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David McMillan

Cadenas de bloques y aplicaciones

Los cinco mejores dispositivos para convertirse en cíborg

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Cada vez hay más productos portables o implantables dirigidos a mejorar las capacidades humanas. Le ofrecemos cinco opciones para convertirle en un esquiador de élite, asegurar su identidad digital, mejorar su audición, controlar su nivel de insulina e incluso comunicarse sin mediar palabra

  • por Rachel Metz | traducido por Mariana Díaz
  • 22 Junio, 2018

A día de hoy, disponemos de innumerables estrategias para mejorar nuestros cuerpos. Hay algunas terriblemente invasivas, como implantar un chip debajo de la piel, y otras tan sencillas como ponerse unas rodilleras informatizadas.

Hemos creado una lista con algunas de las opciones más interesantes para actualizarse de pies a cabeza, desde las que plantean el verdadero biohackeo, o biohacking (ver Editar el ADN desde casa: la moda que podría convertirse en epidemia), hasta las que simplemente  ofrecen una tecnología portable interesante.
 

1. Nombre: VivoKey Mini.

Creador: Amal Graafstra.

Área de mejora: la identidad digital.

Qué es: en 2013, cuando Amal Graafstra comenzó a vender tecnología implantable con identificación por radiofrecuencia (RFID), sus clientes eran un nicho de mercado compuesto por los autodenominados biohackers. Pero en los últimos años, su producto ha empezado a atraer a  cada vez más consumidores convencionales interesados ​​en implantarse productos electrónicos en el cuerpo.

Con la esperanza de seducir a una mayor parte del público general, Gaafstra está construyendo un chip de comunicación de campo cercano, o NFC. VivoKey Mini se puede implantar en la mano para empezar a actuar como un chip de seguridad que ayudan al usuario a hacer cosas como demostrar su identidad cuando accede a su cuenta bancaria online. Para ello, el chip se escanea el chip con un lector NFC en un smartphone, por ejemplo, para completar un  proceso de autenticación de dos factores.

Cómo funciona: VivoKey Mini es un cilindro de dos milímetros de diámetro y 12 milímetros de largo, que se puede inyectar en el cuerpo. Después, solo hay que escanearlo con el lector NFC de cualquier teléfono inteligente e instalarse una aplicación, explica Graafstra. Una vez hecho esto, el usuario puede configurar un perfil de identidad con información como su nombre y su foto. A partir de este momento, cualquiera que escanee la mano del usuario con un lector NFC podrá acceder a esos datos.

El chip también da acceso a ciertos servicios online como WordPress, señala Graafstra. El usuario solo tendría que escanearse la mano para arrancar el proceso de inicio de sesión.

Para que el chip sea compatible con los servicios bancarios y las tarjetas de crédito, Graafstra tendrá que asociarse con algunas compañías financieras. El responsable afirma que ya está negociando con algunas de ellas.

Disponibilidad: la primera versión de VivoKey Mini se lanzará a finales de agosto o principios de septiembre.

Precio: se espera que cueste unos 85 euros.

Experiencia técnica requerida: saber codificar.

Nivel de vinculación: alto, ya es necesario implantarse el chip en el cuerpo (el producto se ofrece en una jeringa para inyectarlo). Graafstra dice que tiene contactos con una red de perforadores corporales profesionales dispuestos a realizar este procedimiento para los clientes.
 

2. Nombre: OpenAPS.

Creadora: Dana Lewis.

Área de mejora: páncreas.

Qué es: Lewis, que tiene diabetes tipo 1, fundó la plataforma OpenAPS (también conocida como Sistema Abierto de Páncreas Artificial), que ayuda a las personas con la misma dolencia a usar las bombas de insulina existentes junto a un sistema de monitorización constante de la glucosa para administrar insulina automáticamente a medida que cambia el nivel de azúcar en la sangre. Este tipo de avances no han hecho más que empezar a llegar al mercado en forma de dispositivos únicos, pero aún no son comunes. El objetivo de OpenAPS consiste en que utilizar un sistema de este tipo resulte sencillo y económico, y que los usuarios puedan construirlos por sí solos.

OpenAPS regala un software de código abierto e instrucciones, junto con una guía de compra de hardware.

Cómo funciona: para empezar, los usuarios necesitan dos dispositivos médicos, un monitor de glucosa continuo y una bomba de insulina capaz de recibir instrucciones en remoto para ajustar las dosis de insulina (OpenAPS sugiere modelos más antiguos de Medtronic). También necesitan un pequeño ordenador Raspberry Pi, una radio inalámbrica y una batería.

