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Cambio Climático

El gran ganador del estímulo: la fabricación de baterías

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El proyecto de ley de estímulo del Congreso podría ayudar a crear una nueva y avanzada industria de las baterías en Estados Unidos.

  • por Kevin Bullis | traducido por Claudia Taurel
  • 18 Febrero, 2009

Las provisiones del plan de estímulo del Congreso estadounidense podrían ayudar a dar un nuevo salto, a  dotar a una industria de varios miles de millones de dólares por fabricar baterías avanzadas para híbridos y coches eléctricos y para almacenar energía de la red eléctrica que permita el uso generalizado de energía renovable. La legislación de estímulo económico, que cuenta con casi 790.000 millones de dólares, prevé conceder decenas de miles de millones de dólares en préstamos, subsidios, e incentivos impositivos para la investigación y fabricación de baterías avanzadas, así como incentivos para los híbridos plug-in (para enchufar) y mejoras de la red eléctrica, que podrían ayudar a crear un mercado para estas baterías.

En los últimos años se han logrado en Estados Unidos (EE.UU) importantes avances en materiales para baterías, como el desarrollo de nuevas baterías de iones de litio. Sin embargo, la industria de la fabricación de baterías avanzadas se encuentra casi totalmente en el extranjero, particularmente en Asia. Como consecuencia, los start-up (inicio de una industria con mucho futuro) de este tipo de baterías situados en EE.UU suelen obtener baterías fabricadas en el extranjero. Pero, según afirma Prabhakar Patil, Director de Compact Power, (empresa subsidiaria de LG) esto no tiene por qué ser así. La fabricación de baterías está casi totalmente automatizada, por lo que los costes de producción no son una gran preocupación, según señala Patil. Al contrario, la industria de las baterías se desarrolló en Asia porque fue allí donde países como Japón desarrollaron la electrónica portátil y los vehículos híbridos, creando un mercado para las baterías.

Actualmente, el impulso de confianza en la energía renovable en detrimento de los combustibles fósiles, está permitiendo el desarrollo de un mercado para las baterías avanzadas en EE.UU. Esto, combinado con el incentivo para los fabricantes en los EEUU, podría permitir la generación de toda una industria para satisfacer la demanda de este tipo de baterías. No obstante, muchos expertos creen que existen obstáculos serios para que la industria pueda despegar del todo. Los inversores son reticentes a proveer capital para las plantas de baterías porque el mercado es todavía relativamente pequeño. Y esto se debe en parte al hecho de que las baterías son caras, precisamente porque todavía se fabrican en volúmenes bajos.

El proyecto de ley de estímulo podría solucionar ambos problemas: aporta dos mil millones de dólares en subsidios para la fabricación de baterías avanzadas, además de créditos impositivos para cubrir el 30% del coste de una planta (casi dos mil millones y medio en créditos totales). Esto, sumado a los siete mil millones y medio en préstamos, autorizados en el proyecto de ley anterior para la fabricación de tecnología avanzada para vehículos, que incluye las baterías. Además, se podría destinar parte de los 500 millones de dólares en fondos a formar a los empleados de estas fábricas para crear nuevos empleos verdes. También hay 16.800 millones de dólares destinados a la eficiencia energética y la energía renovable, que posiblemente destinen una parte a la investigación de las baterías para reducir los costes y mejorar su desempeño.

Además, hay provisiones que ayudarán a asegurar que exista un mercado para las baterías. Quienes compren un híbrido con baterías grandes que para recargarse necesitan  enchufarse recibirán un crédito impositivo de hasta 7.000 dólares. También habrá incentivos menores para convertir los coches a vehículos 'enchufables'. Aún más, 300 millones de dólares se han apartado para las agencias federales para comprar vehículos de combustible alternativo y  400 millones para “la electrificación del transporte”. Habrá otros 4 mil millones y medio de dólares destinados a mejorar la red eléctrica (parte de ellos  para la investigación y fabricación de baterías).

Algunos expertos están nerviosos por cómo se gastarán los fondos. El Departamento de Energía estadounidense (DOE), que administrará muchos de los fondos, está bajo presión para que distribuya el dinero rápidamente, algo que algunos creen que incrementará la posibilidad de que los fondos se distribuyan mal. Patil, cuya empresa suministrará los packs de baterías para el vehículo eléctrico Chevrolet Volt -que estará listo para el 2010- asegura que existen suficientes químicas de iones de litio que no tienen sentido para las aplicaciones de los automóviles, y espera que el DOE se dé cuenta cuando piense la distribución de los fondos. Robert Kanode, Director de Valence Technologies (fabricante de baterías con sede central en EE.UU (pero con fabricación propia en China) también está preocupado por que los fondos vayan a parar a tecnologías que tienen pocas posibilidades de éxito comercial.

Aunque no está claro que los costes de las baterías bajarán lo suficiente como para crear un mercado grande para los híbridos plug-in, los avances en la tecnología de las baterías en EE.UU han situado al país en buena posición para desarrollar una nueva industria, según Ted Miller, gerente senior para la estrategia de almacenamiento e investigación de energía en la Ford Motor Company y gerente en un consorcio de investigación establecido por los tres grandes fabricantes de coches. “Nuestra debilidad no es la investigación -señala Miller. Ahora necesitamos encontrar una manera de poner en marcha la fabricación, concluye.

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