha demostrado falsa muchas veces, pero el juego continúa.

A QAnon se le da muy bien ofrecer a un suministro interminable de esperanza a sus seguidores. Las nuevas publicaciones aparecen con regularidad, y si la realidad no coincide con las predicciones sobre cuándo o cómo se avecina la tormenta para las élites liberales del mundo, los seguidores simplemente cambian su foco de atención hacia otro tema. 

Los postulados de QAnon son muy concretos: Trump es el elegido para destruir un círculo de pedófilos satánicos protegidos durante mucho tiempo por el acceso a posiciones de autoridad de élite, y Q proporcionará las pistas para llevar a los seguidores hacia la verdad.

Pero el movimiento se ha mezclado con tantas otras causas e ideologías conspirativas que ahora es posible ser portavoz online de QAnon sin saber realmente lo que se difunde. QAnon promueve las campañas de desinformación sanitaria y activismo antimascarillas, por ejemplo. Hay políticos de QAnon que se postulan para el Congreso de EE. UU. Esas creencias también tienen relación con el cristianismo apocalíptico, y muestran similitudes con el nacionalismo cristiano. 

"QAnon es casi como un almacén de distintas conspiraciones bajo un propietario común", opina el destacado autor evangélico y director ejecutivo del Centro Billy Graham en Wheaton College, Ed Stetzer. 

Q se ha movido de una página a otra y actualmente publica en un foro llamado 8kun, cuyo predecesor 8chan fue cerrado después de albergar varios manifiestos de supremacistas blancos y publicaciones de autores de tiroteos masivos. QAnon está inmerso en el extremismo de su entorno. La creencia de que las élites de Hollywood se dedican a la "recogida de adrenocromo", por ejemplo, que torturan a los niños para conseguir esta sustancia de su sangre, es solo otra versión de las antiguas calumnias de la sangre antisemita. 

Este entorno no siempre resulta acogedor para la religión: en 4chan, por ejemplo, utilizan el término "biblefags" (mariquitas de la Biblia) para referirse a quienes siguen las tradiciones cristianas con demasiada seriedad. Pero Q recurrió a Dios desde el principio, afirma el investigador principal del proyecto de Tecnología y Cambio Social del Centro Shorenstein de la Universidad de Harvard (EE.UU.) Brian Friedberg, que ha estudiado QAnon casi desde sus inicios.

Edúcate signo

"La construcción de la comunidad QAnon, desde sus primeros días, se ha centrado en la moralidad estadounidense tradicionalista estrechamente alineada con el cristianismo popular. Q publica con un estilo que invoca los puntos evangélicos de conversación y alienta a la investigación profunda de las escrituras", detalla. 

Los seguidores de QAnon suelen repetir un mandamiento que aprendieron de Q: que ante cualquier duda, hay que "realizar una investigación propia". Ese ímpetu les resultará especialmente familiar a los evangélicos, sostiene el analista de investigación del Laboratorio de Acción contra la Desinformación de Data & Society, William Partin, que también ha estado analizando QAnon. "El tipo de dedicación que se implica en estos casos—la lectura minuciosa y la discusión de textos que se aceptan como fidedignos— tiene bastante en común con cómo los evangélicos aprenden a leer e interpretar la Biblia", explica. 

Alrededor de una cuarta parte de los adultos estadounidenses se identifica como protestantes evangélicos, incluidas las confesiones bautista, luterana y presbiteriana. El evangelismo resulta más grande que cualquier otra opción religiosa en Estados Unidos, incluido el catolicismo o el protestantismo general. Pero, aunque QAnon siempre ha tenido connotaciones religiosas, su creciente presencia en los círculos evangélicos es algo relativamente nuevo. A finales de febrero, la última vez que Pew Research hizo una encuestra sobre QAnon a los adultos estadounidenses, solo el 2 % de los protestantes evangélicos blancos respondieron que habían oído bastante al respecto, y 16 % dijo que sabía solo un poco. 