El ordenador recopila de forma inalámbrica los datos del monitor y de la bomba, para decidir si el usuario necesita más o menos insulina para mantener el nivel de azúcar en la sangre en un rango seguro y lo envía de vuelta a la bomba.

Precio: si el usuario ya dispone de un monitor compatible y una bomba, solo tendrá que invertir unos 170 de euros para construir su propio páncreas artificial. Esta cifra proviene de los 120 euros que cuesta adquirir una placa de ordenador con radio y pantalla, 12 euros más por una Raspberry Pi, otros 13 euros para la batería y cerca de 17 euros por un estuche para guardarlo todo junto.

Disponibilidad: ya está disponible.

Experiencia técnica requerida: saber utilizar un smartphone.

Nivel de vinculación: alto.
 

3. Nombre: AlterEgo.

Creador: Arnav Kapur.

Área de mejora: conversación y capacidad para cambiar de canales.

Qué es: AlterEgo nace como un proyecto de investigación de este estudiante de posgrado en el Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE. UU.). Actualmente, es un prototipo para un dispositivo que se coloca en su cabeza y permite comunicarse en silencio con dispositivos conectados y otras personas. Kapur lo utiliza para hacer cosas como cambiar el canal de televisión y pedir una pizza.

Cómo funciona: los electrodos del dispositivo rastrean pequeñas señales eléctricas que generan los músculos de la cara y cuello cuando se lee o se habla en silencio con uno mismo. Estas señales se transmiten de forma inalámbrica a un ordenador. El dispositivo también cuenta con audífonos de conducción ósea para brindar retroalimentación y decirle al usuario (con una voz computarizada y rígida) lo que cualquier otro usuario que también usa AlterEgo le está diciendo en silencio.

Disponibilidad: continúa en fase de investigación.

Precio: no disponible.

Experiencia técnica requerida: desconocida.

Nivel de compromiso: medio, es necesario llevar un cacharro bastante grande en la cabeza.
 

4. Nombre: exoesqueleto robótico.

Creador: Tim Swift.

Área de mejora: esquí en ladera.

Qué es: Swift dirige Roam Robotics, una start-up que fabrica exoesqueletos robóticos para ayudar a las personas a realizar todo tipo de actividades físicas. Su primer producto se adapta a las rodillas y está dirigido a esquiadores. Gracias a una combinación de sensores, potencia computacional y unos globos, los usuarios pueden esquiar mucho más tiempo y mejor.

Cómo funciona: dos aparatos parecidos a unas rodilleras se ajustan a las piernas, a la parte superior de los muslos en la parte superior y a la parte inferior de las botas de esquí. Ambos se conectan a una batería y a un compresor de aire, que se guardan en una mochila a la espalda.

Mientras el usuario esquía, los sensores de las rodilleras rastrean la postura corporal y un ordenador conectado usa la información para calcular cuánto debe girar cada pierna. Después,  una pequeña cámara de aire colocada en el costado de cada rodilla se infla para asistir el movimiento.

Disponibilidad: se espera que el producto de esquí esté disponible en alquiler este invierno en algunas zonas de  EE. UU.

Precio: Swift estima que alquilar el sistema de exoesqueleto de esquí durante todo un día podría costar entre 60 y 86 euros. Cuando salga a la venta, estima que no costará menos de 1.700 euros.

Experiencia técnica requerida: saber utilizar un smartphone.

Nivel de compromiso: medio.
 

5. Nombre: IQbuds e IQbuds Boost.

Creador: David Cannington.

Área de mejora: capacidad auditiva.

Qué es: Cannington es el cofundador de Nuheara, una start-up cuyos auriculares inalámbricos amplifican algunos sonidos (como voces) y silencian otros. Están diseñados para personas que no necesitan audífonos pero que tienen problemas para oír en entornos ruidosos, explica Cannington.

Cómo funciona: los auriculares se sincronizan mediante Bluetooth con una app smartphone para iOS o Android, que incluye ajustes específicos de la ubicación en la que se está usando, como "Restaurante", "Calle" y "Avión".

Precio: IQbuds Boost, la última versión, dirigida a usuarios mayores, incluye un proceso de calibración auditiva y cuesta unos 430 euros. El modelo IQbuds cuesta cerca de 258 euros.

Disponibilidad: los auriculares están disponibles online, así como en algunas tiendas Best Buy de EE. UU.

Experiencia técnica requerida: saber utilizar un smartphone.

Nivel de compromiso: bajo.

Cadenas de bloques y aplicaciones

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