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Cambio Climático

La ley de estímulo, un año más tarde

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El dinero ha ayudado a la industria solar y la eólica, aunque no ha creado muchos trabajos de manufactura.

  • por Kevin Bullis | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 20 Febrero, 2010

Durante el año tras su aprobación en el Congreso, la ley de estímulo federal ha ayudado a que los mercados solar y eólico de Estados Unidos crezcan, aunque ha hecho relativamente poco para aumentar la manufactura de energía renovable nacional.

La ley de estímulo del pasado mes de febrero, conocida como la Ley Americana de Recuperación y Reinversión, destinó 45,1 mil millones de dólares a la energía renovable, la eficiencia energética, y a otros programas e incentivos relacionados con la energía. Como era de esperar, debido a la naturaleza multianual de muchos de los proyectos, la mayoría de ese dinero no se ha gastado aún. Por ejemplo de los 36,7 mil millones que el Departamento de Energía de los EE.UU. tienen para gastar, hasta ahora ha distribuido sólo 2,4 mil millones (aunque ha anunciado ayudas por un total de 25,4 mil millones).

No obstante el dinero que se ha gastado en energía renovable—y la anticipación por parte de los inversores de que hay más dinero aún por llegar—ha ayudado a incrementar el tamaño de los mercados solar y eólico en los Estados Unidos. La mayor ayuda ha procedido de subvenciones para la construcción de proyectos de energía renovable, tales como granjas solares y eólicas. Este dinero—2,3 mil millones ya se han gastado—ha ayudado a invertir lo que se anticipaba como un año sombrío para los mercados solar y eólico en los Estados Unidos, afirma Edward Feo, socio en la firma de abogados Milbank Tweed Hadley & McCloy. Feo afirma que los expertos esperaban que el mercado eólico bajase notablemente en 2009 debido a la pobre economía y a los ajustados mercados de crédito. La mayoría presumían que se darían la mitad de las instalaciones que el año anterior. En vez de eso, las instalaciones eólicas se incrementaron desde aproximadamente 8.000 megavatios de energía eólica en 2008 a casi 10.000 megavatios en 2009, afirma.

De forma similar, la industria solar continuó su crecimiento el año pasado. Hasta ahora las subvenciones han permitido la ejecución de 182 proyectos de energía solar, según la Asociación de la Industria de la Energía Solar. Juntos, los incentivos relacionados con el estímulo han creado 18.000 trabajos en los Estados Unidos, afirma la asociación.

El impacto del estímulo se espera que sea incluyo mayor este año. El año pasado, las subvenciones sólo estuvieron disponibles durante la segunda mitad del año; en 2010 estarán disponibles todo el año. Es más, ninguna de las garantías de préstamo que habían sido autorizadas por el estímulo para los proyectos de energía renovable habían sido emitidas hasta ahora. Estas garantías de préstamo, algunas de las cuales se esperan para este año, podrían ser clave para que algunos de los proyectos sean financiados, afirma Feo. Esto es especialmente cierto para las plantas eléctricas termales solares de gran escala. (Se han dado unas cuantas garantías de préstamo emitidas a partir de una ley de energía de 2005, como la entregada a la compañía solar Solyndra, y otra a Nordic Windpower.)

Sin embargo la amplitud de los mercados solar y eólico no se traduce inmediatamente en trabajos de manufactura dentro de la energía renovable—al menos no dentro de los Estados Unidos. Crean trabajos mediante la instalación y mantenimiento de granjas solares y eólicas, pero el 75 por ciento de los trabajos que generan estos proyectos no están dentro de la instalación o el mantenimiento, sino en la manufactura de los paneles solares y las turbinas eólicas, afirma Joan Fitzgerald, directora del Programa de Leyes, Políticas y Sociedad de la Universidad de Northeastern. Y en su mayor parte, este tipo de manufactura se lleva a cabo fuera de los Estados Unidos, en lugares como Alemania y China. Además de incrementar las iniciativas para el crecimiento del mercado de la energía renovable, como por ejemplo el requerimiento nacional de que las compañías eléctricas utilicen una parte de este tipo de energía, es importante contar con iniciativas que ayuden a las compañías a crear nuevas fábricas y a reestructuras las existentes, afirma.

Hoy día ya existen algunas de estas iniciativas, como las garantías de préstamo hechas posibles bajo la ley de energía de 2005. La ley de estímulo también establece créditos fiscales dentro de la manufactura que podrían proporcionar créditos del 30 por ciento del coste de construcción de aquellas factorías que produzcan productos de energía limpia (esto incluye la fabricación de paneles solares o turbinas eólicas, por ejemplo, así como las piezas o maquinaria necesarias para fabricar dichos componentes). El mes pasado, el Presidente Obama anunció 183 proyectos que se beneficiarán de estos créditos, que llegarán a 2,3 mil millones y financiarán proyectos con un valor de 7,7 mil millones de dólares. El año pasado la administración también concedió préstamos para la manufactura de vehículos de tecnología avanzada, como por ejemplo los vehículos eléctricos. Los préstamos fueron establecidos por la Ley de Seguridad e Independencia Energética de 2007, aunque no han sido concedidos aún.

La ley de estímulo ha empezado a mover los procesos de manufactura desde compañías extranjeras hasta los Estados Unidos. En parte debido a la ley, una factoría solar en Nuevo México propiedad de Schott Solar, con sede en Alemania, ha duplicado el número de empleados dedicados al ensamblaje de paneles solares. La compañía china Suntech tiene planes serios para construir una factoría en Arizona de aquí a uno o dos años y en respuesta a la Ley de Recuperación, afirma Roger Efird, director administrativo de Suntech America, una de las ramas de Suntech Power.

Aunque el dinero no se ha gastado aún en dos proyectos de gran importancia—la red inteligente y el ferrocarril de alta velocidad—el DOE y el Departamento de Transporte de los EE.UU. han anunciado a quién se entregará el dinero, y pronto empezarán a distribuir los fondos. Los fondos para la red inteligente y el ferrocarril de alta velocidad ascenderán a 12,5 mil millones de dólares.

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