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El proyecto Petra Nova en Texas (EE. UU.) fue diseñado para capturar alrededor del 90 % de las emisiones de una parte de la central eléctrica. Se detuvo en medio de la recesión económica del año pasado.

Cambio Climático

"La eliminación de CO2 no se aplicaría si reducimos emisiones de otras formas"

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En una entrevista, la nueva jefa de gabinete de la Oficina de Energía Fósil de EE. UU., Shuchi Talati, explica por qué atrapar y almacenar dióxido de carbono "es la única opción" para diversos sectores de la economía difíciles de descarbonizar

  • por James Temple | traducido por Ana Milutinovic
  • 01 Septiembre, 2021

Los primeros esfuerzos climáticos del presidente Biden priorizaron algunas acciones populares: la reincorporación al Acuerdo del Clima de París (Francia), comprar energía y vehículos limpios y eliminar los subsidios a los combustibles fósiles. Pero las estrategias de este Gobierno estadounidense para impulsar a la nación hacia las cero emisiones netas también se basan bastante, aunque de manera menos obvia, en un área más delicada: en la captura o eliminación de grandes cantidades del dióxido de carbono que provoca el calentamiento global.

El pasado julio, la Oficina de Energía Fósil del Departamento de Energía de EE. UU. (DOE, por sus siglas en inglés) añadió a su nombre "and Carbon Management" (y de la Gestión del Carbono), lo que indica un claro cambio en esta agencia tradicionalmente centrada en desarrollar formas más eficientes de extraer combustibles fósiles y convertirlos en energía. En la actualidad, el objetivo central de la oficina, con alrededor de 750 empleados federales y un presupuesto de casi 1.000 millones de dólares (más de 845 millones de euros), es desarrollar formas mejores y más baratas de limpiar las industrias que contaminan el medio ambiente.

Foto: Shuchi Talati, la Jefa de Gabinete de la Oficina de Energía Fósil y de la Gestión del Carbono. Foto de cortesía

Las nuevas prioridades incluyen tecnologías y técnicas avanzadas capaces de evitar que el dióxido de carbono se escape de las fábricas y de las centrales eléctricas, eliminarlo de la atmósfera, convertirlo en nuevos productos o almacenarlo para siempre.

La oficina eligió a varios investigadores dedicados a estos temas para los puestos de dirección. La jefa de gabinete, Shuchi Talati, supervisará muchos de los cambios en la agencia junto con la subsecretaria adjunta, Jennifer Wilcox. Talati fue anteriormente subdirectora de políticas de la ONG Carbon 180, defensora de la eliminación y el reciclaje de carbono y miembro de la Unión de Científicos Preocupados (Union of Concerned Scientists).

La agenda del presidente Biden también se muestra en el proyecto de ley de infraestructura de un billón de dólares, que el Senado ya ha aprobado. Se trata de miles de millones de dólares para desarrollar plantas de captura directa de aire capaces de aspirar el dióxido de carbono del aire, con las tuberías para transportarlo, y los sitios donde enterrarlo en las formaciones geológicas a gran profundidad.

Muchos miembros del movimiento climático argumentan que la captura de carbono es una distracción de la misión principal de eliminar los combustibles fósiles lo más rápido posible. Y ese campo está plagado de fracasos, incluida una variedad de despilfarros respaldados por el DOE, como el proyecto de carbón limpio FutureGen, de casi 2.000 millones de dólares (1.701 millones de euros).

Pero otros estudios concluyen que será mucho más difícil y costoso eliminar las emisiones y prevenir los niveles peligrosos de calentamiento sin la captura y eliminación de carbono, especialmente en las industrias pesadas donde existen pocas opciones. Y el número de proyectos comerciales exitosos está creciendo en todo el mundo, lo que reduce las emisiones de las plantas de acero, hidrógeno y fertilizantes.

En la siguiente entrevista, hemos preguntado a Talati qué papel debería tener la captura de carbono en nuestra respuesta al cambio climático y cómo trabaja la Oficina de Energía Fósil y de la Gestión del Carbono para acelerar el progreso en este campo.

¿Por qué era importante cambiar o ampliar la misión de su Oficina?

Cuando se trata de los objetivos climáticos, especialmente de cero emisiones netas, la gestión del carbono tiene un papel cada vez más importante. Eso significa no solo lidiar con nuestras emisiones continuas, sino reconocer que, por cada tipo de combustible fósil que se quema, tenemos que gestionar el carbono que se produce de esa manera.

Asegurarse de tener esos dos aspectos unidos en el nombre de nuestra oficina es importante para la forma en la que esta oficina trabaja y cómo se percibe. Porque no queremos llevar a cabo ningún trabajo con combustibles fósiles que no esté relacionado con la mitigación de los impactos ambientales asociados.

¿Cómo ve el Departamento de Energía que la captura y el almacenamiento de carbono encajen específicamente en el esfuerzo más amplio de acelerar la descarbonización y abordar el cambio climático?