La escritora y terapeuta familiar que creció como evangélica Kristen Howerton recuerda que hace aproximadamente un año comenzó a notar más contenido en Facebook relacionado con QAnon en las publicaciones de sus amigos evangélicos. Algunos hablaban de Q, repitiendo y difundiendo los principios básicos de su teoría de la conspiración. 

Le parecía que muchos desconocían todas las ideas de QAnon, ni siquiera que la razón por la que estaban expuestos a la teoría de la conspiración era su gran red social. Pero sabían que estaban de acuerdo con lo que leían —que los liberales eran malvados y que Trump los iba a parar— y encontraron una razón suficientemente sólida para compartir las ideas de QAnon en sus propias redes sociales, ayudándole así a difundirse. 

"No se trata de las personas que estaban en 4chan u 8chan hace cuatro años. Obtienen su información de otras publicaciones de Facebook. No es la gente que actúa como fuente primaria", destaca Howerton. 

Es por eso que las redes sociales son un gran campo misionero para QAnon. Facebook y Twitter ofrecen a sus predicadores la oportunidad mejor y más fácil de llegar a nuevas personas con su mensaje (o con las versiones más apropiadas para la opinión pública general), gracias a los algoritmos de recomendación de las plataformas, diseñados para mostrarle a la gente contenido que probablemente le interesará.

Las plataformas han empezado a intentar frenar la influencia de QAnon, especialmente al mezclarse con las teorías de conspiración sobre la pandemia. Facebook cerró cientos de páginas y cuentas de QAnon a mediados de agosto después de que un estudio interno revelara que los grupos asociados a QAnon tenían millones de miembros, mientras que Twitter ha prohibido miles de cuentas por "actividad dañina coordinada".

Pero hay quien cree que es demasiado tarde. QAnon ha manipulado algunos hashtags de Twitter y ha sido difundido incluso por el presidente de EE. UU., quien ha retuiteado más de 200 veces varias cuentas de Twitter afiliadas a QAnon. También tiene sus propias estrellas, una especie de clase sacerdotal de influencers con canales de YouTube y Patreon que prometen mostrarles el camino a sus seguidores.

Entre ellos se encuentra "el médico religioso" David Hayes, a quien The Atlantic describió como "uno de los evangelistas de QAnon más conocidos del planeta". En un vídeo reciente, aseguró a sus 379.000 suscriptores de YouTube: "El movimiento que ha comenzado Q está motivando a muchas personas a reflexionar sobre Dios". 

Otro popular influencer de QAnon, Blessed2Teach, cuyos seguidores se conocen como "Patriotas cristianos", explicó en una transmisión en directo por YouTube que "el conspirador gasta más dinero en infiltrarse entre los pastores que en cualquier otra cosa", y que "muchas de las megaiglesias han aceptado fondos de los conspiradores". Como señaló The Conversation en mayo, hay pastores que han incorporado a QAnon en sus sermones por Zoom. Y Frailey, el pastor de Oklahoma, descubrió que, aunque muchos colegas en el grupo de Facebook donde había escrito estaban preocupados por la propagación de QAnon en sus iglesias, otros lo defendían.

El pastor de McLean Bible Church Arlington en Virginia (EE. UU.) y editor de la publicación cristiana conservadora The Gospel Coalition, Joe Carter, publicó una sección de preguntas frecuentes sobre QAnon en mayo. Me dijo que decidió profundizar en este tema después de que docenas de pastores le pidieran consejo sobre cómo detener su creciente influencia en sus comunidades. 

"Aunque este movimiento todavía sigue siendo marginal, es probable que alguien en su iglesia o en sus redes sociales ya se haya creído la conspiración o piense que es creíble y que vale la pena explorarla", escribió Carter.

"Veo a personas que me importan, que respeto, que son geniales, pero también muy susceptibles a esto", admitió un pastor de jóvenes que no quiso que apareciera su nombre en este artículo por temor a las represalias de los creyentes de QAnon, pero ha estado haciendo sonar la alarma en su iglesia luterana de tendencia conservadora. Y añadió: "Si logramos adelantarnos, podríamos conseguir algo de control de daños antes de su metástasis". 

