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Cambio Climático

El acuerdo sobre la deuda podría amenazar al gasto en I+D

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A los expertos les preocupa que la legislación para reducir la deuda federal pueda afectar a las inversiones en investigación e infraestructura.

  • por Kevin Bullis | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 08 Agosto, 2011

Los límites de gasto que el Congreso de Estado Unidos (EE.UU) acordó la semana pasada como parte de un acuerdo para elevar el techo de la deuda podrían afectar al gasto en I+D e infraestructuras del país. Algunos expertos afirman que ese deseombolso es esencial para que EE.UU. siga siendo competitivo a nivel mundial.

El acuerdo sobre el presupuesto fija límites que reducirán el gasto en un trillón de dólares (706.000 millones de euros) a lo largo de la próxima década, y establece un comité que tratará de encontrar un trillón y medio de dólares más (1,059 billones de euros) en reducciones. El límite establecido para el año fiscal 2012, que comienza en octubre, podría reducir el gasto discrecional en 7 billones de dólares (4.944 millones de euros) en comparación con el año pasado, y en 73 billones de dólares (51.564 millones de euros) en comparación con lo que el presidente Obama pidió en su presupuesto.

El acuerdo no especifica cómo se distribuirá la financiación bajo estos límites entre las agencias y programas, que se establecerá por leyes de asignación. Así que, en teoría, el Congreso podría aumentar los fondos para I+D e infraestructuras realizando recortes en otras áreas. No obstante, esa es una posibilidad remota. "El acuerdo sobre la deuda va a tener un impacto negativo. No creo que el Congreso posea la sofisticación o el conocimiento para separar, de una manera seria, la financiación para la infraestructura y la investigación. Va a quedar atrapado en la fiebre global por recortar el presupuesto", predice Robert Atkinson, presidente de la Fundación para la Tencología de la Información y la Innovación (ITIF, por sus siglas en inglés), un think tank con sede en Washington.

Ya se han visto reducciones en I+D en las leyes de gastos aprobadas por la Cámara a principios de este año. El presidente Obama hizo que el impulso del desarrollo de la energía limpia fuese una pieza central de su agenda política este año, y como parte de ello, abogó por un aumento de más de un billón de dólares (701 millones de euros) en fondos para la eficiencia energética y la I+D de energías renovables en el Departamento de Energía de EE.UU.. Sin embargo, la Cámara de Representantes aprobó una ley de asignaciones que, en su lugar, acabó recortando los fondos para esa I+D en 60 millones de dólares (42 millones de euros). Obama también pidió 620 millones de dólares (435 millones de euros) para la Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación de Energía, pero la Cámara sólo aprobó 173 millones de dólares (121 millones de euros).

Incluso manteniendo el nivel de I+D al de los últimos años no se logrará solucionar la caída que desde hace décadas lleva produciéndose en el crecimiento del gasto de I+D, y que ha hecho que EE.UU. pierda terreno frente a otros países, según afirma Atkinson. En un estudio de 36 países en todo el mundo, realizado recientemente por la ITIF, se ha obtenido que el crecimiento promedio de la I+D ha sido del 16 por ciento en la última década. En EE.UU., la financiación federal a la I+D disminuyó en un uno por ciento, explica. "Lo miremos como lo miremos, está claro que estamos invirtiendo menos de lo necesario", asegura Atkinson.

Las perspectivas para la inversión en mejoras de infraestructura, que también sufre de forma crónica una falta de financiación, tampoco son buenas. Atkinson estima que se necesitarían 180 billones de dólares (126.200 millones de euros) al año para mantenerse al día con las necesidades de infraestructura de transporte, pero sólo se gastan 60 billones (42.066 millones de euros). Incluso el incremento temporal de la Ley de Recuperación del año 2009 solo cubrió un tercio del déficit.

Aunque el presidente Obama propuso un aumento significativo en la financiación de la infraestructura del transporte este año, los demócratas del Senado decidieron mantener los niveles actuales, mientras que la Cámara recomendó reducir un tercio, afirma Donna Cooper, miembro sénior del Centro para el Progreso Americano. También sostiene que los programas de préstamos federales para proyectos de infraestructura a gran escala en el Departamento de Transporte de EE.UU., el DOE (Departamento de Energía) y la EPA (Agencia de Protección del Medio Ambiente), están en riesgo dentro de las negociaciones presupuestarias. "Las personas interesadas por la infraestructura tienen muchas cosas de qué preocuparse", indica Cooper.

Chad Evans, vicepresidente sénior del Consejo de Competitividad, asegura que los miembros del consejo, entre ellos directores generales de grandes empresas, reconocen la necesidad de abordar la deuda. Sin embargo, el consejo también destaca la necesidad de I+D e infraestructura, y lamenta que los progresos recientes por aumentar la financiación estén en peligro. Por eso, sus líderes empresariales están reuniendo una serie de recomendaciones para ver qué tipo de financiación se debe priorizar a medida que el Congreso tome decisiones sobre programas específicos. Equilibrar los cortes y las inversiones requiere de una "posición matizada", explica Evans. "Las prisas y el pánico recientes son enemigos de los matices. Tenemos que volver a un punto en el que podamos tener una discusión razonada", concluye.

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