Ahí donde podamos hacer la transición a las energías renovables queremos tomar esas decisiones. Pero donde eso no es posible, la CAC [captura y almacenamiento de carbono] tiene un papel muy importante. Con las industrias como el cemento, sabemos que la CAC es absolutamente esencial para capturar esas emisiones.

Podemos capturar no solo las emisiones de la energía real que se necesita, sino las emisiones liberadas durante el proceso de producción, donde no existen otros mecanismos para prevenir ese CO2. La CAC es solo una forma muy versátil de capturar las emisiones de muchos de estos sectores difíciles de descarbonizar.

Cuando se trata del sector energético, del gas natural en especial, hay muchas centrales de gas natural que no están programadas para retirarse hasta 2035, que es después de nuestro objetivo de electricidad 100 % limpia. Eso representa más de 200 gigavatios que seguirán operando con gas natural. Entonces, para que sea limpio, la CAC es la única opción.

También quiero señalar que, en el caso del gas natural, nunca antes habíamos hecho una demostración de esta tecnología. Así que, si de verdad queremos comprender los costes reales y cómo será efectivamente la comercialización, primero debemos invertir en la demostración. Eso es en realidad algo que nuestra oficina podría hacer.

Muchos activistas climáticos consideran que el apoyo a la captura de carbono es similar a otorgar una licencia social para que la industria de los combustibles fósiles continúe operando. ¿Cómo responde a la gente que plantea esas preocupaciones?

Entiendo de dónde vienen muchas de estas críticas. Este campo no ha sido nada sencillo. Y creo que el hecho de juntarse con la industria de los combustibles fósiles es un desafío y algo con lo que estamos lidiando.

Pero considero que, cuando se trata de la infraestructura comprometida que tenemos, y especialmente del sector industrial (donde no es solo la industria de los combustibles fósiles, sino la creación de productos que sabemos que vamos a seguir necesitando, como el hormigón), tenemos que pensar en lo que eso significa para las emisiones y llegar a cero. No hay otras opciones.

El papel de nuestra oficina y el del Gobierno federal estadounidense es asegurarnos de hacer esto correctamente y crear una industria responsable y las salvaguardas ambientales en torno a esta tecnología que podrían no haber existido en el pasado.

Ha mencionado el papel que podría tener la captura de carbono para las centrales de gas natural que seguirán operando durante décadas.  Pero ¿cree que la captura de carbono tendrá también un papel en la construcción de una nueva generación de electricidad del futuro?

Sinceramente, creo que eso depende del mercado y de cómo las empresas privadas opinan sobre sus inversiones.

Solo apoyamos los combustibles fósiles reducidos, por lo que, cuando se trata de construir una nueva central del gas natural, nuestro apoyo depende en gran medida de si existe esa infraestructura de la CAC. Y creo también que un componente realmente importante de eso es el almacenamiento fiable. En estos momentos, se utiliza una gran cantidad de CO2 para la recuperación mejorada de petróleo [liberando el petróleo restante de los pozos], y queremos asegurarnos de que estamos ayudando a construir una infraestructura de almacenamiento duradera, alrededor de los reservorios geológicos y de los productos de CO2 que tienen almacenamiento de larga duración, como los materiales de construcción.

Incluso si esto fuera una herramienta eficaz para las fábricas de cemento o para algún elemento de las existentes centrales de gas natural, todavía existe un temor razonable de que pueda haber trampas. Esas emisiones podrían liberarse más de lo que afirman las empresas, tanto de las propias plantas como de los sitios de extracción, o porque los lugares de almacenamiento de carbono no funcionan con la eficacia esperada. ¿Cómo podemos asegurarnos de que la industria haga estas cosas de manera fiable?

Creo que ese es el papel de nuestra oficina y de esta administración. Estoy totalmente de acuerdo. Opino que debemos asegurarnos de que el almacenamiento confiable realmente funcione. Tenemos experiencia en la forma en la que el CO2 se ha almacenado en los depósitos vacíos de petróleo y gas, pero no tenemos tanta experiencia con los acuíferos salinos [rocas permeables llenas de agua salada].

Necesitamos realizar proyectos de muestra. Deberíamos tener posibilidades [de monitorear, informar y verificar] en las que confiar, que sean sólidas y que funcionen a escala. Y eso requiere inversión del Gobierno y una capacidad realmente dedicada a eso.

También creo que nuestra infraestructura tiene fugas en toda la cadena de suministro de gas natural. Así que esa es en realidad una de las prioridades que hemos incluido en nuestro próximo presupuesto: reducir el metano.

Esto significa cambiar la forma en la que nuestra oficina ha trabajado en el pasado. Queremos cambiar la conversación para tener el menor impacto ambiental posible de la extracción actual.

El proyecto de ley de infraestructura que ha sido aprobado incluye fondos para las plantas de captura directa de aire. ¿Qué papel considera el Departamento de Energía que tiene esa tecnología en los esfuerzos para abordar el cambio climático?