Su tarea se ha vuelto más difícil desde que QAnon empezó a vincularse con otras teorías de conspiración, especialmente en torno a la pandemia de coronavirus: la desinformación sobre las mascarillas, las teorías contra la vacunación y las afirmaciones de que el confinamiento es un complot liberal para controlar la población, por ejemplo. Y más recientemente, sus creyentes han encontrado vectores aún mejores. 

"El nombre del Señor es una torre fortificada; los justos corren hacia ella y están a salvo". Proverbios 18:10 

Un viernes a mediados de julio, en Twitter surgió de la nada un nuevo y extraño hashtag: #Wayfair, el nombre de una empresa online de muebles. Se convirtió en tendencia por una teoría de la conspiración sin fundamento de que varios armarios de precios sospechosamente altos llevaban el nombre de niños desaparecidos.

Según la teoría, tal vez este era un método que usaban los traficantes de personas y los abusadores de niños para enviar señales secretas y vender a sus víctimas. Esta idea fue desmentida en numerosas ocasiones, pero el meme se extendió rápidamente a Instagram, TikTok y Facebook. En cada plataforma, las personas conmovidas por el impulso humano de preocuparse por los niños vulnerables comenzaron a reenviar lo que veían a sus amigos y seguidores. 

Para los evangélicos, los rumores de Wayfair estallaron en un gran alboroto online. Howerton se asustó cuando vio que sus amigos publicaban sobre este tema, incluidos miembros de la megaiglesia a la que solía asistir. La mujer llevaba años usando su plataforma para crear conciencia sobre la trata de niños, pero con solo un poco de investigación simple, rápidamente se dio cuenta de que esas afirmaciones no eran ciertas. Y luego descubrió dónde se habían originado. "Entré en muchos agujeros de conejo. Al final encontré la conexión con QAnon", recuerda.

Y añade: "Wayfair me abrió los ojos sobre cuántos amigos míos seguían de verdad las publicaciones de QAnon. Y eran muchos". 

La teoría de la conspiración Wayfair fue el preludio de algo mucho mayor: #SaveTheChildren. En julio, como ha documentado Mel Magazine, este y otros hashtags en Facebook e Instagram se llenaron con memes de QAnon sobre las redes de pedófilos y la familia Clinton. Eso inspiró una serie de manifestaciones en todo el país. Algunas, según informó NBC News, fueron organizadas por figuras que implícita o explícitamente apoyaban a QAnon, y algunos manifestantes llevaban carteles con lemas de QAnon. Algunas organizaciones legítimas de derechos humanos han dicho al The New York Times que esperan que la ola de interés alimentado por la conspiración se traduzca en un apoyo genuino a los que tratan de salvar a los niños, pero otras acabaron abrumadas por los informes falsos y consejos sin sentido.

El abuso infantil y la trata de seres humanos son, por supuesto, fenómenos reales y terribles, y son temas presentes en muchas iglesias evangélicas. "Salvar" a los niños, ya sea mediante la adopción, el activismo contra la trata o la oposición al aborto, impulsa una gran cantidad de actividades evangélicas. No es raro que una iglesia se asocie para la recaudación de fondos o el apoyo con una organización religiosa o secular sin ánimo de lucro que ayuda a las víctimas de la trata. 

Carter, de la Coalición por el Evangelio, cree que este bienintencionado impulso de ayudar también es fácilmente explotable. Entre los evangélicos, los sentimientos sobre la trata de personas suelen ser tan intensos que la gente solo quiere escuchar y compartir historias sobre lo inhumano y generalizado que es. Según su experiencia, su comunidad responde de forma particularmente hostil cuando alguien le dice que una historia sobre el tráfico no es cierta. Y explica: "Si es un problema, tiene que ser grande. Si intentamos ponerlo en un contexto, creen que infravaloramos el problema". 

Howerton cree que no es casual que QAnon se haya arraigado tanto entre los evangélicos: se enfrentan a una tremenda disonancia cognitiva. Y afirma: "Fui criada como evangélica cristiana republicana. No hay nada de eso que tenga sentido para Trump sobre ninguno de los valores con los que me criaron. Hay una parte de mí que piensa que es un discurso falso muy elaborado para justificar la continua lealtad a Trump". 

