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Cambio Climático

Convirtiendo los gases de escape en combustible

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Una empresa de Nueva Zelanda utiliza microorganismos para convertir monóxido de carbono en etanol y precursores de plásticos.

  • por Kevin Bullis | traducido por Joan Minguet (Opinno)
  • 20 Septiembre, 2010

El gas tóxico de monóxido de carbono emitido por las metalúrgicas y otras fuentes industriales puede ser transformado en cosas útiles. Pronto, una empresa neozelandesa con un enfoque inusual a esta idea planea utilizar este gas para producir etanol y precursores químicos para una amplia variedad de plásticos y disolventes.

La empresa, LanzaTech, está utilizando microorganismos modificados genéticamente que se alimentan del gas. Si bien es frecuente que las empresas utilicen microorganismos como levaduras y bacterias para producir etanol y otros productos, estos microorganismos generalmente se alimentan de algún tipo de azúcar, como la glucosa derivada del almidón de maíz. En vez de utilizar fuentes de comida, LanzaTech alimenta sus microorganismos con monóxido de carbono. "Básicamente se comen una corriente de gas", explica la directora general de la empresa, Jennifer Holmgren.

LanzaTech anunció recientemente unos acuerdos para construir plantas comerciales en una fábrica de acero y en una central eléctrica de carbón en China. Las emisiones de las plantas de acero de todo el mundo serían suficientes para fabricar unos 30 millones de galones de combustible cada año, destaca Holmgren. Eso equivale a alrededor del 15 por ciento de la gasolina consumida en los Estados Unidos.

Los organismos también pueden sobrevivir con una mezcla de monóxido de carbono y gas hidrógeno llamada gas sintético, que se puede fabricar calentando--bajo determinadas condiciones--casi cualquier cosa compuesta principalmente por hidrógeno y carbono, incluyendo plásticos, astillas de madera y carbón. Por lo general, el gas de síntesis se convierte en productos útiles a través de procesos termoquímicos que utilizan catalizadores inorgánicos. Sin embargo, estos métodos catalíticos también generan residuos que han de ser eliminados.

Eso explica otra de las ventajas de los microorganismos modificados: pueden ser diseñados para producir un rendimiento mucho más alto del producto deseado, señala Andy Aden, investigador del Laboratorio Nacional de Energías Renovables con sede en Golden, Colorado. También dice que el coste de los microorganismos y los nutrientes puede ser menor que el coste de los catalizadores de metales preciosos generalmente utilizados en los procesos termoquímicos. Además, a menudo los organismos pueden tolerar impurezas que desactivarían los catalizadores, añade Adén.

El proceso de LanzaTech tiene además la ventaja de no requerir hidrógeno. Como resultado, puede funcionar directamente en las corrientes de las chimeneas de las empresas siderúrgicas, que a menudo no contienen hidrógeno. Si hay hidrógeno presente en una corriente de gas de combustión, se puede o bien usar como alimento para los organismos o bien separarlo y venderlo--se trata de un bien valioso.

Holmgren no ha revelado el organismo específico que la empresa utiliza, pero indica que se trata de una versión de un organismo que, naturalmente, puede producir etanol a partir de monóxido de carbono. La empresa lo modificó para producir combustible a "tasas de interés comercial", señala ella. LanzaTech también anunció recientemente que había diseñado un microorganismo que puede producir 2,3-butanediol, un precursor químico que se puede utilizar para fabricar el disolvente metiletilcetona (MEK), que se utiliza en marcadores de borrado en seco y en la fabricación de plásticos y de fibras textiles. El mismo producto químico puede producir butanos y butadieno, que pueden a su vez ser utilizados para fabricar una gran variedad de plásticos y combustibles de hidrocarburos.

Sólo unas pocas empresas están adoptando un enfoque similar. Entre ellas se encuentran las empresas Ineos Bio, con sede en Lisle, y Coskata, con sede en Warrenville. Ambas usan bacterias para fabricar combustible o productos químicos a partir de una combinación de monóxido de carbono e hidrógeno. LanzaTech está centrándose en las fábricas de acero, ya que producen gases de combustión que normalmente contienen monóxido de carbono pero no hidrógeno. La empresa ya ha demostrado la producción de etanol en una fábrica de acero; la planta piloto en la fábrica puede producir 15.000 galones de combustible al año.

Este verano, LanzaTech anunció que había firmado un acuerdo de intenciones con Baosteel, un gran fabricante chino de acero. Las empresas tienen la intención de construir el próximo año una planta de demostración capaz de producir aproximadamente 100.000 galones de combustible, y a continuación, ampliar esa planta para conseguir una planta comercial a gran escala que pueda generar más de 50 millones de galones al año. LanzaTech también tiene un acuerdo con la Henan Coal and Chemical Industries Corporation en China para producir combustible y productos químicos en una planta que funcionará con carbón gasificado.

Desde su fundación en 2005, LanzaTech ha recaudado 30 millones de dólares en capital riesgo y 10 millones de dólares del gobierno de Nueva Zelanda. Holmgren afirma que el precio al que su compañía puede producir etanol es "muy competitivo: de hecho, estamos cerca de poder producir etanol sin subsidios". Ella añade que si bien el mercado de los productos químicos es menor que el mercado de los combustibles, éste puede ser más rentable, ya que los productos químicos como la MEK se venden a más del doble del precio del etanol.

Aden señala que la empresa se enfrentará a varios retos al escalar la tecnología. Entre ellos: garantizar que los gases puedan ser disueltos para el consumo de los organismos en los reactores de gran tamaño, no sólo en los pequeños que se utilizan en las plantas piloto.

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