Es muy emocionante que esta sea la mayor inversión en la eliminación de carbono de la historia. El hecho de que estemos reconociendo la necesidad de tener fondos de demostración enfocados en la captura directa de aire es el primero de su tipo a nivel mundial. Y por eso [el Departamento de Energía] tiene un papel importante para ayudar a invertir en estas nuevas tecnologías, para hacer una demostración con ellas y para ayudar de verdad a las empresas privadas a potenciar el increíble trabajo que han realizado en este campo.

Cuando se trata de la captura directa de aire, estas demostraciones son muy caras. Y 3.500 millones de dólares (2.977 millones de euros) no llegan tan lejos como la mayoría de la gente cree.

Estamos muy entusiasmados con esta tecnología. Pero hay otras que creo que se merecen la misma atención, como la meteorización de minerales [desarrollar formas de acelerar el proceso natural mediante el cual ciertos tipos de minerales capturan dióxido de carbono].

Cuando hablamos de la eliminación planeada de carbono, creo que la meteorización de minerales aún no ha tenido su gran momento. [La captura directa de aire] es lo primero que nos viene a la mente, y queremos cambiar eso. La meteorización de minerales tiene una increíble capacidad de escala.

¿Qué opina usted sobre la tensión, si cree que existe, entre escalar la eliminación de carbono y ser conscientes de los posibles límites de nuestra capacidad para hacerlo?

Esa es una pregunta tremendamente importante. La eliminación de dióxido de carbono no debería aplicarse en los casos en los que podamos reducir las emisiones de otras formas. Para las empresas, eso significa reducir sus emisiones a través de la eficiencia energética o la electrificación, o cualquiera que sea esa otra forma. Evitar las emisiones primero es siempre la prioridad. Siempre. Porque será más barato y más eficiente hacer eso. La eliminación del carbón es difícil y cuesta mucho dinero. Y esa industria aún no existe a gran escala.

Cuando pensamos en las compensaciones [de carbono], el marco sería: es para aquellos sectores muy difíciles de descarbonizar como la aviación, la agricultura o el transporte marítimo, donde hoy en día no tenemos ningún otro mecanismo para reducir esas emisiones.

A medida que evolucionamos e innovamos tecnológicamente, espero que podamos evitar todas esas emisiones sin la eliminación de dióxido de carbono, y luego podríamos centrarnos en las emisiones netas negativas [eliminar suficiente dióxido de carbono para impulsar las emisiones generales bajo cero con el fin de empezar a reducir los niveles totales en la atmósfera].

Cuando se trata de los procesos basados en la naturaleza [en los bosques y los suelos para eliminar y almacenar más carbono], me preocupa profundamente cómo se está desarrollando ese debate. Porque no tenemos una infraestructura de contabilidad de carbono en este país. Y eso es algo que nuestra oficina espera ayudar a construir en asociación con la Agencia de Protección Ambiental y otras agencias como el Departamento de Agricultura de EE.UU., que están profundamente involucradas con los sistemas naturales relacionados con la eliminación de dióxido de carbono.

Sin esa infraestructura de contabilidad de carbono fuerte y consistente, con el peso del Gobierno federal detrás, no me siento cómoda con una infraestructura de compensación que no esté basada en la realidad.

En la actualidad, tenemos un mosaico de empresas que compran los créditos de los protocolos de compensación, con niveles de calidad francamente muy variables. ¿Qué papel podría tener el Gobierno federal en establecer un conjunto común de estándares fiables?

Sí, creo que corresponde al Gobierno federal definir qué son las compensaciones de buena calidad. Hemos visto diferentes tipos de resultados de algunas empresas privadas en ese campo. El más reciente fue el de Microsoft y de Carbon Direct, que en realidad fueron bastante fascinantes y algo sobre lo que podríamos construir. Pero creo que la construcción de esa infraestructura donde hay un esfuerzo concertado para construirla aún no está lista. Sin embargo, esperamos conseguir eso a medida que comenzamos a pensar en la eliminación de carbono en todos los niveles gubernamentales.

Eso no existía bajo la administración anterior, por lo que estamos en las primeras fases de intentar ponerlo en marcha. Pero muchas agencias tienen que formar parte de esa conversación, y aún quedan preguntas abiertas para determinar qué agencias, dónde debería desarrollarse y cómo habría que dirigirla. Pero creo que reconocer que esas preguntas deben ser respondidas es un primer paso inmenso.

El lenguaje sobre la misión cambiada dentro de su Oficina también da prioridad a la justicia ambiental. ¿Cómo influyen esas consideraciones en la captura, eliminación y almacenamiento de carbono, en dónde colocar las tuberías, dónde secuestrar CO2, dónde permitir que ocurra la exploración y extracción continuas y dónde no?

Esas son las cuestiones que intentamos resolver. Estamos muy enfocados en garantizar que las comunidades desfavorecidas no estén perjudicadas y también en que los beneficios se distribuyan equitativamente a estas comunidades a partir de las inversiones que se produzcan.

Para nosotros, no se trata solo de estar entusiasmados con estas tecnologías, aunque lo estamos. Se trata de comprometerse con las comunidades sobre si también lo están o no. Creo que se trata de encontrar lugares donde haya apoyo; donde sabemos que las comunidades podrían tener empleo y beneficios de estos proyectos en particular.

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