Ed Stetzer de Wheaton College resalta que QAnon coincide con el pensamiento religioso cristiano al presentarse como una fuerza para el bien, diseñada para destruir el mal. Pero el jefe de investigación de ética tecnológica en la Comisión de Ética y Libertad Religiosa de la Convención Bautista del Sur, Jason Thacker, cree que los seguidores cristianos de QAnon se han equivocado de bando: "QAnon no aborda el tráfico sexual, [solo quiere] aprovechar las convenciones del evangelio y manipularlas para conseguir poder. Es falso. Malvado. Los cristianos deberían ser los primeros en levantarse y luchar contra estas cosas porque no se trata de la verdad". 

"Guarda tu lengua del mal y tus labios de hablar engaño". Salmo 34:13 

A lo largo de los años, QAnon ha demostrado algunos de los peligros de permitir que las noticias falsas florezcan en internet. El FBI ha llegado a la conclusión de que esta y otras teorías conspirativas extremas tienen el potencial de inspirar violencia. Algunos seguidores ya han cometido algunos actos destructivos, a veces violentos, en nombre de sus creencias.

Pero a Stetzer le preocupa que los cristianos evangélicos se enfrenten a una amenaza exclusiva de QAnon. Podría poner en peligro su capacidad de hacer una de sus tareas más importantes: dar testimonio de su fe y compartir esa creencia con los demás. Y afirma: "Como cristiano evangélico, ya hay algunas cosas en las que creo que la opinión general consideraría conspiración". Cuando los cristianos creen y propagan tonterías como QAnon, dificultan aún más que los otros les hagan caso. 

Los líderes evangélicos preocupados por QAnon y por la desinformación en sus comunidades están poniéndose al día rápidamente. Muchos de ellos están demasiado ocupados ayudando a sus congregaciones a lidiar con el impacto directo de la pandemia y no consiguen dedicar mucho tiempo a contrarrestar las teorías de la conspiración. Howerton cree que apenas están comenzando el proceso de averiguar qué hacer con QAnon. Estaba planeando escribir una circular para ayudar a sus lectores a comprender qué está pasando con sus familiares que han caído en esto. Pero aún no se ha formado un esfuerzo organizado más grande. 

Frailey afirma: "Me siento como un fracasado. No fuimos capaces de proporcionar una comunidad suficientemente buena en este tiempo de separación. No pudimos ofrecer lo que se necesitaba. La tecnología no era lo suficientemente buena". Carter está de acuerdo con él: "He hablado con muchos pastores que creen que yo sé qué hacer. Y yo no lo sé en absoluto". 

La Biblia ofrece una guía sobre cómo actuar online. Thacker señala la Epístola de Santiago, por ejemplo, que trata sobre cómo perseverar a través de una crisis o prueba. Santiago 1:19 dice: "Todos deben estar listos para escuchar, pero calmados para hablar y para enojarse, porque la ira humana no produce la rectitud que Dios desea. Por eso, despójense de toda la inmundicia moral y de la maldad que tanto abunda y acepten con humildad la palabra sembrada en ustedes, que puede salvarlos".

Y añade: "Deberíamos ser las personas que menos están online, en una cultura que va cada vez más rápido". En cambio, parece que está pasando justo lo contrario. Frailey cree que lo mejor que puede hacer es mantener la puerta abierta para todos, incluidos los que se han ido. El hecho de que alguien se haya pasado a QAnon no significa que no pueda regresar. Durante nuestra conversación, Frailey dudaba entre compartir su historia, que cree que podría ayudar a otros pastores y cristianos a darse cuenta de que no están solos, y no cerrar la puerta para siempre a las familias que se han ido de su iglesia. 

"Solo intento mantener abierta la vía para decir, 'Oye, si caes en esto, puedes volver'", afirma. Sin embargo, de momento, "no ha logrado rescatar a nadie", concluye.

—Algunas de las imágenes de esta historia se han anonimizado para proteger a las personas que publicaron e interactuaron con ellas.

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